Marisa Lombardi, en un relato en Radio Gráfica, contó la situación de las personas que, como ella, cobran planes sociales en Argentina. La estigmatización, la precariedad laboral y la necesidad de conseguir trabajo en blanco y la lucha diaria por mejorar su calidad de vida. Marisa envió su historia a La Señal, conducido por Gabriel Fernández.
La realidad de los planeros
Algunas veces conté la problemática que tenemos los planeros. Son varias. Los que tenemos planes sociales estamos cobrando 25.000 pesos aproximadamente, ahora, con el aumento. Se está hablando de darle un bono a las personas más vulnerables. Los planeros somos vulnerables, pero hay gente que está incluso peor que nosotros.
Creo que acá hay cosas que no se dicen. A la gente que está por fuera de los planes sociales, que no cobran ningún tipo de ayuda del Estado, se le va a dar un bono, que en principio iba a ser de 60.000 pesos. Ahora resulta que son 45.000. Y se les va a pagar en dos veces, por única vez. Para poder cobrar eso no deben tener ni siquiera una propiedad. Estamos hablando de gente que probablemente, para no estar recibiendo ayuda del Estado hoy en día, directamente, están tan fuera del sistema que ni techo tienen.
La realidad de los planeros no es muy distinta de esa. Lo cierto es que si se saca la cuenta de lo que es la canasta familiar, hoy en día que es de 128.000 pesos, nosotros cobramos 27.000 pesos recién en el mes de noviembre.
Estigmatización
Nosotros estamos siendo sometidos a parte de escrutinio público por todos lados porque cada vez que se toca el tema planeros, parecemos algo así como una enfermedad contagiosa o un mal que nadie quiere, ni propios, ni ajenos. De los dos lados de la grieta, sin saber nada de la realidad nuestra, se dicen muchas cosas.
Se habla de sumas que cobramos, de cuánto cobramos. Incluso el propio gobierno cuando habla de sumas que supuestamente cobramos la gente de Potenciar Trabajo, no sabe qué suma cobramos. No sé si es a propósito o no, pero lo cierto es que nadie habla de cuánto es lo que se recibe, ni de lo que se pide como contraprestación.
Nosotros somos trabajadores. Y en esto voy a rescatar algo que dice una compañera, Natalia Zaracho, que hace la diferenciación entre trabajo y empleo. Nosotros somos trabajadores, no somos empleados. Lamentablemente no somos empleados. No nos podemos considerar empleados porque no tenemos ningún beneficio de los que tienen los demás trabajadores. Tenemos solamente las obligaciones que tiene un trabajador. En nuestro caso es de cuatro horas y cobramos medio salario mínimo, vital y móvil. No tenemos ningún tipo de convenio. No tenemos absolutamente nada en el 90 % de los casos los compañeros no estamos monotributos.
Macrismo y planes sociales
Hasta el 2015 se mantuvo un sistema que tendía la conformación de cooperativas y que eran manejadas por agrupaciones. Si las manejaron bien o mal, es un hecho que hubo de todo, como en todos lados. No han sido bien manejadas evidentemente porque nunca lograron consolidarse como cooperativas de trabajo. Son muy pocos los casos que han pasado al INAES y se constituyeron en cooperativas primero y después en federaciones de cooperativas. Todo ese proceso que había comenzado durante el 2013 – 2014 de cooperativas Argentina Trabaja, quedó frenado cuando llegó el macrismo.
Durante la etapa del macrismo, se empieza a frenar un montón de cosas. En principio nos quitan la obligatoriedad de la contraprestación laboral. No solo amplia la cantidad de cupos para que la gente se inscriba en el nuevo Hacemos Futuro (así se pasó a llamar la sumatoria de programas que existían durante el gobierno kirchnerista), sino que se amplía esa base, se quita la obligatoriedad de la contraprestación laboral y se nos pone a hacer cursos, que se podían hacer por internet, con una carga horaria determinada. Cursos que no tenían ningún tipo de aval. Hacías un curso, por internet, sumabas la cantidad de horas, te presentabas en Anses, te daban un certificado, pero ese certificado no tenía validez nacional.
