La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) presentó, por tercera vez, el proyecto de Ley de Acceso a la Tierra. En el marco de una creciente crisis alimentaria y de vivienda, la propuesta apunta a promover la agroecología, la alimentación saludable, la producción sostenible y un sistema de préstamos accesibles para que los agricultores puedan tener sus propios terrenos. Una solución integral a una profunda problemática regional.
Por Juan Patricio Méndez *
Es la tercera vez que la Ley de Acceso a la Tierra es presentada: 2016 fue la primera oportunidad y 2018 posteriormente. En aquel entonces, muchos legisladores fueron quienes acompañaron la propuesta, entre ellos Luis Basterra, actual Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, y Axel Kiciloff, actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Es que la medida emerge como una real alternativa a los esquemas productivos actuales, y constituye un elemento fundamental para la concreta transición hacia la agroecología.
El proyecto ingresó al congreso el día jueves 29 de octubre y, además de perseguir un objetivo fundamental que es la promoción de la agroecología, también aboga por crear un programa de créditos accesibles para que pequeños agricultores puedan acceder a sus propios terrenos. Se trata de una línea de créditos blandos para desarrollar la agricultura familiar, y así el sector ser propietario de sus lotes.
El pasado 22 de octubre fue presentado el proyecto en audiencia pública en el Congreso Nacional, en la cual participaron varios referentes y funcionarios como Nahuel Levaggi, Coordinador Nacional de la UTT y actual presidente del Mercado Central; el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo; y Luis Basterra, titular de la cartera de Agricultura, Ganadería y Pesca. También estuvo presente Elías Amador, delegado de UTT La Plata, y la diputada nacional del Frente de Todos, y autora del proyecto, Cecilia Moreau.
El proyecto propone la creación de una “línea de créditos para que los pequeños productores puedan acceder a una porción de tierra donde producir alimentos agroecológicos de calidad y a precios justos”. En los fundamentos, el documento presentado aclaró que “solo con un tercio de lo que el Estado argentino le prestó a la empresa privada en quiebra Vicentin (U$300 millones), o con un 4% de lo que el fisco recaudó por retenciones entre enero y agosto de 2020 ($233.200 millones), se podría dar una salida real a miles de familias productoras y sentar las bases de un nuevo modelo agroalimentario en la Argentina”.
¿Por qué es fundamental este proyecto?
La búsqueda para generar condiciones seguras y posibles para acceder a la tierra emerge como un necesario en un contexto de crisis habitacional, de vivienda, sanitaria y de alimentos. Más cuando el lobby empresario y conservador, aliados con sectores de poder institucional, buscan defender la explotación de los suelos y la reproducción del status de dominación, bajo la insignia ideológica del “derecho a la propiedad privada”.
Las propiedades privadas y esta ley de Acceso a la Tierra van por caminos separados, aunque los discursos mediáticos a los que nos enfrentamos hagan lo posible como para mostrarnos que son componentes de la misma problemática. Sucedió con una inexistente relación entre el desalojo de Guernica y de la Estancia Casa Nueva, en Entre Ríos. La puesta en marcha de un plan simbólico de construcción de realidades opera en este marco: la ideologización de que el pobre solo tiene el derecho a vender su fuerza de trabajo, mientras que el rico puede seguir adueñándose del territorio. Nada más cercano que una verdadera expropiación de los territorios que la legitimación de estas conexiones.
Existen ciertos paralelismos que es preciso señalar. Una Ley de Acceso a la Tierra busca que productores de la agricultura familiar, además de promover un tipo particular de producción sostenible y sustentable, amable con la biodiversidad, protectora de los suelos y del cuidado del medio ambiente, y cooperativa y comunitaria, puedan acceder a “créditos accesibles” para volverse los propietarios de las tierras trabajadas.
Moreau explicó que “con este proyecto ambicioso buscamos mejorar la calidad de vida de miles de trabajadores de la tierra y también favorecer el cuidado del medio ambiente”. Asimismo, advirtió que “se habla mucho de las economías regionales, pero poco de la necesidad de que los productores trabajen en condiciones propicias. La tierra abierta para sus trabajadores y el congreso abierto para ellos”.
Un encuadre soberano
Las declaraciones de la diputada son una síntesis de la necesidad de abordar y acaparar esta urgente y gran problemática regional. Las garantías ciudadanas no deben enmarcarse en el mero acceso a la participación política, sino que también se debe garantizar una calidad de vida adecuada para que cada uno pueda ejercer sus derechos como ciudadano. La gran victoria de una democracia está cuando la integración y la cooperación tienen lugar. En estos tiempos, hemos evidenciado que la trama normativa y social ha estado relacionada a momentos de exclusión y marginación, y a tratamiento cada vez menos soberano de los territorios.
Sin embargo, este proyecto da un giro sobre el eje de la soberanía territorial y alimentaria. La posibilidad de elaborar alimentos saludables y propios es la cara visible de la política social en búsqueda de más inclusión y acceso. En este sentido, Arroyo señaló que “esta ley cambia la ecuación porque fortalece la economía familiar, para que la argentina se haga de abajo hacia arriba”.
Por su parte, Levaggi explicó que la propuesta es modificar “la matriz, no es en contra de nadie sino para el bien de todos. No vería quién podría no estar de acuerdo en que un productor pueda acceder a su crédito”. Marta Ramos, delegada de la Colonia UTT 20 de abril Darío Santillan, añadió que “trabajamos para producir alimentos sanos para nuestras familias y para el pueblo. Se trata de tener derecho a la tierra para trabajar y producir alimento sano. Es hermoso lo que uno hace”.
📢📢📢 PRESENTAMOS LA LEY DE ACCESO A LA TIERRA EN EL CONGRESO
✊🏾 En una audiencia pública en el Salón de Pasos Perdidos, hoy presentamos por tercera vez en el Congreso Nacional nuestro proyecto de #LeyDeAccesoALaTierraYA ‼️ pic.twitter.com/GStDZCDy41
— Unión de Trabajadorxs de la Tierra (@uttnacional) October 23, 2020
En términos políticos, la soberanía alimentaria implica un derecho colectivo emergente que fue definido por los movimientos populares y la sociedad como “el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo”. Según el portal Biodiversidad, esta “tiene, en sus bases, una combinación del derecho al desarrollo, el derecho a la libre determinación y el derecho a disponer de los recursos naturales”. (**)
En otras palabras, para el pueblo y por el pueblo. Alimentación soberana y justa para sentar las bases y pilares del desarrollo sostenible y equilibrado de los pueblos con sus ecosistemas y el medio ambiente. La naturaleza, en estos puntos, es entendida como un par y no como un elemento del cual se dispone arbitrariamente. Y el ejercicio y la puesta en práctica de una ley de este estilo es fundamental para comenzar la transición hacia la agroecología.
Por una Ley de Acceso a la Tierra, ya. Por una justa igualación en materia de derechos sociales, y por una soberanía alimentaria.
(*) Columnista de Ambientales de Abramos La Boca (Lunes a Viernes de 16 a 18 horas) / Radio Gráfica 89.3
(**) Información disponible en el portal Biodiversidad
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