Por Carlos Aira (*)
Este domingo, las Apiladas tienen la lupa puesta en un solo hecho. Los acontecimientos sucedidos el martes último en Barracas Central – Patronato. Los mismos fueron graves. Muy graves. Tan graves que pueden ser un mojón en el camino.
BARRACAS-PATRONATO. ¿POR QUÉ? Iniciemos un camino sinuoso y complejo. Sobre todo porque está implicado el club de Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino.
Vayamos al hecho. Cierre de la 10° fecha. Martes por la noche. Con todos los resultados arriba de la mesa, en cancha de All Boys, Barracas Central recibió a Patronato. Partido importantísimo en la lucha por mantener la categoría. Luego de una sorprendente Copa de la Liga, Barracas inició el campeonato con el pie izquierdo acumulando tres derrotas consecutivas (River, por la Copa – Argentinos – Estudiantes). En caso de perder ante Patronato, el promedio del descenso quedaría en un peligroso 1,166. Su rival, Patronato de Paraná, es el último clasificado en los promedios. Pero a diferencia de Barracas, el equipo de Facundo Sava llegaba en alza logrando 10 de los últimos 15 puntos. Este repunte puso en competencia al elenco entrerriano, que de haber derrotado a Barracas hubiera quedado a 4 puntos de Aldosivi.
El árbitro del partido fue Jorge Baliño, tandilense, 42 años, bombero de profesión – no es chiste – ex afiliado a SADRA, sindicato de árbitros del interior. En este campeonato, Baliño dirigió a Barracas en otro partido polémico como fue la victoria 2 a 1 ante San Lorenzo. Pero en este fútbol actual, no sólo son protagonistas los árbitros cancha. Los árbitros VAR pueden ser los verdaderos responsables de impartir justicia. La tarde que Barracas derrotó a San Lorenzo, el VAR estuvo a cargo de Yael Falcón Pérez. El martes pasado, en la cabina estuvieron Diego Abal y Diego Ceballos.
Los acontecimientos son conocidos por todos. Barracas venció 2 a 1 con un arbitraje que benefició en forma evidente al elenco rojiblanco. En el primer tiempo Baliño expulsó a Nicolás Castro por una falta menor. Luego anuló un gol a Patronato por un off-side inexistente. Barracas se puso en ventaja por intermedio del paraguayo Cristian Colman. A falta de 15 minutos, igualó Jonás Acevedo y luego dio vuelta el marcador, pero Baliño anuló un nuevo gol visitante por un penal increíble en el área visitante que solo existió en la imaginación de Ceballos. Pablo Mouche falló el penal, pero Barracas ganó el partido con un postrímero del colombiano Sebastián Rincón.
Finalizado el partido, los jugadores visitantes, desbordados por la bronca, no pudieron frenar sus impulsos. Una docena de policías rodearon a la terna arbitral, pero varios jugadores eludieron el cerco y se enfrentaron a los policías. Este enfrentamiento generó la detención de los futbolistas Justo Giani, Juan Pablo Barinaga, Axel Rodríguez, Matías Pardi y el preparador de arqueros Damián Eduardo González. Los cinco fueron detenidos por disposición de la Fiscalía de Eventos Masivos, a cargo de la Dra. Celsa Ramírez, acusados de infringir los artículos 96 y 230 del Código Penal. Los cinco acusados pasaron la noche en la Comisaría Vecinal 10 y en la mañana del miércoles, abogado de AFA mediante, recuperaron su libertad.
La historia no finalizó allí. En las últimas horas se deslizó que la directiva de Patronato pedirá en AFA repetir el partido ante Barracas Central. El reclamo se sustenta en 27 errores arbitrales que perjudicaron a su club. Llevar adelante este tipo de acciones tiene un correlato político y el mismo se explicitó el viernes pasado, cuando el gobernador Gustavo Bordet concurrió a la práctica del Patrón. Este gesto no gustó ni un poco en las altas esferas afistas. Patronato se está jugando punto por punto la categoría y la directiva está dispuesta a todo en caso de necesitar esos 3 puntos para mantenerse en Primera.
LA DURA TRAMA ARBITRAL Y EL EFECTO VAR: El fútbol tiene un protagonista cada vez más importante que es el arbitraje. Esa importancia se maximizó con la incorporación del VAR. Partimos de una base. Creyendo en la honestidad profesional e intelectual de todos los implicados, los árbitros no dejan de ser hombres y mujeres de carne y hueso, influenciables, dueños de sentimientos, miedos y aspiraciones. Si a eso le sumamos un ambiente donde se mueven millones de pesos (dólares, euros, rublos, yuanes o florines, si es necesario), las presiones y tentaciones también están a la vuelta de la esquina. Pero hay una dimensión necesaria, que es la del poder. El arbitraje es poder y el poder se ejerce.
Desde 1992, el fútbol grande está dividido en dos asociaciones: AAA (Asociación Argentina de Árbitros) y SADRA (Sindicato de Árbitros de la República Argentina). Las AAA ligadas al fútbol directamente afiliado; SADRA, a las provincias. Durante años, ambas centrales sindicales se disputaron nichos de poder con un eje central: las designaciones internacionales. Con la llegada de Claudio Tapia, el eje de disputa cambió. Chiqui movió a Horacio Elizondo y puso a Federico Beligoy – un hombre de su absoluta confianza – al frente de la estratégica Dirección Nacional de Arbitraje.