En esa etapa entró un montón de gente de todo tipo. Hubo un proceso dentro de los planes que se hizo tan indiscriminadamente el ingreso, que empezaron a entrar familiares de trabajadores, los hijos de los trabajadores en actividad para sumar un peso más. No lo veo mal ni bien, pero vieron en este sistema de programas sociales la posibilidad de tener un ingreso más para complementar un salario que cada vez ya se empezaba a deteriorar cada vez más y más.
Mucha gente lo empezó a utilizar para eso y ahí es cuando se da la mayor cantidad de ingresos al programa de planes sociales. Ahí si se comienza a llamar planes sociales. Ya sin la contraprestación, empieza esto de planeros, vagos y que no trabajan.
Lo que ya veníamos de antes y ya teníamos módulos de trabajo o unidades de gestión estábamos dando contraprestaciones, pero el problema estaba que el macrismo quita todo lo que es el área laboral porque para poder ahorrar en herramientas. Antes eso, más la vestimenta, todo eso te lo proveía el Estado. Durante el macrismo eso se quita justamente para evitar ese ´gasto social´. Se incorpora más gente, pero se achica la conformación de módulos laborales de sistema cooperativo que teníamos, de proyectos laborales todo eso se quita el estado deja de proveer herramientas y demás.
El gobierno del Frente de Todos
Después llega nuestro gobierno continúa por un tiempo como venía con toda la gente que había ingresado, pero no volvemos al sistema de conformación de cooperativas durante un tiempo. Después las organizaciones sociales se empiezan a movilizar desde Desarrollo Social para presentar proyectos de conformación, de proyectos productivos, que con impulso de distintas agrupaciones sociales, sobre todo de la CTP, que estaba trabajando alrededor de eso y la demás agrupaciones las acompañaron.
Se hicieron cientos de miles de proyectos. De cada diez proyectos, nueve son rechazados. Uno solo se concreta. Estos módulos están en actividad hasta hoy en día. Entonces empezaron a armar cuadrillas de trabajo, que se ofrecían las organizaciones sociales llegaban a arreglos de convenios con los municipios y empezamos a trabajar nuevamente. Pero el problema es que no nos proveían de ningún tipo de herramienta y empezábamos a trabajar de lo que podíamos. Desde la limpieza de calles hasta de arroyos con herramientas que nos proveía a veces, pocas veces, el municipio o la delegación municipal y a veces haciendo el gasto nosotros mismos o la organización.
A todo esto sin ropa, sin obra social, o sea que si sufrías un accidente trabajando esas cuatro horas, no tenían ningún tipo de cobertura, ni nada. Ya ha pasado que hubo accidentes sobre todo trabajando a la vera de las rutas y demás. La cosa se empieza a poner peor porque uno esperaba que durante nuestro gobierno algo cambiara, sobre todo que se echara luz sobre lo que son los planes sociales, que se viera el trabajo que estábamos realizando.
El Potenciar Trabajo en la calle
Durante la pandemia, cuando había mucha gente adentro, los que nos pusimos el cuero en la calle fuimos los planeros. Desde trabajar en centro de salud haciendo limpieza hasta asistiendo gente en los domicilios, haciendo muchísimas cosas porque nosotros seguíamos trabajando, seguimos en la calle, salvo algunos y algunos compañeros que tenían problemas de salud y que podía comprometerse demasiado en caso de formarse, nosotros estuvimos en la calle trabajando.
Consideramos que pasamos a ser actores fundamentales. Hace mucho tiempo lo que es la militancia barrial, que antes la hacían los partidos políticos, la pasamos a hacer los que somos las organizaciones sociales. Nos comprometimos con los barrios, somos de los barrios, conocemos a los vecinos, sabemos lo que falta y salimos a buscarlos. Éramos como un nexo para asistir y para ligar lo que era la problemática barrial con los municipios.
Todo ese trabajo pensamos que, de alguna manera, iba a hacer que se notara que los planeros no éramos parásitos, ni éramos una carga, un gasto inútil, ni nada por el estilo. Esperábamos tener cierto reconocimiento que nunca tuvimos. Lo peor fue cuando vino del propio Frente de Todos, y le hizo un guiño a los sectores que nos llaman vagos o planeros peyorativamente.
