Por Alejandro “Gitano” Ulloa
Con duras consignas contra la precarización de trabajadores bajo el gobierno municipal de Larreta, la conducción de ATE Capital (estatales porteños) convocó a paro de los/as trabajadores/as con movilización a la Jefatura de Gobierno en Parque Patricios para exigirle a Larreta el fin del trabajo precario y los salarios de miseria. Más de 1.000 trabajadoras/es estatales marcharon para pedir el pase a planta permanente de las y los precarizados, la recomposición salarial urgente y el reconocimiento de Enfermería como Carrera Profesional entre otros reclamos sectoriales.
“La precarización que vivimos no es producto de la pandemia, lleva 14 años y tiene nombre y apellido: Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. Larreta fue jefe de Gabinete de Macri y María Eugenia Vidal fue ministra de Desarrollo de Larreta. Es un sucesión indivisa de malas políticas que pretenden eternizarse”. Lo afirmó Agustina Panissa, secretaria general adjunta de ATE Capital, ante más de un millar de estatales de distintos sectores de trabajo del Estado de la Ciudad que se movilizaron a la Jefatura de Gabinete en la calle Uspallata para reclamar sus derechos, por el fin de la precarización y fraude laboral en el gobierno de la Ciudad.
“Este gobierno de Larreta no garantiza la estabilidad laboral ni condiciones dignas para trabajar”, agregó la dirigente de ATE. La representante sindical señaló que “cobramos salarios muy bajos que no llegan a superar a línea de pobreza. Recién en noviembre vamos a llegar al 40 por ciento de aumento; tenemos compañeros que cobran 40 mil pesos y eso es insostenible”. Los trabajadores se reunieron para llegar a la sede de Parque Patricios. Encolumnados detrás de una bandera de ATE y CTA, miles de empleados del estado porteño reclamaban por sus derechos.
La movilización fue definida en Plenario General de Delegados y Delegadas de la Ciudad y convocada por ATE Capital ante la situación crítica para las y los trabajadores estatales: un tercio del total se encuentra contratado en forma precaria y más de 23 mil cobran su sueldo como monotributistas.
“En Buenos Aires, la Ciudad más rica del país, los recursos están y no los quieren poner donde hacen falta. Hay miles de trabajadores y trabajadoras con contratos precarios, compañeros que cobran salarios por debajo de la línea de la pobreza”, subrayó Panissa, quien ante la multitud pidió castigar la desprotección por parte de los funcionarios del Gobierno, a quienes acusó de exponer a las y los laburantes a la enfermedad circulante, y enumeró cada uno de los trabajadores y trabajadoras que pusieron el cuerpo durante la crisis sanitaria.
“Acá están cada uno de las y los trabajadores que sostuvieron el Estado durante la pandemia, acá están los trabajadores de salud que dejaron todo en la primera línea, los auxiliares de la educación, están los trabajadores de calle, de prevención del delito, están los compañeros y compañeras de tránsito, los trabajadores de desarrollo social y humano que estuvieron junto a la población más vulnerable, las y los trabajadores de la niñez, del reciclaje y cada uno de aquellos y aquellas trabajadoras que siendo declarados esenciales perdieron sus derechos pero no tuvieron ningún reconocimiento por este Gobierno y sin embargo lo dejaron todo por cada uno de los ciudadanos de esta Ciudad”, cuestionó en una rápida enumeración de los trabajadores más castigados durante la pandemia.
En el cierre del acto Daniel Catalano, Secretario General de ATE Capital y a la vez Adjunto de la CTA (T), pidió continuar la lucha y la organización para conquistar los derechos que el gobierno de Larreta niega. “Hay que pelear porque no es lógico ni justo que en una Ciudad de ricos vivamos en la pobreza, no es justo que haya compañeros y compañeras despedidos en Tránsito, no es justo que toda la comunidad trabajadora de Prevención del Delito esté en situación de monotributo, no es justo que tengamos que estar haciendo magia para poder garantizar dos comidas diarias”, repudió. “Se viene la variante delta y necesitamos mejores condiciones, necesitamos estabilidad laboral. Miles y miles no pueden garantizar las dos comidas, por eso estamos acá en unidad y nos movilizamos. Es mucha la exigencia que tenemos hoy como laburantes, pero también mucha la necesidad de organizarnos y seguir dando pelea. Sigamos construyendo unidad, no nos dejemos apretar”, concluyó Catalano.
