“Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen”, dijo este jueves la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su primera aparición pública tras el intento de magnicidio del que fue víctima el pasado 1 de septiembre.
La expresidenta habló en el Salón Provincias de la Cámara el Senador, donde se llevó a cabo una reunión con Curas Villeros, Curas en Opción por los Pobres y Hermanas, religiosas y laicas.
Cristina comentó que “si tenía que agradecerle a Dios y a la Virgen lo tenía que hacer rodeada de curas por los pobres, curas villeros, hermanas laicas y religiosas”.
Además, contó que tenía intenciones de ir a la misa en Luján pero que desistió por el operativo de seguridad que hubiese significado: “No quería entorpecer con mi presencia lo que era un momento muy especial”.
De la misma manera, informó que el Papa Francisco la llamó el viernes por la mañana, y que conversaron sobre el atentado que ella había sufrido.
“Yo siento que la recuperación de la democracia no fue solo volver a votar, yo entiendo que recuperar la democracia fue recuperar la vida y la racionalidad de que podamos discutir política, erradicando la violencia y la verdad que lo que pasó el otro día fue algo más. Fue una ruptura de eso que tenemos que volver a reconstruir urgentemente”, advirtió la mandataria.
“Esa pasión que tenemos para que la gente vuelva a comer o tener trabajo no lo vamos a lograr únicamente los que pensamos de una manera. Cuando yo me junté con Melconian, esta es la gracia, la gracia no está en juntarse con los que piensan igual, sino con los que piensan distinto y ver si en economía, al menos, podemos tener un acuerdo mínimo. Porque todos hablan de la inflación, el problema de la inflación es porque no tenemos moneda, algo de lo que yo vengo hablando de la economía bimonetaria. Hay que ponerse de acuerdo mínimamente en eso para volver a reconstruir”, agregó.
La vicepresidenta leyó el discurso de un senador radical en una sesión de enero de 1930, luego de que Hipólito Yrigoyen -entonces presidente- sufriera un atentado en la puerta de su casa, donde se refirió a los medios de comunicación de ese entonces. ”La prensa era el diario Crítica de Natalio Botana, que vendía un millón de diarios. El peronismo todavía no existía”, indicó Fernández de Kirchner.
“Siempre hubo grupos, no mayoritarios, pequeños, pero de gran poder que quieren suprimir, eliminar al que piensa diferente”, agregó.
Al recordar el día del atentado, la vicepresidenta remarcó: “Fueron los militantes los que aprehendieron a quien me había intentado matar, no fue la Policía. No solo lo detuvieron, impidieron que -fracasado el primer disparo- intentó montar otra vez el arma y se lo impidieron. Pero no hicieron justicia por propia mano, ni lo lincharon, nada. Hicieron lo que corresponde hacer a ciudadanos democráticos y cristianos. Lo entragon a la Policía, a la ley. Y de verdad que yo no creo que haya que sancionar ninguna ley especial, las que ya estan vigentes alcanzan y sobran. Hay poner mucha institucionalidad para reconstuir”.
Sostuvo que hay que recuperar el diálogo para reconstuir la economía “como hacía Cristo”, e ironizó: “Me volví un poco mística, un poco de razones me asisten”.
“Recen por mí que lo necesito”, añadió parafraseando al Papa al cierre de en su primer mensaje en público tras el intento de magnicidio del 1 de septiembre, cuando Fernando Sabag Montiel trató de disparar cerca de su cabeza con un arma mientras ella saludaba a militantes frente a su departamento del barrio porteño de Recoleta, en contexto del viciado proceso judicial que pesa en su contra.
Días pasados, la exjefa de Estado había tuiteado una imagen con una publicación del diario Clarín titulada “La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”, en cuestionamiento a ese contenido.
