El caso de Nehuén Rodriguez se ha convertido en un símbolo de la lucha popular. Para lograr este avance en la justicia, han sido partícipes las y los vecinos del propio barrio, el Colectivo Justicia por Nehuén, las Madres en Lucha de La Boca, distintas organizaciones sociales y los medios de comunicación popular con las coberturas del juicio.
El 15 de diciembre de 2014, Castagnasso conducía a alta velocidad, en contramano, pasando un semáforo en rojo y sin las sirenas reglamentarias, cuando atropelló y asesinó a Nehuén, quien iba en su moto hacia el festejo por el campeonato que ganó el club Huracán. Quien acompañaba al ex policía de la Metropolitana, en el patrullero policial, era su superior José Daniel Soria Barba, que llegó al juicio en calidad de testigo y que hoy está preso por drogas secuestradas y falso testimonio.
Castagnasso fue condenado, en 2018, a tres años de prisión en suspenso y seis años de inhabilitación especial para conducir cualquier tipo de vehículo automotor, por homicidio culposo agravado, por el Tribunal Oral Criminal N° 4, a cargo de Julio Báez. Condena insuficiente para los familiares y amigos de la víctima que lograron mantener la lucha y el reclamo de justicia por Nehuén.
Roxana Cainzos, madre de Nehuén, dialogó con Lucas Molinari y Leila Bitar en Radio Gráfica, donde expresó el sentir de la familia y de todos los que estuvieron en este proceso largo, en busca de justicia para el joven de 18 años. Además, comentó las actividades que realizan en el barrio para seguir conteniendo otros casos de violencia institucional.
LM: ¿Qué sensaciones tuviste después de tantos años de lucha?
RC: Me llamaron al mediodía, me dio mucha alegría y después mucha bronca de todo. Porque uno piensa en los familiares, que tenemos que esperar tanto tiempo, 3 años y medio para un juicio. Y después, 3 años para que te den una sentencia firme. Pero bueno, al fin llegó, no es lo que uno esperaba porque siempre queremos más. Para nosotros es muy valiosa la vida de nuestros hijos y de cualquier joven que asesinan en estos términos de total impunidad, en el que los familiares tenemos que salir a buscar a los testigos, tenemos que buscar las pruebas, porque el Poder Judicial no acompaña en nada, no se mueve, no pide testigos, no piden nada. Entonces, la tenés que remar todo el tiempo por medio de la lucha en las calles. Imaginate, somos vecinos comunes que nos pasan estos hechos en los cuales de un día para el otro tenés que levantarte, secarte las lágrimas, empezar a correr y correr por saber la verdad de lo que pasó, cómo fue que lo mataron a tu hijo. Y en eso vas conociendo gente. Mi barrio me apoyó totalmente, todas las organizaciones. Yo estoy muy agradecida. Estuvieron siempre apoyando la causa, estuvieron todos ustedes, los medios alternativos populares, siempre estuvieron haciendo un colectivo que nunca voy a olvidar, que cubrieron todo el juicio en una radio abierta y grabando las audiencias. Es mucho lo que tengo que agradecer, todos esos testigos tan comprometidos que me ayudaron. Porque era la policía, muchos dijeron: ‘no, es la policía’. Y ahí es donde brota el miedo, porque saben que esto es difícil, que puede tener consecuencias a veces por esta misma gente. Quiero resaltar, también, la valentía de estos testigos, porque hay gente a la cual la amenazaron con echarla del trabajo, los de seguridad del Moyano y aun así, cuando al año los echaron, fueron y declararon, me buscaron para declarar. Entonces, todo ese compromiso social es lo que uno entra a valorar, más allá de una sentencia con este gusto a poco. Sabemos que igual tenemos que luchar por esos lugares, para tener los últimos derechos y no negarnos a pelearlos.