Mujeres al poder (o más o menos)
Panissa es abogada recibida en la UBA y trabajadora estatal de la Defensoría del Pueblo hace nueve años –primero pasante y luego contratada– en el área de niñez y adolescencia. Fue militante estudiantil y hace teatro como hobby desde hace varios años. En su oficina del segundo piso de la sede de la calle Carlos Calvo del sindicato, Agustina se interna en los vericuetos del sindicalismo grande: señala como oportuna y aplaudida la medida estatutaria que tomó la conducción de la CGT al anunciar que la próxima directiva deberá integrarse con paridad de mujeres y hombres. Así lo consagrará un Congreso Nacional ordinario y el llamado previo al Comité Central Confederal a realizarse el 11 de noviembre en Parque Norte. La idea es que el sector femenino de los sindicatos ocupe la mitad de los espacios de conducción y el consejo directivo pase de 35 a 70 miembros. “No deberíamos aplaudir que se cumpla con lo que exigía la ley, pero le damos la bienvenida a este avance”, señala la sindicalista estatal. “La legislación vigente obliga a que el 30% de los cargos sindicales sean ejercidos por mujeres, pero eso nunca se cumplió”.
“El mundo laboral es enormemente desigual, las mujeres somos mayoría en la informalidad laboral y en las tasas de desempleo, si observamos los cuadros de distribución del ingreso vemos que los estratos de mayores ingresos están masculinizados y los de menores ingresos están en su mayoría compuesto por mujeres, de eso hablamos cuando hablamos de feminización de la pobreza. Para estar a la altura de abordar las transformaciones que necesita el mundo laboral, las organizaciones sindicales también deben transformarse. Incluir la perspectiva de género implica comprender factores que contribuyen a esa realidad, hablamos de fenómenos como los “techos de cristal” (una serie de barreras invisibles que impiden que las mujeres asciendan a puestos jerárquicos y de decisión) o “pisos pegajosos” (proceso mediante el cual las mujeres tienden a quedar “estancadas” en los puestos de trabajo de menor calificación). Si bien hay una multiplicidad de factores que contribuyen, se hace evidente que la asimétrica distribución del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado se encuentra en el núcleo mismo de la problemática.”
En las calles, tanto como en las intenciones, las compañeras dan señales de pelear cada vez con más decisión. “Las mujeres somos elegidas para tareas de representación gremial, como delegadas por ejemplo, pero reclamamos la integración a la conducción de los sindicatos, a las mesas chicas o mesas paritarias de las decisiones. Así como estamos en cada una de las luchas, en cada uno de los lugares de trabajo, necesitamos un sindicalismo donde las compañeras estemos presentes en los lugares de poder y de decisión”, señala la joven dirigente de ATE Capital, una de las pocas organizaciones gremiales que respeta la paridad de género en sus cargos directivos.
Difícil de evaluar resulta para las compañeras que tras las declaraciones de Héctor Daer y Gerardo Martínez viniera el exabrupto machista de Andrés Rodríguez, titular de UPCN y número 3 de la CGT, quien dejó una fallida afirmación para la polémica: “Nominaremos al 50% de los cargos cegetistas a compañeras mujeres que acompañen al que sea el representante legal. Esas compañeras van a integrar el Consejo Directivo y cuando haya que firmar actas o tomar la palabra, lo pueden hacer”. Sin palabras.
Como los sindicatos son parte de un esquema machista y patriarcal de sociedad hay un largo camino por delante para ocupar espacios de representación con las características que asume la clase trabajadora hoy. Todo indica que la Ley Nº 25674 de cupo femenino en los sindicatos es ignorada en su esencia profunda. Un tercio de les afiliades a los sindicatos son mujeres pero solo una de cada veinte llega a puestos de representación.
“Una verdadera reforma estatutaria no solo debe apuntar a que las mujeres ocupen cargos de conducción sino a construir una agenda con perspectiva de género” explica también Vanesa Siley, integrante de Mujeres Sindicalistas en representación de los judiciales y la Corriente Federal de Trabajadores.
