Úrsula Asta desde San Pablo – Alexandre Conceição es coordinador de la Oficinal Nacional en Brasilia del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y responsable de la agenda de elecciones del Movimiento. En el último tramo de la campaña, que tiene una importante presencia territorial, conversamos con él en una conexión San Pablo-Distrito Federal. Estrategias, propuestas del MST, Comités Populares Territoriales y desafíos del porvenir.
UA: ¿Cómo están viviendo estos días?
AC: Estos días son muy importantes para todo Brasil y América Latina. Empezamos la segunda vuelta con muchas ganas de una victoria de Lula. Creo que estamos llegando al final de una campaña muy bonita, con propuestas, con un proyecto político. Quizás el domingo a las 17 horas ya tenemos un nuevo tiempo en Brasil con Lula presidente.
UA: ¿Cuáles son los ejes asumidos en la campaña desde la primera vuelta a la segunda vuelta?
AC: Los ejes de la campaña son los mismos de la primera parte. Lo más impactante ahora es que Lula en la campaña consiguió ampliar el frente. Es todos contra el fascismo, contra la política ultraneoliberal del gobierno de Bolsonaro. Cuando tú agregas a otros en un frente amplio, claro que agregas otros proyectos políticos que seguirán durante toda la campaña y el gobierno de Lula.
Agregando propuestas de Simone Tebet la campaña quedó más amplia, pero los ejes fundamentales son generación de empleo y renta; sacar la inflación del mapa del hambre, por eso hay que invertir muy fuertemente en la agricultura familiar que produce 70% de los alimentos que van a la mesa de la clase trabajadora; cuidar de la Amazonía y del medio ambiente; y hacer un programa económico que tenga una inversión mayor para todo el pueblo brasileño, utilizando incluso los bancos oficiales para dar más créditos, entregar proyectos de infraestructura y se pueda generar empleo en la construcción civil.
UA: Que la alianza sea amplia, de fuerzas políticas que tienen matices e incluso en algunos casos diferencias, ¿implica un problema o desafíos difíciles para adelante?
AC: El primer problema es Bolsonaro. La primera tarea es sacar a Bolsonaro y al fascismo. Cuando hubo tentativas del golpe a Dilma, el MST le hablaba a Dilma que tenía que hacer un Ministerio de amplias fuerzas políticas nacionales para evitar el golpe. Yo creo que es lo que Lula tiene que hacer ahora, un gran ministerio que va a coordinar todo el proyecto político. Que tenga como eje central la democracia y el cuidado de nuestra soberanía popular. El MST, el PT, los otros partidos, los otros movimientos tendrán que hacer sus contribuciones. La nuestra siempre será la lucha por la tierra, la reforma agraria y producir alimentos saludables para todo el pueblo brasileño.
UA: El MST ha estado siempre con Lula. ¿Cómo se conjugan esas agendas? ¿Cuáles son las propuestas concretas que lleva el MST a un eventual gobierno desde el 2023 hacia adelante?
AC: Nuestra principal propuesta es empezar otra vez con procesos de desapropiación de tierras. Hacer una reforma agraria amplia y popular que pueda llevar a la clase trabajadora del campo a un proceso de desarrollo sustentable, produciendo alimentos y generando empleo y oportunidades para la juventud y las mujeres. Un programa de agroindustrialización y comercialización para que lo que producimos nosotros llegue a la ciudad, a todas las instituciones públicas del Estado brasileño como principal comprador de este producto. Nuestra propuesta es que tengamos un gobierno de conversación nacional, de reconstruir las bases de la democracia inclusiva y participativa. No la democracia donde uno sólo va a votar, sino una democracia que pueda tener participación. Por eso estamos trabajando mucho en la construcción de los Comités Populares para la defensa del voto, del programa y del gobierno, porque, independientemente de nuestra victoria, en Brasil hay un 30% que es bolsonarista y que nosotros necesitamos derrotar ideológicamente. Necesitamos estar movilizados permanentemente.
UA: Escuchaba a Aloizio Mercadante (ex ministro de Educación de Lula, uno de los actuales coordinadores de la campaña) respecto de milicias en la zona de la Amazonía sobre que han crecido mucho durante el gobierno de Bolsonaro.
AC: Durante el gobierno de Bolsonaro ellos intentaron transformar Brasil. Hay milicianos que están alineados a los narcotraficantes. Por eso Bolsonaro no responde como Presidente de la República. ¿Quién mandó a matar a Marielle? ¿Dónde están los armamentos que estaban en la casa vecina de Bolsonaro? Un gobierno miliciano, narcotraficante, que nosotros necesitamos derrotar. Los grileiros de terras (los que roban tierras) y los garimpeiros son muy peligrosos y tienen todo el apoyo del gobierno de Bolsonaro. Por eso necesitamos derrotar y desmontar desde el punto de vista del Estado brasileño a ese estado miliciano montado por Bolsonaro.
UA: El MST, además de integrar los Comités Populares de Lucha y campaña, ¿cómo está integrado en el territorio brasilero? ¿Cómo están organizados?
