El ministro de Seguridad de la Nación, Anibal Fernández, anunció que se desplegarán 575 efectivos de las fuerzas federales entre los próximos 15 y 20 días. En marzo, se sumarán mil más. También se creará una unidad móvil especial de Gendarmería en la ciudad de Rosario para combatir el narcotráfico.
“Creo que lo más saliente es el cambio en el tono que le da el Gobierno nacional a la cuestión de Rosario. Creo que hay como un impulso, una decisión y un modo de ponerlo en escena de Anibal Fernández que, de alguna manera, contrasta con lo estaba haciendo Frederic”, manifestó Luciano Couso, periodista de Redacción Rosario, en Radio Gráfica y aclaró que las “quejas” del gobierno provincial a la gestión de la ex ministra tenían que ver con que “no había un control efectivo sobre lo que estaban haciendo las fuerzas federales” ni articulación con la Policía de Santa Fe.
“No es solo un tema de cantidad de policías, sino también de calidad. Qué es lo que van a hacer las fuerzas federales en la provincia de Santa Fe y, particularmente, en Rosario, que tiene una dinámica singular en el tema de narcocriminalidad. Obviamente no es la única ciudad de esas características, que tenga un fenómeno de narcotráfico. Pasa en la provincia de Buenos Aires, pasa en Córdoba. Lo que sí tiene Rosario es la violencia asociada a esas bandas criminales”, diferenció.
El periodista explicó que “a diferencia de lo que pasa en la provincia de Buenos Aires, donde la Policía hace una regulación ilegal del mercado del narcotráfico, en Santa Fe aparecen como empleados de las bandas narco, que son las que controlan los territorios”.
Además, Couso aseguró que “el fenómeno de tanta violencia lesiva se produce porque la mayoría de las bandas grandes que operan en Rosario tienen a sus jefes y segundas líneas presos”.
“Al estar la cabeza de estas bandas detenidas, los que gerencian el negocio son terceras líneas. Pibes muy jovencitos, que tienen formas muy rudimentarias de resolver sus diferencias y que no tienen capacidad de acordar la paz territorial”, remarcó, y sostuvo que se trata “de un fenómeno muy duro, con su propia lógica y dinámica”.
“La mayoría de las víctimas son jóvenes y de barrios populares, que son los que ponen el cuerpo en el negocio del narcotráfico. Mientras, el dinero que genera se lava en inversiones inmobiliarias, cuevas financieras. Esa es una pata de la cuestión del narcodelito, que está desatendida en Rosario. Sin quitarle el poder financiero que tienen las bandas, el fenómeno va a ser muy difícil de modificar”, afirmó
- Entrevista realizada por Lucas Molinari en Punto de Partida (lunes a viernes de 8 a 10hs)
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