Con un tipo de cambio diferencial para la liquidación de divisas del agro a $ 230, el gobierno busca acumular u$ 3.000 millones antes de fin de año. El secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, fue más optimista y aseguró que en esta nueva edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), aumentarán las reservas “con US$10.000 millones de libre disponibilidad para tener una espalda, para que el día de mañana no nos desequilibre una especulación”.
“Nadie quiere varios tipos de cambio, hay que ir normalizando y estabilizando la economía”, pero “es una solución, una herramienta para circunstancias excepcionales que vive hoy Argentina”, sostuvo el funcionario.
A su vez, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, viajará esta noche a Washington para reunirse con autoridades del FMI y buscar la aprobación de la tercera revisión del programa, que permitirá un desembolso de US$ 5.800 millones.
Según explicó el ministro de economía, parte del dinero recaudado por el restablecimiento del dólar soja será utilizado “para generar un mecanismo de mayor impulso a las exportaciones“, particularmente de las economías regionales.
La medida, ya fue rechazada por sectores del agro que piden una devaluación brusca del peso: desde la Asociación Argentina de Productores Agropecuarios (AAPA) señalaron que “con un nuevo dólar soja y con ello una nueva ola de engaños. Adelantamos que se viene una nueva cacería dentro del zoológico. En septiembre pasado, cuando se implementó el Programa de Incremento Exportador, conocido como dólar soja, con la divisa estadounidense a 200 pesos, los exportadores se apropiaron de 38 dólares por tonelada comercializada, de acuerdo con la capacidad de pago y se comercializaron 14 millones de toneladas”. “La única solución que beneficia a los productores es la unificación del tipo de cambio”, finalizaron.
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