Por Carlos Aira (*)
Era el otoño en Buenos Aires
Solo, nadie.
Se nos fue Juan Vattuone. El Negro de gorrito se despidió dentro de un sueño. Tan artista, tan cabal que decidió irse de éste plano terrenal como si fuera un personaje del romance fantástico de un poeta y la estrella de un tranvía.
La música y el ritmo en las venas. Desde su infancia. La abuela negra africana. Ese apellido que lo emparentaba familiarmente con esa heroína de la canción y el pensamiento nacional, como fue Nelly Omar (Nilda Elvira Vattuone). La infancia en el convoy de Flores. Ese padre que iba a consagrarse como cantante, pero se quedó sin voz cuando iba a ingresar a la orquesta de Pichuco.
Un destino de bancario derrotado por el canto. El torca que se curtió en mil escenarios cuando parecía que el tango se moría. Tocó con la orquesta de Carlos Figari y junto a grandes, como Alberto Marino, Floreal Ruiz y Edmundo Rivero. Juan la yugó desde abajo. Tan de abajo que el reconocimiento le llegó a los 55 años con una obra imperecedera. Tangos al Mango fue el resurgir del tango. La fuerza y la coloratura de Vattuone al servicio de una docena canciones con letras que tuvieron la potencia de un knock out. El tango, por fin, le cantaba al horror de la dictadura. Ni Olvido ni perdón. Ahí estaba El yuta Lorenzo. Ese Misántropo que sólo él podía cantar con tanta pasión (y precisión)
Sos mala leche…
un pelotudo que creés que al mundo lo hiciste vos
que andás regando tu ideología
como si fueras padre de Dios…
Cuando el de arriba te mande en cana
Para tu cama no habrá colchón
Vattuone, el amigo de Radio Gráfica. Un vínculo que nació a través del Bocha Martín Otaño, otro gigante de la escena que se nos fue muy pronto. Alguna visita a Desde el Barrio, en épocas donde el tango se hacía presente en el programa con la columna de Lucio Arce. Noches en Sanata Bar, Sánchez de Bustamante y Sarmiento. Recaladas eternas. Recuerdos de un tiempo que no volverá.
Juan fue parte del crecimiento de la radio. Cada vez que la Gráfica necesitó su presencia, allí estuvo Vattuone. Fueron innumerables sus visitas a la radio. Para el recuerdo, el festejo por los 10 años de la emisora. El agradecimiento del pueblo al artista. Una noche mágica. Diciembre de 2015.
Juan Vattuone. Actor protagónico en Boca de Fresca, junto a Erica Rivas, Rodrigo de la Serna y Roberto Carnaghi. Dos discos maravillosos, como son Escuchame una cosa (2011) y La medida de lo imposible (2017). En 2015 fue distinguido como Personalidad destacada de la cultura de la Ciudad de Buenos Aires. En aquel año publicó su libro “Romance fantástico del poeta y la estrella de un tranvía“. El artista polifacético.
Juan. El peronista. En una larga y gratísima charla que mantuvo con Mario Sadras en 2020, Vattuone recordó: “No soy un académico. Tan sólo seguí la actitud que tuvo Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi y Cátulo Castillo. Ellos fueron artistas populares como yo me considero. Tengo amigos desparecidos, torturados y deteriorados. En esos días de plomo, a mi fueron a buscarme nueve personas armadas para amasijarme. Aquello me pasó por contar las cosas que le canto a mi pueblo. Porque realmente fui y traté de ser coherente con la idea que tengo en mi corazón, que es el peronismo en toda su amplitud, ganas y pasión”.
Queda la Palabra fue el programa que reencontró al tango. Conducido por Guillermo Quiroga, desde 2012 es un clásico del aire de la Gráfica. Consternado por su partida, Quiroga reflexionó: “hablar de Juan Vattuone es hablar de un tipo auténtico. En estos días que sucedieron a su partida, tuve la oportunidad de hablar con muchos de sus colegas: músicos, cantautores, actores, artistas. El común denominador fue que era un artista popular con mayúsculas. Si no fue tan conocido a nivel de mitos históricos argentinos fue por su propia personalidad. No transar nunca. Fue un referente porque fue uno de los primeros artistas del tango que incorporó a su repertorio como los desaparecidos o la cuestión de género. Y no lo hizo como una moda o una oleada, sino que lo hizo hace muchísimos años. Vattuone fue una voz que se nadó contra la corriente durante el menemismo y esa lucha tuvo su fruto porque los pibes lo tienen como un referente. No solo como un referente como letrista y cantante, sino el artista que sostenía todo con el cuerpo. Pero hay algo que quiero destacar de Juan que es el amor. Pocas veces vi alguien tan generoso para apoyar al prójimo, pintando a Juan como persona y artista”.
Por su parte, Carlos Varela, cantor, productor discográfico y mánager de Rubén Juárez, expresó en la Queda la Palabra: “Lo conocí en su tierna juventud. Allá por Villa Gessel, con su guitarra a hombro. Me lo reencontré a comienzos de los 80s, cuando armamos el álbum Blanco con el Negro Juárez. Para el recuerdo, aquellas recaladas en Café Homero. Juan Vattuone fue un hombre de muchas convicciones y afecto. Mucho afecto. Siempre será grato recordarlo, porque a pesar de la ingratitud de su muerte, nos dejó la gratitud de su música y su forma de ser”.
La suerte le había sido grela en los últimos tiempos. En intento de afano tuvieron que amputarle una pierna. En aquella oportunidad, Juan le ganó la batalla a la parca. “Volví de la muerte y estoy vivo”, dijo el cantor cuando regresó a los escenarios en noviembre pasado. “Bailando en una pata”, fue el título del show. Su última aparición pública fue el miércoles 27 de abril pasado. ¿Dónde? En Radio Gráfica, en Queda la Palabra, donde presentó dos temas del inédito – y ahora póstumo – Papel Picado; disco que será el legado final del artista.
Tres días más tarde, Juan se fue silencio. Será imposible olvidarlo. Quienes hacemos Radio Gráfica siempre te estaremos agradecido, morocho cantor.
Chau, grone de gorrito.
(*) Periodista / Colectivo de Dirección de Radio Grafica.
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