Nehuén había terminado justo, hacia 15 días, quinto año en el Normal 3. Todos sus profesores y sus compañeros, a la semana, vinieron a sacarme de esa depresión. A levantarme y decirme: ‘tenemos que buscar justicia, Nehuén era un buen pibe’. Y así salieron y me ayudaron, empezamos con las marchas, empezamos a hacer pegatinas, conseguimos testigos, tocamos timbre por timbre. Todo un trabajo que le corresponde al Poder Judicial y que no se realiza. Creemos que la lucha tenemos que empezarla nosotros, desde las organizaciones sociales para cambiar todo eso y que dejen de pasar tantas muertes, tantos genocidios, también como pasaron en la dictadura, que ahora no siga sucediendo en democracia. Bueno, nos tocó todo el gobierno de Macri que nos dificultó muchísimo toda la causa, pero la seguimos peleando y ahora, podemos llegar a este resultado. También, les quería comentar que los abogados me dijeron que Soria Barba había quedado en una investigación por falso testimonio, cayó en el Juzgado 27, así que le dieron más de 4 años por falso testimonio y lo inhabilitaron para manejar por 6 años.
LB: La verdad es un paso muy importante que se da en la Justicia, a pesar de que queda sabor a poco, pero por lo menos no hubo impunidad porque se los castiga a los responsables de la muerte de Nehuén. Pero la violencia institucional continúa, sobre todo en los barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Los pibes de estas barriadas son los más golpeados por la policía. ¿Cómo sigue el trabajo en el barrio, en el territorio para ir articulando y defenderse de la policía?
RC: Tratando de armarse. Nosotras después del juicio, pusimos con Caro un merendero que damos asesoramiento a los chicos. Ssaben que tienen un espacio a donde recurrir para que derivemos y hablemos un poco en base a nuestra experiencia, de cómo seguir después de que te matan a tu hijo o después de que lo quieren meter en una causa armada. Estamos ahí, siempre atentas a los casos que surgen y acompañando, como nos acompañaron y así aprendimos.
LM: Roxi, venís haciendo el laburo del merendero todos los días, contános de la actividad que estas desarrollando ya hace varios años.
RC: Se van a cumplir en septiembre 3 años, después del juicio empezamos con esto. Nosotros estamos trabajando en una red de cooperación, con todo el barrio, con todas las organizaciones del barrio, tratando de atender en esta pandemia, desgraciadamente, lo asistencial más que nada. También, nos pusimos a vender artículos de limpieza, porque siempre escuchábamos ‘te tenés que lavar las manos, tenés que limpiar tu casa con lavandina’ y nuestro barrio no tiene las posibilidades económicas para estas cosas. Muchos se han quedado sin trabajo, sin la changa. Se pudo repartir un par de veces lavandina gratis, creció mucho la cantidad de gente que viene al merendero pero no lo podemos sostener. Entonces, nos surgió la idea de vender estos productos básicos a un precio bien económico, sacarle poca ventaja y hacerlo directo para venderlo más barato para nuestros vecinos. Y bueno eso ayuda, además, hace poco abrimos una peluquería con precios populares, porque hay muchos jóvenes que no terminaron el secundario, no saben de qué trabajar, ya casi todos tienen hijos. Varias chicas habían hecho cursos, unas de pestañas, otras de uñas. Y así fue como dije ‘ bueno, pueden empezar a trabajar, usar el espacio, se hacen unos pesos y se siente útiles’. La dignidad del trabajo es lo que más tenemos que tratar de conseguir para nuestros jóvenes, ya que muchas veces este sistema capitalista los deja afuera, que es casi siempre.
LM: Finalmente, para los que quieran colaborar con el merendero, ¿Cómo se comunican?
RC: Se comunican al celular 1522681812 y si no se acercan directamente a Palos 443 en el barrio de La Boca. Te quería comentar que las madres, también, estamos apoyando la ley de violencia institucional que fue presentada en Diputados por la diputada Paula Penacca. Estamos poniéndole fuerza a eso porque creemos que no cumple con todo lo que nos gustaría que cumpla, los pedidos de la ley, pero, sería un buen paso tener por lo menos una ley de violencia. Vamos a impulsar eso y vamos a ir avisando sobre las novedades.
- Entrevista realizada en Punto de Partida (lunes a viernes de 8 a 10)
- Redacción Lucia Izaguirre
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