Por Alejandro “Gitano” Ulloa
Mostrame los documentos
Comienza un delicado armado con filigrana para las listas electorales de cara a las elecciones de medio término. Desde organizaciones sindicales “alineadas” con el Gobierno que rechazan a la conducción “gorda” de la CGT reclaman el cumplimiento de la plataforma de 2019. Tuvo poca difusión el material. Aún la mayoría de los medios considerados como “propios” eligen resumir la política en nombres para evitar la discusión de plataformas electorales que permitan resistir un archivo. Igual, no puede negarse que toda presentación a esta altura se tiñe de candidaturas electorales.
Un documento conjunto firmado por Pablo Moyano, Hugo Yasky, Daniel Yofra y otros dirigentes anti “gordos”que torean a la conducción cegetista, reclamaron que el Estado cumpla un rol central en la economía, que se fortalezca el mercado interno y “una inmediata y sustantiva distribución del ingreso y la riqueza”.
La “Proclama del 9 de Julio” tuvo la adhesión de dirigentes políticos, sociales y de distintas personalidades. Otra vez toman la palabra como en conflictos durante el período Covid (p. ej. Algodonera Avellaneda de la provincia de Santa Fe): Ricardo Peidró, Roberto Baradel, Walter Correa, Sonia Alesso, “Cachorro” Godoy y Raúl Durdos, entre otros, proponen “abandonar las políticas de ajuste del FMI que fracasaron y promover el crecimiento y la distribución de la riqueza”.
El modelo del “Estado Presente” y de una economía alejada del neoliberalismo, unifica a los sindicalistas que se manifiestan en incluso en algunos casos con desagrado ante políticas que los atravesaron desde que asumió Alberto Fernández. Camioneros lleva la delantera exigiendo al Ministerio de Trabajo por el encuadramiento de trabajadores o respondiendo a críticas abonadas con abundante propaganda mediática antisindical contra los bloqueos de protesta que realizan distintas organizaciones.
“El Estado debe tener un rol central, interviniendo, regulando, supervisando, orientando, planificando, generando incentivos y oportunidades para los sectores claves de la economía, produciendo bienes y servicios que favorezcan la integración social y territorial de la Argentina”, suscribieron en el documento.
El documento solicita la reactivación del mercado interno y reclama “el estímulo de la demanda efectiva con el imprescindible aumento de salarios e ingresos de la población”.
Desde la Corriente Federal de Trabajadores, La Bancaria realizó su propia declaración en el mismo sentido: “Por estas horas, el FMI y otros actores asociados insisten en condiciones que implican un ajuste que paga la sociedad en el marco de la tragedia que vivimos, negándose a asumir que se decidió el préstamo contraviniendo su propio estatuto (…). Al aprestarnos a conmemorar aquel 9 de Julio, respaldamos al Gobierno Nacional en sus gestiones para resolver esta cuestión, pero no deben aceptarse límites a nuestra soberanía, comprometer nuestros recursos estratégicos, o desconocer la urgencia de asumir el pago de la enorme deuda interna con nuestras niñas y niños, jubilados y jubiladas, las argentinas y los argentinos que no tienen empleo suficiente”.
Infierno y “paraíso”
Estamos mal pero vamos más o menos, con nuestros muertos a cuestas y sin futuro a la vista. La lucha de las organizaciones obreras por ocupar la “columna vertebral” se vuelve cotidiana y cada vez más necesaria. UNIDAD hasta que duela. Pero juguemos la nuestra, señalan los compañeros. La independencia política del movimiento obrero es una necesidad y como tal se transforma en derecho.
Qué duda cabe de que la cofradía delictiva JUNTOS es el infierno. Vimos arder sus fuegos neoliberales en 2015/2019 con el gobierno de Mauricio Macri. Lo vivimos con la destrucción de derechos de la población en general y de los trabajadores en particular. Nos sacamos el olor a azufre en las elecciones de 2019. Pero la baranda que despide el cadáver macrista no se fue. La derecha no ha muerto. En Córdoba, Schiaretti hace la suya como un opositor más. Menos mal que las vacunas llegan y llegan y nos dejan el problema de convencer a los adultos jóvenes que se vacunen y se dejen de pavotear con el trámite para llegar a la inmunidad del rebaño.