AC: El MST adoptó desde el principio, mirando las luchas históricas en Brasil que fueron muy importantes para nuestra formación, el hecho de que nuestro movimiento no podía ser localizado, tenía que ser nacional para estar en todo Brasil, incluso para la mantenimiento de todo el movimiento, que tiene 38 años de vida. El MST se nacionalizó rápidamente. Tenemos 4 centros de 50 mil familias asentadas. Esos asentamientos fueron creadas porque hubo ocupación de tierras, hubo presión política. Los gobiernos de Fernando Henrique y Lula fueron los que más desapropiaron tierras. El gobierno de Lula desapropió 47 millones de hectáreas, asentando a 614 mil familias y más de 3 mil proyectos de asentamientos. Con eso creamos una fuerza política del MST, de la agricultura familiar y nos transformamos en los productores de alimentos orgánicos más grandes del mundo. Gracias a esta fuerza política y a esa desapropiación, el MST llega a sus 38 años con vitalidad política. Poseíamos 15 candidatos a disputar las elecciones, fue una votación muy importante de experimentar en las urnas.
Durante el gobierno de Bolsonaro y la pandemia tuvimos que adoptar una política de resistencia activa. Esta política nos llevó a no discriminar el virus del COVID-19, cuidar de la salud, pero al mismo tiempo seguir produciendo alimentos contra los ataques de Bolsonaro. Todo aquello que producimos, conseguimos entregarlo a la población brasileña. Hasta diciembre de 2021, entregamos 8 mil toneladas de alimentos, 170 mil libros y más de 1 millón de quentinhas de marmitex (platos de comida previamente embalados) para que la población más pobre de Brasil pueda comer. 33 millones de personas en nuestro país despiertan por la mañana y no saben si van a tomar café, si van a comer una galleta. 33 millones de personas están hambrientas, porque el gobierno de Bolsonaro llevó otra vez a Brasil al hambre.
UA: Sobre el proyecto de agroindustrialización y comercialización del MST, ¿cómo funcionaría específicamente en el marco de un gobierno popular?
AC: El proyecto de agroindustrialización sólo es posible con inversión pública, por eso Lula y su vicepresidente Geraldo Alckmin tienen muy clarito que es importante invertir a través de los bancos públicos. Es la agroindustrialización cooperativizada la que da condiciones para desarrollar las cadenas productivas de leche, arroz, café. Un solo asentamiento con 5 hectáreas no tiene producción suficiente. Por eso hay que tener agroindustrialización cooperativizada donde varios asentados colectivamente producen y desarrollan su cadena productiva y al mismo tiempo pueden comercialización a larga escala para el pueblo brasileño.
UA: ¿Qué se espera para este domingo 30 de octubre?
AC: Esperamos mucha lucha, mucha organización política. Estamos hablando con la militancia en todo Brasil, que hay que cuidarnos, no entrar en provocación. Cuidar del voto, cuidar del otro, cuidar de las personas que tienen dificultad de salir a votar para garantizar la votación que tuvimos en la primera vuelta ampliando en 5 o 6 puntos porcentuales para garantizar para Brasil, para nosotros y para toda América Latina, la victoria de Lula.
UA: Parte de la campaña para crecer está siendo en la zona del Sudeste y del Norte.
AC: En el Nordeste vamos a salir de la votación de 60% para 70%, vamos a crecer bastante. Y la región del sudeste, en San Pablo, Lula está haciendo una disputa junto con Haddad muy importante. Haddad será electo gobernador, entró muy bien en la recta final de la campaña. En Minas Gerais, muy importante para nosotros, vamos a mantener la diferencia que tuvimos en la primera vuelta o crecer un poco más. En Río de Janeiro va a hacer una disputa codo a codo con Bolsonaro.
Empatando en Sudeste, ampliando en Nordeste y Norte, podemos tener una victoria contundente del presidente Lula. Todas las instituciones públicas de Brasil, después del resultado, tienen que hacer un llamado inmediato para reconocer la victoria de Lula. Nosotros no permitiremos autogolpe ni golpe de Bolsonaro que está intentando hacer bulla. Ustedes están muy atentos para denunciar la tentativa de golpe de no reconocimiento de las elecciones. El domingo será una fiesta popular. Que todas las instituciones brasileñas y los medios de comunicación internacionales puedan hablar para el mundo que en Brasil hubo una victoria contundente de Lula.
UA: Por último, es muy importante el voto religioso en Brasil, tanto católico como evangélico. Me gustaría una reflexión de usted sobre ese tema para el afuera para que pueda comprenderse.
AC: El santo Papa es argentino, es hincha de San Lorenzo. Habló ayer (por el jueves) pidiendo a Nuestra Señora de Aparecida que salve al Brasil del odio. Aquí el 60% de la población es católica y no quiere el odio. Los padres, las iglesias, las procesiones, la fe cristiana de los católicos son atacadas por los bolsonaristas. No solo los evangélicos son fundamentalistas, hay evangélicos que están con Lula, porque él les habla con un programa que pueda atender el empleo, la renta, la escuela, la universidad. Por eso creo que la campaña de Lula ha crecido bastante con propuestas concretas para los evangélicos. Vamos a disminuir esta votación que tuvo Bolsonaro en la primera vuelta y vamos a ampliar la de los católicos en Brasil.
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