José Schulman, Secretario Nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), fue entrevistado por Manuel Rivas y Mario Sadras en Radio Gráfica.Analizó la figura del indulto como un deber Constitucional del presidente Alberto Fernández y manifestó que los excesos del Poder Judicial son parte de la operatoria del lawfare.
Manuel Rivas: ¿Cómo interpreta la decisión del juez Daniel Obligado?
José Schulman: Es una demostración, es una acción política del Poder Judicial, combinada. Primero la Corte Suprema, después el juez Obligado, que está marcando fuertemente la cancha diciendo ‘acá nosotros somos los que mandamos, perseguimos a quien queremos, nos cagamos en las leyes, acá se hace lo que los jueces de la Corte Suprema quieren’. Creo que siempre se debe confrontar con la expresión más alta del enemigo. Hemos llegado a un punto en que todos los espacios de acción jurídica se han agotado. Hay que ser claros y no generar ninguna ilusión. En la Argentina, cuando la sentencia está confirmada por la Corte, se terminó el tiempo judicial.
MR: ¿Uno no puede apelar un fallo de la Corte Suprema, no?
JS: No, terminó lo que se conoce como el proceso del resultado de la sentencia, que termina justamente cuando se terminan las instancias. Para ser claros, le pediría al presidente Fernández que haga uso de sus atributos y que repare una injusticia enorme, que haga el pedido del indulto. Realmente, estoy asombrado como se estigmatiza tanto un indulto, está en la Constitución. Hay discusiones un poco absurdas, no se pueden discutir los atributos presidenciales. Cuando el presidente aceptó la candidatura sabía qué atributos tenía. El presidente tiene el deber de dictar el indulto, porque es un deber que surge del Pacto de San José de Costa Rica, que es el pacto fundante de lo que se considera el derecho internacional de Derechos Humanos en América Latina, incorporado en el año 1994. De modo tal que el Pacto de San José de Costa Rica tiene una fuerza mayor que la propia Constitución Nacional, está por encima. El artículo 2 del Pacto dice que el Poder Ejecutivo está obligado a garantizar los derechos allí proclamados, propiciando las leyes que sean necesarias o haciendo otras acciones. Estamos ante un gravísimo ejercicio de un poder autoritario, arbitrario, misógino, clasista y colonial.
El Presidente no tiene opción en cuanto a defender los derechos humanos. Tiene un deber constitucional en términos reales. Por lo tanto, hay que pedirle que dicte el indulto.
Mario Sadras: Gracias a la gestión de la organización que conducís, tuvimos la posibilidad de visitar en Ezeiza reiteradas veces a los presos políticos. A Julio De Vido, a Amado Boudou, en otro momento a Milagro. Y había como un resquemor a aceptar la figura del indulto, porque ellos decían ‘si me indultan es porque tengo una condena o porque tienen razón’. ¿Cómo sería esa mirada respecto del indulto por parte de los presos y presas políticas? ¿Qué población detenida de presos políticos alcanzaría? ¿Se dicta uno por uno o es algo general?
JS: Primero, creo que los compañeros tenían ilusiones, esperanzas, expectativas de que la situación se revistiera rápidamente. Esa situación ya pasó, ya nadie hace esas discusiones, lo único que quieren es que se resuelva ya. Tene en cuenta que el 15 de enero se cumplen 5 años de prisión de Milagro Sala, quien está absolutamente harta de estar presa. Harta de que le mientan los funcionarios del presidente y harta de que le hagan promesas que no cumplen. Estamos discutiendo relanzar la Campaña Nacional por la Libertad de los Presos Políticos con medidas a tono con la situación actual. Aún las medidas no están consensuadas, pero no van a ser un volante, no va ser virtual. Va hacer una acción contundente a la altura de lo que está en juego.