Escondidos tras el poder real, los voceros patronales por derecha no dejan de hostigar al pueblo con sus formadores de precios, sus especuladores con el dólar, sus violentos ataques a la economía del país contrabandeando soja o exportando carne en dólares para negarnos un precio accesible en pesos. La derecha compra canales de televisión para pedir por los varados en Miami y publica siniestras tapas de sus diarios con fondo negro.
La pandemia perdona, pero no exime. Son todos nuestros los 100.000 muertos por Covid. Es nuestra la miseria de los ingresos tras la pérdida ya definitiva del 20% del salario durante el periodo macrista. Cifras amañadas dibujan una recuperación para jubilados y planes que siempre llegan tarde al gasto familiar. Se nos llena el cuerpo de preguntas acerca de la reconstrucción multipolar de aquel andamiaje social destruido. Hay mucho debate en el “paraíso” que soñamos al ganar el Frente de Todos las elecciones. El 50,2% anualizado de la inflación duele en las compras de la familia obrera. Pan, leche, aceite, carne y huevos hacen punta en el 3,2% de los precios del mes de junio.
“Los muertos que vos matáis/ gozan de buena salud”. El poder real de la burguesía propietaria sigue vivito y coleando. La frase vale para toda afirmación entusiasta que los hechos desmientan, dejando en ridículo al que la proclama. Trump subestimó la lucha contra la pandemia y perdió por un pelito no significativo. Fujimori no le deja ni la sonrisa al maestro Castillo, que ganó con lo justo en Perú. El presidente de Brasil se fue de mambo con la demagogia mortal ante el Covid y los jueces de la burguesía habilitaron a Lula como reaseguro, pero Bolsonaro apenas “tiene hipo” y no se va.
Los golpes propinados por la verdad se conocieron a través de las cartas formales sobre el envío de armas a Bolivia, y el poder real en la Argentina apenas se conmueve. No obstante, la estrategia populista de la derecha continúa muy viva. El plan es maquillar esa estrategia con opciones menos extremas larretistas de centro derecha como Santilli y Vidal, que no pueden ocultar su matriz macrista aunque intenten ralear a los piantavotos de la Bullrich.
Salud, inflación y seguridad juegan en primera de cara a los votos tan deseados. Las internas pueden ser debilidades o fortalezas según suenen las cacerolas en los oídos sensibilizados por las dudas gubernamentales. Vamos y venimos al compás de la jueza por la quiebra del Correo. Igual con la red troncal fluvial, con las exportaciones agropecuarias y con las tarifas de telecomunicaciones o prepagas. Para evitar tanta franela hace falta una plataforma electoral que obligue. No sirve una negociación eterna punto por punto.
La CGT prepara candidatos, las CTAs quieren puestos expectantes. El Evita de Pie, transformado en un mega movimiento social con puestos de responsabilidad gubernamental ahora va por cargos legislativos tras conseguir la cabecera del sindicalismo social en la UTEP. Todos disputarán lugares en las listas bajo el sol junto con el PJ, el albertismo, el kirchnerismo de paladar negro de la mano de Cristina y los renovadores de Massa. Todos necesitan un Programa para resistir un archivo. Por ahora todos van rumbo a la rosca de candidaturas y no a la discusión del proyecto.
Cuestiones de fondo y derechos laborales
Se pueden y se deben lograr “aquí y ahora” nuevos derechos en la esfera laboral y no sólo parches en forma de políticas distributivas. Se trata de una perspectiva de ampliación de derechos que excede el ámbito laboral. La irrupción de nuevos movimientos (feministas y disidencias, ecologistas, territoriales) a partir del 2001, viene reclamado nuevos derechos “aquí y ahora”. De la misma manera, estos movimientos se han tenido que aguantar la calificación de sus demandas como “secundarias” frente a pretendidas cuestiones “materiales e inmediatas” más importantes. La puja salarial renovada resulta al final un engañapichanga donde la inflación es ganadora olímpica.
Los artículos 14 y 14 bis de la Constitución Nacional, la Ley de Contrato de Trabajo y los convenios colectivos dicen que se va al trabajo para ganarse la vida, no para enfermarse y morir. Todo el tiempo entidades patronales realizan una campaña de asedio permanente contra los derechos obreros. El FMI pide reformas laborales que les garanticen márgenes de rentabilidad a las patronales antes de otorgar sus leoninos préstamos.