Beligoy, representante sindical de las AAA, tiene a cargo las designaciones de todos los fines de semana. Para cimentar poder, AFA necesitaba árbitros alineados y el SADRA del díscolo secretario general Guillermo Marconi no ofrecía esa certeza. El enfrentamiento SADRA-AFA ha sido indisimulable. En el ejercicio del poder nadie puede dejar ese cabo suelto. En los últimos años, varios árbitros dejaron SADRA para transformarse en independientes. ¿Supervivencia o pragmatismo? De los 23 árbitros actuales, once están afiliados a AAA (Patricio Loustau, Germán Delfino, Mauro Vigliano, Fernando Rapallini, Fernando Etchenique, Diego Abal, Héctor Paletta, Yael Falcón Pérez, Ariel Penel, Nicolás Lamolina y Diego Ceballos). De SADRA tan sólo Néstor Pitana, Mariano González y Pedro Algañaraz. Pero los nueve árbitros que están en la mira son los ex-SADRA: Jorge Baliño, Darío Herrera, Fernando Espinoza, Andres Merlos, Fernando Echavarría, Facundo Tello, Silvio Trucco, Emanuel Ejarque y Nazareno Arasa.
Esta purga de árbitros ha generado desconfianzas en sectores enfrentados a Tapia. Los árbitros – principales y asistentes – están en la mira y juegan condicionados. Saben que cualquier error es motivo de duda y polémica. Quienes conocen la interna señalan que la presión que sienten los árbitros es inaguantable. Por la rosca interna de AFA, por todos los comentarios alrededor de cada partido, por los posibles llamados dirigenciales y el miedo a pisar desconocidos cables pelados. Las lesiones producto del stress son un mal de este tiempo.
A partir de este 2022 comienza a tallar el VAR. El encargado de la tecnología – Quality Manager, en términos modernos – es Sergio Zoratti, subdirector de la Dirección de Arbitraje. Consultado para este enfoque, un dirigente – que pidió obvia reserva – fue contundente: “el VAR vino a ayudar a los equipos chicos contra los grandes; el reglamento es igual para todos. Es más polémica periodística que interpretación de reglamento”. Haciendo un relevamiento estadístico, el VAR ha colaborado con resolver las históricas injusticias que padecen los clubes chicos, pero el foco está puesto en Barracas. La tecnología ha sido determinante en tres partidos polémicos a favor de Barracas (Huracán 1-2 Barracas; Barracas 2-1 San Lorenzo y Barracas 2-1 Patronato) ¿Predeterminación? ¿Miedo alrededor de la figura de Claudio Tapia y Pablo Toviggino? La respuesta está en la íntima conciencia de los protagonistas.
TAPIA Y EL EFECTO INTERIOR: Como venimos expresando, el poder se ejerce. Claudio Tapia no es un presidente débil. Tampoco su cargo dependió de la final del Maracaná, como algunos sugirieron en los últimos días. Esa fue una expresión de deseos, una opereta mediática. Tapia es un presidente fuerte que tiene una mano operativa desconocida para el gran público. Pablo Toviggino es un personaje central en este tramo de la historia de nuestro fútbol. Una rara avis. Un dirigente de la hípica que llegó al fútbol desde el Consejo Federal. Supo ser parte de la Comisión Normalizadora macrista, sobrevivió a ella y sabe ser, desde 2017, el gran titiritero.
Su impronta se trasluce en nuestro fútbol. También modos y formas. Hay que separar: los dirigentes directamente afiliados suelen ser prolijos – aun en sus desprolijidades – porque saben que sus partidos siempre tienen una cámara y rebote mediático. No así quienes vienen del interior. En los últimos años, algunas situaciones del Torneo Federal hubieran escandalizado hasta el hartazgo a quienes hoy piden la intervención de AFA por Barracas-Patronato. Como muestras gratuitas: el ascenso de Estudiantes de Río Cuarto y las confesiones de su capitán; y la final Alvarado – San Jorge, con sentada incluída del elenco tucumano.
Los tiempos actuales son urgentes. Todos los actores principales de nuestro fútbol tienen intereses. Negocios, representantes, torneos internacionales. Esos intereses bajan al campo de juego en forma de sugerencias, premios o presiones. Esto cuadra para Barracas Central – Con el proyecto de nuevo estadio y clasificaciones internacionales anuales – y todos los clubes que tengan un factor de presión dentro del andamiaje actual de nuestro fútbol. Siempre fue así. Pero lo extraño de éste tiempo es que es muy urgente y explícito. Muy propio del Consejo Federal y el fútbol de las provincias.
Una pregunta también sobrevuela el ambiente. ¿No le molesta a Tapia todo lo que se genera alrededor de Barracas? El ejemplo Grondona-Arsenal está muy a mano, pero volvemos a una idea anterior: son tiempos vertiginosos y muy intensos.
¿SE VIENE LA LIGA DE 30? La posibilidad es cada vez es más cercana. Como señalamos en las Apiladas del domingo pasado, el proyecto toma vuelo. Habrá que ver si el efecto Barracas-Patronato se suma a las razones por las cuales sería necesario replantear el fútbol argentino. ¿El reclamo de Patronato puede ser el disparador del campeonato de 30 equipos? Hace unas semanas, Oscar Lenzi, presidente del elenco entrerriano, declaró al Superdeportivo de Entre Ríos: “Hay una conversación entre dirigentes, una posibilidad. Vamos a ver como la toma Claudio Tapia. Hay una moción que puede ser interesante y lo estamos hablando. Con Mario Leito (presidente de Atlético Tucumán) estamos analizando un formato. Hay que trabajar en el cómo del campeonato, con 30 equipos. Teniendo en cuenta que los grandes clubes tienen copas por todos lados. Es un trabajo arduo, se presentará la moción y se determinará en la mesa ejecutiva“. Cuando el río suena…
Este domingo, las Apiladas tuvieron un sólo eje. Así lo deparó el fútbol argentino.
Nos reencontramos en la semana, como siempre, con Abrí la Cancha (Lunes a viernes, de 13 a 13:30 y 20 a 21. Los domingos, el enlatado, de 21 a 22hs).
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