Una política demoledora
La dirigente estatal le pone el cuerpo a todas las complicaciones de la vida real cotidiana que deja el complejo entramado político-sindical. Denuncia que la política del larretismo con los trabajadores tiene su correlato en la falta de políticas adecuadas a los problemas sociales como la vivienda, con “una política que privilegia los emprendimientos de las grandes desarrolladoras inmobiliarias y abandona a los necesitados de un techo a quienes apenas financia con el subsidio habitacional 690 (pago mínimo en pensiones u hoteles durante 10 meses y luego te deja librado a tu suerte con hijos, viejos, y lo que tengas). Los planes como Ciudadanía Porteña (subsidio Ciudad) que no se ajustan por inflación y no hay plus dinerario como en Nación. No hubo durante toda la pandemia acompañamiento a las PyMES ni a los Centros Culturales. Incluso en pandemia hubo recortes a programas como el caso de becas para adolescentes del Programa Adolescencia. La política de Larreta es un sálvese quien pueda donde no se salva nadie”, enumera rápidamente con aguda mirada social.
Panissa denuncia que muchos de los contratados como trabajadores monotributistas en el GCBA son utilizados “bajo presión y acoso laboral” como mano de obra cautiva para hacer tareas en la campaña electoral del larretismo. Explica que de los dos mayores sindicatos (SUTECBA y ATE) que agrupan a los trabajadores de la Ciudad, ATE Capital es el que representa y organiza a todos los trabajadores “sin hacer distinciones entre contratados, monotributistas, o empleados de planta. ATE reconoce y afilia a todos los que trabajan para la Ciudad. Promueve y convoca a la defensa de sus derechos”, según enfatiza.
“El Gobierno porteño tiene un aliado histórico, SUTECBA, que afilia compulsivamente al ingresar a planta y cogestiona con el resultado de descargar la crisis sobre los y las trabajadores.” La lista de reclamos en carpeta parece interminable en la voz de Agustina: “Los enfermeros, así como las demás licenciaturas –insiste enfáticamente– deben ser reconocidos como profesionales. Exigimos el pase a planta de todos y todas los trabajadores”, y agrega que, “por eso acompañamos la propuesta de la legisladora Victoria Montenegro, que está juntando firmas para realizar una consulta popular en las elecciones y que sea la población de la Ciudad quien determine sobre la enfermería”.
Luchas de hoy con la mira en el mañana
Aliados naturales como Eduardo López, dirigente de los docentes capitalinos, denuncian que “casi ningún medio de comunicación cubrió el paro y la movilización de los estatales porque el blindaje mediático doblega a la información pero no puede doblegar la lucha, las coherencia y la organización”. La Unión de Trabajadores de la Educación dio su total apoyo a los reclamos de ATE Capital. Beto Pianelli, del Sindicato del Subte, denunció el fraude laboral y acompañó la movilización. Llevó la solidaridad de las y los trabajadores del subte, de las y los docentes, de las y los trabajadores de prensa agrupados en el Sipreba, denunció “la caradurez de este Gobierno que no reconoce a las y los trabajadores que vienen enfrentando la pandemia” y señaló que el desafío es terminar con esta “noche negra de 14 años” de políticas neoliberales en la Ciudad.
La militante feminista gana la batalla para cerrar el pantallazo de actualidad: Panissa dice que ve cada vez menos diferencias entre la CTA a la que pertenece y la CGT de la “paridad de género” y apuesta a la unidad de ambas centrales. Trabajadores de ambos sectores soldaron una unidad en las calles que permitió frenar primero y despedir después al gobierno que encabezó Mauricio Macri. “La experiencia transversal entre ambas centrales en la experiencia de la “Intersindical de Mujeres Sindicalistas” recorre un camino similar en la “Intersindical de Derechos Humanos” y la “Intersindical de Salud Laboral”. Un proceso de unidad de abajo hacia arriba que avanza lenta pero firmemente pese a la desigual forma de organizarnos”, señala Panissa, quien no olvida señalar la necesidad de incorporar las Diversidades de Género entre las deudas sociales a resolver.
Sueña con un trato igualitario para mujeres y hombres y reclama por los “lugares de poder”. Promueve la paridad en las elecciones de Juntas Internas de su gremio para alcanzar una representatividad superadora. Repasa su tarea con la lente de los miles de compañeras que asumen la doble tarea de cuidados y se mueven entre el “piso pegajoso” y el “techo de cristal”. Mientras piensa el futuro que viene llegando planifica los próximos pasos de la pelea para conseguir “salarios dignos para todes les estatales, que les enfermeres sean profesionales y les contratades personal de planta”.
Discusión acerca de esta noticia