Nos dolió muchísimo porque cuando hubo que hacer un escrutinio sobre qué cosas había que ajustar, qué cosas estaban mal, lo primero que se pensó fueron en los más débiles. En el eslabón más débil de la cadena. Ahí empezó a hablarse de hacer auditorías a las cooperativas, lo cual no está mal, está perfecto porque por ahí sacando fotos y viéndonos trabajar, por ahí se conforman algún sector de la clase media, que cree que nosotros no trabajamos y nos quedamos en casa.
Soy escéptica en ese sentido. Ya somos una idea para la gente. Somos un estereotipo que está muy adentro de la cabeza de la gente, que en principio lo promocionó mucho esta derecha rancia que tenemos, y por otro lado también algunos compañeros que empezaron a criticar a los planes, empezaron a mirarnos también medio de costado. Desconociendo por completo nuestra realidad. A pesar de pensar que nos iban a mirar y que se iban a dar cuenta de que éramos gente porque nadie sobrevive con medio salario mínimo, vital y móvil.
Durante algún tiempo nos tiraron lo que ellos llaman bonos. Como último recurso con la avanzada tan grande que tuvo la inflación, nos empezaron a tirar bonos como para tapar baches nada más que nunca se tapan. Lo cierto es que no hay recuperación para nosotros. Uno escucha que esta creciendo la actividad, y cuando vos te pones a mirar e hilas fino, en esos números y en los porcentajes de trabajo generado, si vos te fijas bien, lo que crece es el trabajo en negro. Porque nosotros no lo notamos. Por lógica preferimos trabajar en un trabajo en blanco, tener nuestros días de descanso, nuestras vacaciones, poder darnos el lujo de vestirnos, y no tener que andar comprando ropa de segunda mano o haciendo milagros para poder vestirse o para poder darse el lujo de poder comer algo como la gente, algo que pueda elegir y no algo que simplemente alcance para comer.
Números, no personas
Para colmo, hace más de un año empezó una campaña ya desde nuestro lado, que en principio se nos puso en tela de juicio que se iba a auditar, ya con eso lo que estamos diciendo es que acá hay cosas dudosas. Habló Cristina, planteó la cuestión de los manejos de las organizaciones sociales, del posible uso y demás que existe es cierto, hay de todo, pero cuando se enfocaron en nosotros, lo que no se dijo fue, primero que nada, que no se dudaba de nosotros, las personas, que somos beneficiarias de esos planes. Quedamos todos metidos adentro como una cosa de la cual se habla, pero que nunca se profundiza.
Todo el análisis de los planes es cuantitativo. Son cantidades. Somos cantidades. Somos números. Pero no se cualifica. No hay nada que especifique quiénes somos los planeros y ésta es la parte que a mi me interesa que se entienda. Los planeros somos producto de un proceso de neoliberalismo consistente duro y parejo. Si bien, se dió un freno dentro de lo que fue la década del kirchnerismo, empieza de nuevo en una montaña, empieza a subir la cantidad de gente que empieza a quedarse sin empleo, o tener necesidades, que no logra cubrir con las changas o los trabajitos en negro. Ahí se hacen necesarios los planes.
Cuando llega el macrismo ni hablar. Ya ahí se multiplican y los planes se hacen indispensables. Cuando llegó nuestro gobierno, el Frente de Todos, estábamos destruidos, diezmados. Estoy hablando de las barriadas populares, del conurbano bonaerense, llegamos al punto de no poder comer y de tener que asistir, por primera vez en la historia, en mi caso, a un comedor a buscar comida o ir a buscar mercadería que apenas llegaba o a veces no llegaba.
Se hablaba de que estábamos recibiendo ayuda de acá, de allá, eso no fue cierto. No llegaba mercadería o llegaba en pequeñas cantidades, no alcanzaba para la gente, fue desesperante, pero uno dentro del marco de la pandemia podía llegar a entender también que se venía de un proceso que durante el primer año uno podía comprender todas las cosas.
El problema es que después se continuó y terminó la pandemia, o lo más duro, porque todavía la enfermedad no se terminó, y sentimos que cada vez somos más despreciados por los propios. La llegada de Zabaleta no fue una cosa buena, no significó algo bueno. Significó el congelamiento de los ingresos a nuevos planes sociales.
