Continúan los pronunciamientos en contra de la fórmula Milei-Villarruel, a pocos días de la segunda vuelta electoral. La Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), publicó una carta de su presidente, el Pastor Leonardo Schindler, que llama a la reflexión para que a la hora de emitir el voto “se tengan presentes las enseñanzas de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
Radio Gráfica habló con el pastor evangélico, teólogo ecuménico, ex presidente de FAIE y presidente honorario de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Néstor Míguez, quien sostuvo que “la doctrina cristiana y el neoliberalismo se oponen totalmente”.
“La declaración retoma muchas declaraciones que se vienen haciendo desde hace 11 años desde mi presidencia y con Leonardo Schindler, el actual presidente. Hay una continuidad en la manera de ver las cosas, pero incluso desde cuando era presidente Carlos Gattinoni, obispo metodista que formó parte de la CONADEP. Hay una línea de reivindicación de los derechos humanos, reivindicamos la justicia social que surge del evangelio. Nadie que haya leído el evangelio de Jesús, especialmente el sermón del monte, y lo ponga lado a lado con el programa de gobierno que propone La Libertad Avanza, puede tener alguna duda de que hay una mirada completamente opuesta de los valores, condición y sentido de la vida humana”, aseguró.
“Hay una línea de reivindicación de los derechos humanos, reivindicamos la justicia social que surge del evangelio”
En ese sentido, destacó que “si hay sectores evangélicos que apoyan a Milei me entra la duda de porqué se autotitulan evangélicos, porque nadie que haya leído el evangelio de Jesús puede propiciar la venta libre de armas, de órganos, el sistema de adopción pago, por decir solo unas cosas”.
E insistió: “Nadie que haya leído la carta de Pablo a los galatas, cuando dice que la libertad no es para satisfacer los deseos personales sino para servir a los demás, puede creer que la libertad es lo que propone el neoliberalismo”.
Míguez, finalmente, subrayó que a pesar de lo que se cree comúnmente, “la tradición evangélica ha sido mayormente progresista”: “Fue a principios del silgo XX, con el nacionalismo norteamericano, que empezaron a impulsarse las corrientes conservadoras; hasta 1970 esta derecha decía que no había que meterse en política, pero a partir del informe Rockefeller, que decía que el socialismo y el comunismo crecían gracias a teólogos e iglesias que difunden la doctrina socialista, fue que empezaron a hacer algo al respecto”, concluyó.
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