Segundo, los indultos se dictan 1 a 1 con nombre y apellido. Tercero, los compañeros fueron cambiando. Luis D’Elía hizo un pedido de indulto para él, está en las redes. Milagro Sala y Julio de Vido hicieron un pedido de indulto para Amado Boudou. Y Amado, en el programa de C5N, cuando le preguntaron dijo ‘bueno este tema es muy complejo y hay diversas opiniones, todas las opiniones son válidas’, con lo cual comenzó a validar que este tema no se resuelve por decreto, con una opinión general, sino que requiere de varias vueltas. Boudou si planteó que este es un programa político y lo tiene que llevar la política. Entiendo que está habilitando ese debate. Incluso los periodistas amigos lo acorralan con ese tema. Los indultos no se piden y tampoco se pueden negar. Las decisiones de cese de persecución judicial no se someten a la voluntad ni a la opinión, sino se realizan. Están todo el día preguntándole al compañero, si son culpables, pregúntenle a Fernández qué piensa hacer con los presos. Él dijo que están arbitrariamente, que se convirtió en violación de derecho procesal. Bueno, él está cerca de violar sus deberes de funcionario público. Estoy un poco cansado de los que fingen saber mucho. Por ejemplo, al presidente ¿alguien le pregunta ‘usted conoce el artículo 2 del Pacto de San José de Costa Rica’ ‘por qué no lo cumple’? Nadie hace la pregunta. Creo que las preguntas están dictadas todavía por el lawfare, aún en el campo “supuestamente” amigo. La pregunta tiene que cambiar. Hay que preguntarle a los políticos qué piensan hacer para terminar con un modelo de dominación colonial como el lawfare. El problema no son los presos, el problema es la Argentina, que a pesar de que cambio el gobierno sigue bajo un poder que construyó el lawfare. Esa combinación de espías, jueces, periodistas, poder económico, etc.
MS: Lo que demuestra que la Corte Suprema no respondía a Mauricio Macri o al gobierno de turno, sino que representa intereses transnacionales. Como vos bien definís, coloniales. El Dr. Eugenio Zaffaroni decía que esta actitud de la Corte Suprema fue absolutamente más agresiva de la que tuvo en los 4 años de macrismo.
JS: Sí, lo leí y estoy de acuerdo. No le vamos a pedir nada a Clarín, lo que si le pido a los medios que se dicen que no responden a la hegemonía que levanten un poco la puntería y que, por lo menos, la corten con esto de que el indulto es una boludez. El indulto es un atributo constitucional para reparar una injusticia y en Argentina hubo injusticia.
MS: ¿Por qué pensás que el presidente Alberto Fernández tiene reticencia y se demora en esta instancia,?¿Es una cuestión de perspectiva ideológica, una cuestión de medir mal las relaciones de fuerza o por qué confía en el proceso judicial?
JS: Hablé con el presidente sobre este tema 3 veces, siempre en público. La primera vez había un problema ideológico serio, una discusión el 21 de enero del año pasado. Diría una actitud de idolatría hacia la llamada Justicia. Claramente un problema de liberalismo, de incomprensión de carácter de clase del sistema de administración Justicia. No sé, si se hizo o desconoce, porque mezcló, confundió el proceso histórico en la Argentina diciendo que los presos políticos solo habíamos tenido disposición del Poder Ejecutivo Nacional, lo que se llamaba PEN decreto. Estuve preso. Tuve decreto y tuve causa judicial por subversión, y no es así. No es que los presos políticos de antes solo teníamos Poder Ejecutivo, sino que también tuvimos causas judiciales fraudulentas y a muchísimos nos condenaron. Después, creo que fue cambiando, que el camino que él había elegido no lo llevaba a ningún lado. Y ahora supongo que estará buscando una salida. Para ser absolutamente justo, en las últimas 3 semanas, el discurso del presidente fue siendo cada vez más preciso y ojalá que termine ese recorrido que está haciendo. De hecho, la propuesta de crear un Tribunal Superior dedicado a los temas constitucionales es una idea interesante para una reforma verdadera.
MS: Parte del mecanismo del lawfare hace que la política se judicialice y se politice la justicia. No es un juego de palabras sino que es así. Vemos que antes cualquier sanción de leyes que enoje a la derecha en nuestro país, inmediatamente se amenaza con ser judicializado. ¿Existe la posibilidad jurídica de que un indulto sea observado por el máximo Tribunal?
JS: No, el indulto no se somete a la ley, por eso está fuera de todo sistema. El indulto es para corregir los excesos del Poder Judicial. Vos fijate que los primeros 2 meses que asumió Fernández, la Corte Suprema estuvo bastante silenciosa y callada, no hizo demasiado quilombo. Cuando vio que nadie se metía con ella, cuando vio que no había intención de regular el Poder Judicial, se largaron con todo. Un indulto como demostración de fuerza creo que cambiaría la correlación de fuerzas.
Redacción Lucia Izaguirre
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