Junto a la presidenta del Senado, participaron integrantes del interbloque del Frente de Todos de la cámara alta, como el neuquino Oscar Parrilli, la formoseña María Teresa González, el entrerriano Edgardo Kueider, el chubutense Carlos Linares, el fueguino Matías Rodríguez, el rionegrino Martín Doñate y el puntano Adolfo Rodríguez Saá.
El discurso completo
Bueno, yo quiero agradecerles en primer lugar que hayan venido todos y todas. Yo quería que mi primera actividad pública, por así decirlo, o fuera de un despacho, fuera con ustedes. Yo siento que estoy viva por Dios y por la virgen, realmente. Así que me pareció que si tenía que agradecer a Dios y a la virgen tenía que hacerlo rodeado de curas por los pobres, de curas villeros y de hermanas laicas, de hermanas religiosas. Me hubiera gustado que estuvieran mis amigas, las carmelitas de San Nicolás pero, no pueden porque son de clausura. Sí, yo las invité y después me di cuenta que no podían pero ya hablamos mucho, nos mandamos mensajitos. Y ellas me mandan miel de la basílica del Rosario de San Nicolás. Y bueno, me mandan también nueces de pecán y cositas así. Yo las quiero mucho y ellas me quieren mucho. Nada.
Quería por eso que mi primera actividad fuera con ustedes. Me hubiera gustado estar el otro día en la Basílica de Luján pero iba a haber mucha seguridad y no quería entorpecer con mi presencia lo que era un momento muy especial.
Ustedes saben que el Papa Francisco me llamó bien tempranito al otro día de ese jueves, el viernes tempranito me llamó. Estuvimos hablando por teléfono y me digo algo así como que los actos de odio, los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio y de violencia. Primero es lo verbal ¿no? la agresión y después ese clima va creciendo, creciendo y creciendo y finalmente se produce bueno…
Pero yo no quiero hablar de eso, de ese día. No, no. Yo quiero hablar de mi país, de nuestro pueblo, de lo que ustedes ven y viven junto al pueblo en los barrios. Lo decía Ignacio, desde la inflación, de los precios, de la necesidad de la gente de lo que decía recién la hermana, que la gente comía y comían en familia además porque la gente no tenía que ir… Al colegio se iba a estudiar y además te daban una computadora. Y además te daban una computadora. Y la gente volvió a comer en las casas porque es lo que la familia quiere, sentarse al mediodía o a la noche, o a la noche si es que los padres trabajan y están afuera, comer en familia.
Yo digo siempre que ese es el orden porque a mí me gusta también vivir en orden. A todos nos gusta el orden ¿no? Pero para mí el orden que nosotros dimos en nuestro gobierno fue ese: el orden que la familia coma toda junta, que los pibes vayan al colegio a estudiar, no a comer, que los obreros tengan su trabajo en la fábrica, el vendedor en su comercio, el comerciante. El orden de que cada uno esté haciendo lo que sabe y lo que tiene que hacer, ese es el orden. Por lo menos para mí ese es el orden. El orden de la pala, del palo y bala no me parece orden. Aparte son órdenes que duran poco tiempo. Todos hemos tenido experiencias en la historia, yo soy militante de muy joven y tengo muchos años ya y todo lo que fueron experiencias de violencia y de querer imponer cosas con las violencias más extremas, más tremendas, finalmente fracasaron. Y no solamente fracasaron sino que dejaron tragedias, secuelas, heridas que la sociedad todavía aún tiene.