Por otro lado, se está hablando de que hay un crecimiento impresionante y que se generan empleos pero ahí tenes de nuevo el mismo problema. Otra vez se tratan de cantidades y no de cualidades. Ese es el análisis que hay que hacer. ¿Qué sectores son los que están creciendo? Por un lado, ves que la riqueza se llega, se acumula y se concentra, y por otro lado ves que la generación de empleo se da una creciente puesta en marcha de la capacidad laboral de las empresas con los trabajadores que ya tenía. Hay algunos ingresos de trabajadores al sistema formal de trabajo, pero el que más crece es el monotributismo.
Sin derechos constitucionales
Nosotros los de planes sociales somos contados como monotributistas sociales, incluso son contados aquellos que tienen planes y aún no fueron monotributados como trabajadores porque se toma para la data de desempleo, se nos mete dentro del paquete de trabajadores. O sea, que no se discrimina entre trabajadores formales e informales. Nosotros estamos dentro de la informalidad. Nosotros tenemos la obligación del trabajo, pero no tenemos ningún derecho laboral. Absolutamente ninguno. Ni siquiera una representación laboral tenemos.
No podemos ejercer ante una patronal eventual ningún tipo de reclamo, no podemos hacer absolutamente nada. Nuestro único mecanismo son las movilizaciones y dependemos de las organizaciones sociales. En nuestro caso los que pertenecemos a organizaciones sociales de que se quieran mover o no. El problema también está en eso.
Las organizaciones sociales, los referentes de las organizaciones sociales están comprometidos dentro de áreas sensibles como es Desarrollo Social. Ahí tenés a los referentes de las grandes organizaciones sociales de los dos lados del mostrador. Por un lado, son representantes de las organizaciones sociales, que somos reclamantes de alguna manera, de Desarrollo Social, y por el otro lado, se reclaman a sí mismos, porque son representantes de distintas áreas dentro de Desarrollo Social.
El hecho es que también hay tratos que no se nos consultan, que nosotros no hablamos, que no se hablan, y ni se discuten, que es no movilizar contra un gobierno que nosotros mismos votamos. Porque en un 90% los hemos votado con expectativas completamente diferentes a estas. Nosotros no pretendíamos seguir, ni siquiera teniendo los planes, sino teniendo trabajo. Eso no está pasando.
Lo cierto es que cada vez estamos en una situación más y más grave porque la inflación nos está matando. El salario mínimo, vital y móvil está por debajo de la canasta. Es menos de la mitad de una canasta básica de alimentos, estamos cobrando lo que sería menos de un cuarto de lo que es una canasta básica. Si una familia, ponele que tuvieran dos o tres planes, ni juntando tres planes se logra llegar a cubrir una canasta básica de alimentos.
Sacan unas sumas locas en algunos canales. Algunos hacen análisis sobre los planes sociales y cuánto cobran. Se ponen a hacer sumas de tarjetas, de AUH, de un montón de cosas que muchas veces no son compatibles, otras veces es hasta cierta edad, otras personas cobran mucho menos porque en vez de cobrar AUH, cobra SUAF, que es otra forma de cobrar asignaciones familiares. Otros creen que nos llegan a todos y no nos llegan porque son incompatibles. Hace poco incluso se hizo una jugada que por suerte se pudo dar vuelta que fue hacer incompatible que el Potenciar Trabajo con las becas Progresar.
Incompatibilidad
Si vos trabajas en Potenciar Trabajo te corresponde cobrar el Potenciar Trabajo, pero si estudias tenés derecho a tener una beca Progresar por los gastos que tenes de estudios. Es eso mínimamente lo que cubre la Progresar, no es mucho dinero, es muy bajo, simplemente sirve para los viáticos y para pagar las fotocopias, no mucho más que eso.
A los jóvenes que estaban estudiando le afectaron el monto mayor, hablamos de pibes muy jovencitos que están trabajando por la mañana y estudian por la tarde o noche. A esos jóvenes, del día a la noche, sin aviso previo, ni nada por el estilo, les pusieron que era incompatible cobrar el Potenciar y el Progresar.
La cuestión es que le comieron un mes que no le pagaron el Potenciar Trabajo cuando ellos ya lo habían trabajado. Nosotros cobramos a mes vencido, por lo tanto el mes que no les pagaron, quedó adentro. No es que cobraron el mes que habían perdido. Pero para colmo ni siquiera se avisó, y si pasaba pasaba. Volvimos de nuevo al si pasa, pasa.