Se conoció hace poco que Paolo Rocca, en una charla motivacional ante gerentes de Techint, afirmó que lo ideal sería “pagar salarios según productividad o directamente no pagarlos”. Con paritarias al rojo y en rojo, 4 de cada 10 asalariados se encuentran por debajo de la línea de pobreza y el Salario Mínimo Vital y Móvil apenas superará la línea de indigencia con el aumento de setiembre.
Una “retribución justa” como la que marca la Carta Magna es la que provea alimentación, vestimenta, vivienda digna, educación, salud, vacaciones pagas y previsión, tal como la define en su artículo 116 la LCT de 1974. La salud de les trabajadores está en manos de sociedades anónimas que maximizan ganancias cuanto más ahorran en salud laboral, capitalismo puro que busca bajar costos.
¡Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre!
La palabra libertad juega en la cancha pavoneándose por su condición de mediocampista polifuncional. La reclaman los cubanos de prosapia gusana de Miami, que eligen ignorar el bloqueo de los EEUU a la isla durante 60 años. La piden los retardatarios que quieren ingresar al país sin cuarentena y contagiarnos a todos. La exige Larreta para reclamar que los sindicatos docentes dejen trabajar a quien lo desee. Libertad para abrir todo al precio que sea. Libertad para hacer lo que se les cante con los convenios de Mercado Libre y para despedir a todos en Garbarino. Libertad para firmar paritarias contra la mayoría de la agremiación de los periodistas. Libertad es una palabra abstracta a la cual hay que asignarle la prioridad que corresponde en cada caso.
Para que el trabajo sea verdaderamente libre hace falta que todos los trabajadores sean llamados a tomar parte en la dirección de las empresas, hace falta que participen en el gobierno económico de la fábrica, como participan en el sufragio universal para el gobierno político. Una verdad general que está consagrada por el artículo 14 bis de la Constitución y es ignorada sistemáticamente.
Incluso temas como la acumulación de fuerzas del movimiento de masas como sujeto político prioritario sólo se pueden pensar en clave de inmediatez. Apenas alcanzan para actuar con un “realismo” político que siempre te deja a pata. Una visión “polítiquista” relega y minusvalora el papel del movimiento sindical y, más en general, de la sociedad civil. Solo se pueden lograr derechos desde el parlamento y desde el ejecutivo, dicen. Desplazan el hecho de que estos poderes reaccionan muchas veces por la presión laboral y social o para amigarse con ellas.
La política partidaria de distintos signos políticos partidarios juega sus cartas sin poner en el centro la cultura del trabajo. Se juegan en favor de la dependencia y asistencialismo. Con el pasar de los años, las movilizaciones dejaron de pedir trabajo digno y fueron por el aumento en el número de los planes.
Desde Barrios de Pie, el sociólogo y secretario general de la UTEP, Daniel Menéndez, planteó que el sistema de planes sociales y ayuda económica gubernamental no va más y que “hay que poner el eje en el laburo y un crecimiento de la periferia hacia el centro”, un tema picante hacia el interior del gobierno. La fusión es “una señal que apunta a los resabios que el neoliberalismo nos dejó”, entre las organizaciones “acentuando el individualismo” y la fragmentación del campo popular. “Con la unidad logramos la ley de Emergencia Alimentaria, compartimos una sensibilidad especial para darle más valor a las PyMES, un desprecio por la especulación financiera”.
Estaban en el ND Ateneo Héctor Daer (ATSA) y Gerardo Martínez (UOCRA) por la CGT; Juan Zabaleta intendente de Hurlingam, Malena Galmarini de AySA y Juan Grabois, dirigente de la UTEP y referente del Frente Patria Grande, entre otros. El funcionario nacional y dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, respaldó al Gobierno nacional y jugó confianza de que “entre todos vamos a ganarle al coronavirus y vamos a ganar las elecciones”.
Para la política en general, el movimiento obrero parece ser prescindible, y no es prioridad salvo para jugar al “sitodismo”. La “columna vertebral” no puede ni debe quedar fuera de los lugares donde se toman las decisiones más importantes y trascendentales de la política. Así no va la canción y el volumen del reclamo va aumentando.
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