Por eso digo que yo ese día que llegué había estado acá en el Senado hasta las ocho y media más o menos y la verdad que estaba feliz porque ese día tuvimos una reunión con la gente de YPF y con los de la empresa de Malasia, Petronas, que ya habíamos tenido un acuerdo por allá por el año 2014 cuando recuperamos YPF y Vaca Muerta. Y ellos van a hacer una inversión muy importante en Argentina que nos va a permitir tener exportaciones con el gas y… Yo venía contenta porque, finalmente, ahora que tenemos que importar gas y vamos finalmente a dentro de cuatro, cinco años a exportar gas y esto iba a significar divisas. Y bueno, y pasó lo que pasó pero, yo creo que lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí. Para mí lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde el año 1983. Yo siento que la recuperación de la democracia no fue solamente que podamos volver a votar y elegir a las autoridades. Yo entiendo que recuperar la democracia fue recuperar la vida. Recuperar la vida, la vida y la racionalidad de que podamos discutir en política, peronistas, alfonsinistas, peronistas renovadores, peronistas tradicionales… Lo que fue la democracia a partir del 83, erradicando esa violencia. Y la verdad que lo que pasó el otro día fue algo más, fue una ruptura. Una ruptura de eso que tenemos que volver a construir urgentemente porque, además, Toto, además Ignacio, esa pasión que todos tenemos porque la gente pueda volver a comer, pueda volver a tener un trabajo, no lo vamos a lograr hablando únicamente entre los que pensamos de una manera. Esa fue… cuando yo me junté, que tuvo tanta prensa, con Melconian que nadie puede pensar que yo tengo las mismas ideas que Melconian en política. Pero esta es la gracia. La gracia no es juntarse con los que piensan igual. La gracia es juntarse con los que piensan distinto y ver, si al menos en economía, podemos tener un acuerdo mínimo. Porque todos hablan de la inflación. El problema es que la inflación viene porque no tenemos moneda que es lo que yo opino, vieron en las conferencias que venía dando de la economía bimonetaria y qué sé yo, del dólar y pim, pum, pam. Es eso, hay que ponerse medianamente de acuerdo en eso para volver a reconstruir. Y la verdad que cuando yo fui a hablar con él lo hice con esa intención y sigo con la misma intención de siempre. Primero porque es cierto que todos los dirigentes políticos quieren ser Presidente como dicen los curas que quieren todos ser Papa ¿no? Sí, la verdad. Bueno. ¿Qué cura no quiere ser Papa? Obviamente. Eso lo charlamos una vez con Jorge y él se reía. Finalmente yo tenía razón. Finalmente yo tenía razón. Y la verdad que en mi caso yo ya fui Presidenta dos veces. O sea: la máxima ambición que tiene un político, una política en Argentina, que es ser Presidente, yo ya la tuve por partida doble. Y además de eso mi compañero también fue Presidente. O sea: no son esas las cosas que me seducen ni las cosas que me animan. Las cosas que me animan son ver realmente si podemos salir.
Y, miren, yo decía… porque hay toda una cosa que normalmente se dice que antiperonismo, peronismo, la grieta. No, no. Miren: yo traje acá, ahora les voy a explicar lo que es este libro. Quiero contarles algo porque es una cosa que puede ayudarnos a entender el problema que, en cierta medida, podemos tener los argentinos y que arrastramos en la historia, en los 200 años de historia.