Eso ya nos puso en alerta, se hizo una mesa, fueron las organizaciones sociales, se discutió, se logró tirar para atrás con eso, pero la intención era sacar la sumatoria de beneficios o hacer incompatibles los beneficios sociales. Cuando en realidad el Progresar nació cobijado con el Potenciar Trabajo para que los pibes fueran impulsados también a estudiar. Que no se quedaron solo con el Potenciar porque no te alcanza para vivir, sino que se formaran y tuvieran una formación en muchos casos universitarias en caso. El Progresar servía para terciarios, universitarios y para pibes que tenían ganas de crecer. Por suerte con eso se volvió para atrás.
Ahora se sigue avanzando. Han dado de baja una cantidad impresionante. Alrededor de 400.000 planes que dieron de baja después de las auditorías porque o no tienen módulos de trabajo cosa que pasa, pero no por culpa de la persona que cobra el plan o ni siquiera de las organizaciones sociales, con todas las críticas que uno le puede hacer, esto tiene que ver directamente con Desarrollo Social. Los proyectos laborales los presentás ante Desarrollo y es el que los acepta o no. Es el que después te tiene que proveer los elementos para poder trabajar.
Donde estoy yo, por ejemplo tenemos una panadería que está funcionando, una textil que está funcionando y no alcanza a cubrir la cantidad de gente que tenemos que está dentro de lo que es el Potenciar Trabajo. Tenemos compañeras que están en la calle barriendo o limpiando cordones, o zanjones, o arroyos. No es mi caso. En la zona donde estoy yo, no tenemos arroyos, pero si dentro del distrito hay arroyos y son limpiados. O vamos a reparar cosas. Son arreglos que tenemos que hacer nosotros hasta pedirle permiso a los clubes para hacer la limpieza o reparación de canchas y demás. Nos auto gestionamos hasta eso. Hasta los empleos. Nos tenemos que proveer de nuestros propios elementos para trabajar.
Uno ve cómo se va descomponiendo cada vez más y ahora de nuevo nos empiezan a invisibilizar. Cuando somos visibles, lo somos a partir de cosas malas y de cosas negativas. Eso es todo un problema porque somos una masa crítica, que si se quiere se está formando y está generando presión. Con el agravante que tenes a las organizaciones sociales muy comprometidas dentro del FDT y que en realidad, a esta altura del partido, están controlando entre comillas, al movimiento que representan, a la gente, a los seres humanos que integran a esas organizaciones sociales.
Crecen las necesidades, crecen las broncas, crece el desgano para todo, se achican las posibilidades, se ve una situación muy oscura porque se está viviendo mal.
Descreimiento en la política
No están viendo lo que pasa acá abajo que es que la bronca crece y también el descreimiento en la política como herramienta de cambio. Creo que es el factor más grave porque nos lleva a la boca del lobo. Lo veo peligroso, en una etapa donde está creciendo la extrema derecha, todas estas expresiones fascistoide que están por todos lados y que lo sabemos algunos porque lo vivimos cotidianamente, sobre todo nosotros los planeros, cuando nos insultan en la calle, cuando somos objetos de burla y cuando vemos que criminales terminan atentando contra Cristina.
Todo empieza a cocinarse a partir de una supuesta planera que tenía un plan y que decía que no quería trabajar porque cobraba un montón de dinero. Después aparece esto de los copitos tirando cualquier cosa contra los planes. Después te das cuenta que detrás de todo eso está la derecha montada sobre algo a la que el propio gobierno termina alimentando. Esta perspectiva, de que la persona que tiene un plan es una persona que no trabaja que no hace nada que se rasca y no es así. No es verdad.
El futuro de los planes sociales
La realidad que se pinta a futuro para los planeros, que es que la gran solución, que descubrieron sería este plan que están planeando y que de hecho todavía no está puesto en marcha que se llama Puente al Empleo. Se supone que es algo novedoso. No hay nada de novedoso en eso.
Cualquiera que tenga más de 50 años debe recordar muy bien que cuando se hizo el Plan Jefas y Jefes con Duhaldeque se hizo exactamente lo mismo, solo que se llamó plan Empalme que duró hasta hace muy poquito tiempo. Supone que la persona que tenía un plan social se inscribía en un registro de las empresas de los cordones industriales y se ofrecía como mano de obra.
