Por Valeria Rodríguez*
Cada 29 de noviembre se conmemora el dia internacional de solidaridad con el pueblo palestino, en recuerdo a la sanción de la Resolución 181 de 1947, también conocida como la resolución de la partición. A través de ella se estipulaba la creación de dos estados en los territorios palestinos, por un lado un estado árabe y por otro un estado judío. A la ciudad santa de Jerusalén, por su importancia para las tres religiones abrahamanicas, se la consideraría un “corpum separatum” cuya administración especial estaría a cargo de la comunidad internacional.
Un año después de tal declaración nació Israel y con ello comenzaron las violaciones a cada una de las resoluciones sancionadas por la Organización de Naciones Unidas, ONU, ante los ojos cerrados del mundo entero. Si bien tales organismos como la ONU son importantes para construir y mantener la multipolaridad, han sido herramientas de los países poderosos para imponerse por sobre los demás.
Israel, como parte del Consejo de Seguridad nunca fue sancionado por la ONU por violar las resoluciones que el mismo organismo sancionaba sino que reiteradas veces se le exigió su cumplimiento, aunque nunca lo hizo. También cuenta con el apoyo irrestricto de Estados Unidos que lo acompaña en mayor o menor medida en todos sus caprichos ya que es funcional a sus intereses en la zona.
Un ejemplo central de esto es el “Acuerdo del siglo” que fue propuesto para legitimar internacionalmente la ocupación y por otro lado, el traspaso de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén, algo que viola flagrantemente la Resolución 181 pero que a pesar de ello se llevó a cabo en medio de enormes manifestaciones tanto en los territorios ocupados como en el resto del mundo.
Cabe destacar que antes de la llegada del Sionismo como movimiento político, todas las comunidades vivian en paz en el mismo territorio pero no fue sino tras la incorporación de las ideas colonialistas del sionismo apoyadas por Francia y Gran Bretaña que comenzaron las disputas.
Más del 800 mil palestinos fueron expulsados de sus tierras y hasta el día de hoy continúan sin poder regresar a sus hogares. Según la oficina central de estadísticas de Palestina en 2018, 13,1 millones de palestinos se encuentran diseminados por el mundo una cifra que aumentó nueve veces desde 1948.
A pesar de que existen resoluciones como la 194 que reconoce el derecho al retorno o la Resolución 237 que lo exige, también, existen declaraciones, pactos y acuerdos internacionales que apoyan el derecho al retorno como es el caso de la declaración de los Derechos Humanos, el pacto internacional de los derechos civiles y políticos, los acuerdos de Oslo, la convención de Ginebra entre otros.
Todos ellos no son más que papeles mojados, ante una realidad que muestra la injusticia y desidia hacia los palestinos ya que cerca de 4 millones de palestinos están registrados en 58 campamentos de la Onu, dispersos en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y Franja de Gaza, aunque se estima que hay refugiados sin registrar.
A esto se le suma la situación en franja de Gaza, considerada como la mayor carcel a cielo abierto con una superficie de 385 kilometros alberga 1,9 millones de personas que viven con menos de 1,6 dólares al día.
Israel bloquea la franja, impidiendo que los palestinos puedan pescar en sus aguas o cosechar sus tierras y ante el hartazgo de esas acciones injustas, los palestinos se expresan contra los soldados israelíes a pesar de que conocen muy bien las consecuencias.
En 2018, los palestinos iniciaron la “gran marcha del retorno” que fue violentamente reprimida por los israelíes y muchos palestinos fueron encarcelados bajo la figura de “detenciones administrativas”.
Tales detenciones son únicas en el derecho internacional y son utilizadas por Israel a pesar de que la Onu exigió que dejara de utilizarlas ya que violan el derecho internacional porque suponen la detención de cualquier persona sin cargo o juicio previo pero por un determinado tiempo.
Israel mantiene a los presos administrativos (en su mayoría de Cisjordania y Franja de Gaza) por meses incluso años. El ultimo caso paradigmatico fue el de Maher Al Akras, un palestino de 49 años detenido bajo está figura que al igual que muchos presos desidió enfrentarse a Israel poniendo su cuerpo con una huelga de hambre que duró 103 días.
Finalmente el pasado 8 de noviembre terminó su huelga de hambre después de haber conseguido su liberación el 26 de noviembre, principalmente por la difusión de su caso así como el apoyo de organizaciones de derechos humanos y millones de activistas al rededor del mundo.
Una vez más quedó en evidencia que los palestinos resisten a un sistema ilegal que utiliza herramientas también ilegales y que violan las resoluciones y acuerdos internacionales.
A pesar de esto, los palestinos no bajaran los brazos, continuarán resistiendo ante la injusticia porque lo único que no se pierde es la dignidad y ese es el mejor ejemplo para todo el mundo ante las promesas incumplidas de los organismos internacionales.
(*) Política internacional de Feas, Sucias y Malas (sábados 9 a 12)
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