El 24 de diciembre de 1929 hubo un atentado contra la vida de Hipólito Yrigoyen. Hipólito Yrigoyen era Presidente de la República Argentina. Había ganado en el año 28, el año anterior, por más del 60% de los votos. Pero la crisis del crack del 29, de la bolsa de Nueva York y lo que fue la gran depresión después a partir del 30, había disparado los precios en la Argentina de los alimentos. Había muchísima inflación. Habían perdido poder adquisitivo los salarios de los trabajadores producto del crack mundial y había una oposición muy feroz a Hipólito Yrigoyen. Habían hecho un acto el día anterior en la puerta de la casa. Y el 24 de diciembre, cuando iba acompañado con su custodia, una persona atentó contra su vida con cinco balazos. Hirió al comisario que iba con él, Yrigoyen salió ileso y el agresor fue abatido por la policía. Pero yo quiero mostrarles porque, obviamente, si yo cuento, bueno… puede ser una opinión sesgada de Cristina lo que está diciendo. Yo quiero, este libro… Este libro es del año 1929, es el diario de sesiones de este Senado. Diario de sesiones de este Senado. El atentado fue el 24 de diciembre pero, el 21 de enero del 30, el 21 de enero del 30 hubo una sesión y, obviamente, los senadores… no había senadoras en ese momento. Eran todos hombres. Todavía no había llegado Eva Perón con el voto femenino. Así que miren, chicos, chicas, estaban todos hombres. Y entonces un senador radical, el senador Del Valle pide la palabra para hacer una manifestación, precisamente, por eso que había sucedido. Y miren lo que dice: “esto lo digo en nombre de la representación radical. Con entera conciencia y tranquilidad. Ese atentado no ha sido sino la consecuencia de la actitud intemperante y desorbitada de la prensa, de partidos y aún, señor Presidente, del mismo honorable Senado. En la misma esquina del domicilio del doctor Yrigoyen se alzó una tribuna de escándalos y amenazas”. O sea: fueron a hacer el acto en la puerta de la casa, también, de Yrigoyen. Cualquier similitud no es coincidencia. “Y ese desgraciado que atentó contra la vida del primer mandatario y que tenía sus actividades próximas, oyó quizás allí por primera vez la incitación al crimen”. Y dice: “el país presenció las escenas bochornosas que tuvieron como escenario este recinto. Todas las torpezas, todas las irreverencias posibles contra el primer mandatario. Algún señor senador habló de dictadura, de despotismos, de tiranos, que recordó la revolución francesa y habló de la guillotina.” De la guillotina, 1930. Va a ser un siglo y ya había amenazas de guillotina por no compartir una opinión política.
¿Qué le contesta la oposición? El senador Vidal de Corrientes. «Se ha querido mezclar este hecho del atentado contra el presidente de la República con la política actual, se ha querido relacionarlo con la acción benéfica de la oposición y con la justa y saludable crítica de la prensa independiente, que es una verdadera insensatez condenar, etc…». En ese momento la prensa era el diario Crítica. El diario Crítica había sido creado en 1914 por Natalio Botana y llegó a vender un millón de ejemplares diarios, ¡un millón! Había 10 millones de argentinos en ese momento. Imagínense el poder de alguien que en una sociedad de 10 millones de personas, nada más, concentradas la mayoría, obviamente aquí en Buenos Aires, vendía 1 millón de ejemplares diarios. Y lo más notable de todo esto es que el peronismo todavía no existía, o sea, vieron que ahora dicen «no porque lo que pasó los últimos 40 años del peronismo», «que el peronismo es responsable», «que el peronismo…». No existía el peronismo, acá Evita tenía 11 años y todavía no había salido de Junín.
¿Por qué traigo esto a colación? Y bueno porque me parece que tenemos que examinarnos nosotros mismos, la autopercepción que tenemos los argentinos de nosotros mismos. Y lo que somos, porque siempre hubo grupos, tal vez no mayoritarios, pero sí pequeños, pero de gran poder que quieren suprimir, eliminar al que piensa diferente. Seis meses después de esto Hipólito Yrigoyen era, se producía el primer golpe militar de la historia y se fundaba lo que después se conoció hasta 1983 como el Partido Militar. Esto sucedía en 1930. Creo que esto es para ayudarnos a reflexionar, ustedes saben que a mí me gusta mucho la historia y es tal vez un lugar común decir que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, pero no deja de ser cierto. Y yo quería traer