A este regimiento de planeros, entre los que me incluyo, se le quitaban las cargas sociales porque quedaba cubierto con el plan social y el patrón que te tomaba pagaba la otra parte, lo que correspondía a un salario mínimo vital y móvil. Sin convenio alguno, no ibas a cobrar lo que te corresponde según el área en que entrabas, ibas a cobrar un salario mínimo vital y móvil completo. Esa era la única diferencia.
El plan pagaba lo que eran las cargas patronales y la otra mitad lo pagaba la empresa. Lo que estabas haciendo con eso, en realidad, es subsidiando a la empresa indirectamente. No estás ayudando a ese trabajador. Históricamente el jefes y jefas, y el plan empalme fue un fracaso, no porque no hubiera trabajadores cualificados, sino por el uso que hicieron las empresas de ese tipo de subsidio indirecto que les regaló el gobierno de aquel entonces. Ahora de nuevo es ofrecerles mano de obra ultra flexibilizada, sin ningún tipo de convenio, con experiencia en muchos casos porque la mayoría de nosotros venimos de una historia de trabajo.
Los desfavorecidos seguimos siendo nosotros porque si bien te aumenta al doble al plan como si cobraras dos, estás fuera de todo convenio y con eso terminás también provocando un sistema que es nefasto. En vez de tomarte por un año, como al año te tienen que blanquear, a los ocho meses automáticamente te dejan afuera las empresas y buscan a otra persona con las mismas condiciones. Cargan un planero por otro, y lo hacen eternamente. Así se mantienen subsidiandose en gran parte por el Estado.
Eso también genera un problema para los trabajadores formales porque quedan muy mal parados, ante un regimiento de gente, que pueden meter adentro a trabajar y que sale más barato que un trabajador formal que está sindicalizados con todos los derechos garantizados.
Son las problemáticas que no se ven, que no se tratan y pintan un panorama para nosotros bastante nefasto. Ahora puntualmente se está hablando de esto del bono y todo lo demás. Ahora hay un reconocimiento, con este bono, a personas por fuera completamente del sistema porque no tienen asistencia del Estado. Está reconociendo que hay dos millones de personas por lo menos. Se habló que iban a ser 60.000 pesos para dos millones de personas. Estás reconociendo que el Estado no está asistiendo a dos millones de personas que están por fuera hasta de la pequeña ayuda que te puede dar un plan social.
Ahora por qué no, en vez de eso, de dar un bono, por que no abren ingresos a potenciar trabajo, se incluye a esta gente dentro del sistema del Potenciar Trabajo y se les garantiza el plato de comida un tiempo más que se haga prolongado y que empiecen a trabajar en volver de nuevo a invertir dentro de lo que es el área social para generar cooperativas de trabajo como se estaba haciendo en un tiempo.
Que inviertan en lo que es herramientas para poder aceptar mayor cantidad de proyectos productivos y que hagan los ingresos para que esa gente que no tiene absolutamente nada, porque no tenes que estar cobrando nada, ni AUH. Es incompatible con cualquier tipo de ayuda social. Esa gente que está en la nada misma. Que esa gente pueda entrar al Potenciar Trabajo no solo para que se haga visible permanente, para que esté registrada dentro del anses, sino también contenida. Lo ideal es que esta gente pudiera ingresar dentro del Potenciar Trabajo directamente. A partir de ahí pasarían a cobrar una suma de 27.000 pesos el mes que viene, y lo cobrarían por más tiempo. Tendrían una base a partir de la cual, con una changa o algo más, poder por lo menos, pilotear la situación porque viene de mal en peor.
Estamos cerrando el año con un 100% de inflación. Me parece que seria mucho mas interesante, mas beneficioso para los sectores populares y sobre todo para estos que están colgados de la nada misma que ni siquiera tienen una ayuda del Estado.
A nosotros nos están haciendo auditorías, a los planes sociales, está bárbaro. Ahora por qué no le hacemos también una auditoría a los sectores que concentran la guita en este país.Estos sectores que la pasaron muy bien durante la pandemia, que multiplicaron sus ganancias en la pandemia y que tienen espalda para poder soportar muchísimas cosas peores que una pandemia. Decidieron primero empezar por los más débiles. ¿Por qué no auditamos todo? Pero auditemos, sobre todo, a esos sectores que concentran y que tienen el poder de influir en los precios de la economía de todos los trabajadores y de los que estamos por fuera del trabajo formal. Nos están haciendo pelota, nos están destrozando. Por que no se audita a los formadores de precios.