esto a colación porque creo que tenemos la obligación los argentinos y las argentinas de retomar un camino que le costó mucho a la Argentina, costó mucho, mucho, mucho. Y que además tomar el ejemplo, también, yo sé que a muchos o a otros, a otras, no les gusta, por ahí, que hablemos de las Abuelas o las Madres de Plaza de Mayo, pero cuando yo también era senadora y se declaró la inconstitucionalidad o la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, yo me pregunté esa vez porque la verdad estaba sentada en la banca y digo «yo no sé si me hubieran secuestrado un hijo o me hubieran torturado y matado, si me hubieran robado un nieto, si hubiera sido de reclamar solamente justicia y aplicación de la ley como hicieron», porque la verdad que este es el tema, cuando alguien delinque no se lo puede ni matar, ni secuestrar, ni torturar, ni nada, hay que aplicar la ley y todos tenemos que tener ese ejemplo cívico como argentinos. El otro día cuando pasó lo que pasó fueron los militantes los que aprehendieron a quien me había intentado matar, los militantes, no fue la policía, fueron los militantes los que lo detuvieron. No solamente lo detuvieron, impidieron que fracasado el primer disparo, intentó apuntar nuevamente el arma y se lo impidieron. Y no hicieron justicia por propia mano, ni lo lincharon, ni nada. Hicieron lo que corresponde hacer a ciudadanos democráticos, cristianos, cristianos. Lo entregaron a la policía, la ley. Y la verdad que yo no creo que tengamos que sancionar ninguna ley especial, sinceramente, no creo que reconstruir eso que tanto trabajo nos costó lograr a partir de 1983 no requiere la sanción de ninguna ley. Las que ya están vigentes alcanzan y sobran, alcanzan y sobran. Lo que hay que poner es mucha institucionalidad, mucho1 respeto democrático y cívico para reconstruir, porque si además no hacemos eso, ¿ustedes creen que es posible reconstruir económicamente el país? ¿O lo que es necesario para la gente que no le alcanza el salario? ¡Para los que lo tienen! Para los que lo tienen, o que no pueden pagar el alquiler de la casa, para los que todavía pueden pagar un alquiler. O lo que planteaba Toto y que es una de las pasiones que tiene Juan, nuestro compañero amigo, Juan Grabois, con el tema de la tierra, ¿no?, el lugar para vivir. Esas casas donde uno ve que en el mismo terreno construye la familia adelante y ya no hay más lugar, entonces todo se complica. ¿Se puede hacer todo esto en un clima…? ¿Se puede reconstruir un país y reconstruir la economía en un país donde solo se insulta y se agravia? Miren, si la economía tiene problemas hay que discutir de números y ponernos de acuerdo discutiendo de números. Es lo más fácil de poder discutir números, es fácil porque dos más dos es cuatro y no hay posibilidades de que sea cinco o seis. En cualquier otra cosa la política, la religión, es lo que cada uno piensa y siente, pero la gran ventaja que te da la economía es que podés discutir sobre números. Entonces, yo creo que cuando se pone tanto adjetivo, tanto insulto y tanto agravio es porque no se quiere discutir en serio de economía. Porque, bueno, nada, hubo un momento, recién la hermana lo recordaba, y no significaba que era Disneylandia, ni el paraíso cuando vivía, cuando gobernada Néstor o cuando me tocó ser presidenta a mí, pero había trabajo, había esperanza, había expectativa y yo creo que eso es lo que tenemos que volver a construir entre todos y todas, y hacerlo con la actitud de hablar con todos, con los que nos gustan y con los que no nos gustan, como hacía Cristo, en definitiva. Me puse un poquito mística ahora. Sí, sí, convengamos que razones para serlo me asisten, me asisten razones para serlo. Y por eso quería hoy estar con ustedes, porque ustedes están al lado de los que más sufren, están llevando la palabra de Dios siempre y de la virgen y del evangelio. Lástima que faltó José porque es mi gran consultor del evangelio, tenemos en José Mayans, senador, es un católico militante y practicante en serio. No, no, en serio, yo lo admiro y lo quiero mucho a José. Y quería estar con ustedes, porque a mí me parece que estando con ustedes estoy un poquito más cerca de Dios y de la Virgen también. Así que gracias por venir y le copié una cosa a Francisco, ahora digo «por favor, recen mucho, mucho por mí», pero recen mucho porque lo necesito. Gracias, muchas gracias.
Agencias/UA
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