Hay cosas que se siguen haciendo contra los sectores populares. Uno no pide que hagan algo a favor, pero no hagan cosas en contra de los sectores populares. Hacer en contra es no controlar los precios, como se está haciendo ahora. Y si quieren controlar los precios, que tomen gente para controlar porque tiene muy pocos inspectores aparentemente. Formemos, hagamos un mecanismo por el cual la gente pueda tener un empleo por esa vía. No quieren más empleo del Estado, pero de alguna forma van a tener que fomentar un tipo de empleo por el cual se incentiva a las patronales a contratar a las personas directamente. No con un plan de empalme que subsidian a las patronales. Que nos subsidien a nosotros porque las patronales no necesitan más subsidios. La están concentrando enormemente a la plata. No hay nada, el mercado interno se está secando cada vez más.
Se perdió la capacidad de contener a los sectores populares por parte de las organizaciones sociales porque quedan comprometidas con el gobierno y no están sirviendo ni siquiera como válvula de escape, cada vez están más comprometidas y vienen de nuevo pisándonos como cuando fue la última etapa del gobierno de macrismo. Uno ve que esa presión va creciendo, y cada vez crece más y también la desconfianza en la política, y eso a uno le da bronca. Amo la política, pero me da bronca porque parece que fuera adrede.
La militancia en los barrios populares
Es tristísimo estar militando ahora de que hay que votar por el mal menor. Porque estamos llegando aeos. A no tener cosas para defender concretas en los sectores populares y terminar planteando la peligrosidad de un gobierno ultra militarizado que te va hacer mucho más pesado luchar en la calle porque te mata directamente.
Este gobierno no sé hasta qué punto no lo llegaría hacer. Es nuestro gobierno, pero sería lamentable no tener mucho para defender. Los sectores populares no tenemos prácticamente nada para defender. Nada.
Vivimos en un mundo completamente ajeno. Uno escucha las problemáticas por las cuales se trata y algunos hablan de los fines de semana largo si va a haber gente en la costa o no, y en el día a día los sectores populares estamos pensando que vamos a comer mañana. Es literal.
Se está haciendo de nuevo una grieta sobre la grieta. Ahora ya los trabajadores formales quedan tan despegados de los sectores que estamos en la informalidad laboral, por fuera del sistema, que estamos de nuevo como a finales de los 90. En ese estado estamos. Hay mucho desconocimiento. La gran masa de trabajadores que llenan los trenes a la mañana son gente que van a trabajar en trabajos muy precarios, en negro. La mayoría tiene un plan o tienen AUH o algo por el estilo, algún tipo de asistencia, pero una asistencia que solo te permite comer por ahí. Con mucha ganas te permite comer. No mucho más que eso. Eso uno no lo esperaba de un gobierno que votó. Uno esperaba salir a la calle a defender cosas, y evidentemente, no hay ganas o lo que uno presiente es que no es esa la orientación del gobierno.
Hay muchos gestos hacia los sectores medios, a un electorado que en realidad no los voto ni los votará. Sus opciones van a estar entre el macrismo y la extrema derecha, pero en los sectores populares va a haber una gran cantidad de voto en blanco o no voto directamente.
La gente no va a ir a votar y lo escuchas. Porque no hay ganas. No hay confrontación ni siquiera para decir a quien queres o no como candidato. Hoy por hoy ya no está pasando. Tengo muchísimos años de hablar en política y discutir, me conocen de toda la vida como militante social. Vengo de distintas extracciones, empecé en la izquierda y abracé el kirchnerismo. Hoy por hoy, ni yo misma no sé qué es lo que voy a hacer.
Acá abajo, las cosas son muy simples, estamos mal aparentemente con cualquiera. Ya última te da lo mismo y para qué votar. No quiero que se saque esa conclusión. Estoy dando una pelea interna dentro de lo que es la organización en la que estoy, sobre todo para recuperar la política porque el discurso de la anti política, es el discurso de la extrema derecha y eso termina trágicamente siempre para los sectores populares que siempre terminamos dejando sangre en la calle.
- Redacción por Carolina Ocampo
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