Por Valeria Rodríguez*
El jueves 22 de octubre, a 12 días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se llevó a cabo el último “debate”, en la Universidad de Vermont.
Después del papelón del primero, que fue constantemente interrumpido por ambas partes, se tomaron una serie de medidas nuevas para que los electores pudieran escuchar a cada uno de los candidatos. Se les dio 2 minutos a cada uno y los micrófonos se apagaron cuando se expresaba cada uno de ellos. Alrededor de 55 millones de personas siguieron la transmisión, audiencia que fue un poco menor al debate anterior que fue seguido por 73 millones de norteamericanos.
Se abordaron 8 temas centrales (Covid, Seguridad en las elecciones, Salud, Desocupación, Salario mínimo, Inmigración, Racismo y Cambio climático). A su vez, sobrevolaron el debate las acusaciones cruzadas sobre corrupción y relaciones con “enemigos” como Rusia, China e Irán que fueron centrales a la hora de hablar de la seguridad de las elecciones.
Por otro lado, los temas elegidos para desarrollar el debate no fueron elegidos al azar sino que tienen una estrecha relación con los votantes que influyen en los resultados.
Cabe destacar que al menos dos tercios del electorado norteamericano (alrededor de 50 millones de personas) se decidió por el voto por correo o voto anticipado, lo cual superó los registros históricos del país y pueden hacer la diferencia.
Votantes que influyen en las elecciones norteamericanas
El electorado norteamericano si bien es diverso y heterogéneo pero en relación a la influencia a la hora del voto, se puede dividir en inmigrantes, latinos, afrodescendientes, jóvenes y ancianos. El debate del jueves estuvo dirigido a tales electores principalmente a los inmigrantes, afrodescendientes, jóvenes y en menor medida ancianos.
El voto inmigrante es uno de los más relevantes ya que comprende el 10 por ciento del electorado nacional, se estima que 1 de cada 10 posibles votantes son inmigrantes naturalizados.
Los cinco estados principales donde los inmigrantes representan el mayor porcentaje de votantes son todos costeros: California (21 por ciento), Nueva Jersey (19 por ciento), Nueva York (18 por ciento), Florida (16 por ciento) y Hawai (15 por ciento).
Hay 43 distritos donde los inmigrantes representan una cuarta parte o más de los votantes potenciales. El distrito de Florida (uno de los cuatro que definen una elección) ocupa el primer lugar con un 55 por ciento debido a su gran población cubanoamericana.
Los distritos 26 y 27 de Florida le siguen de cerca con un 51 por ciento y 49 por ciento, respectivamente. Los tres distritos están ubicados en la punta de Florida, dentro y cerca de Miami. Los distritos 6 y 5 de Nueva York, que abarcan partes de Queens, ocupan el cuarto y quinto lugar en cuanto al poder de voto de los inmigrantes.
Dentro de los inmigrantes, el 13 por ciento del total del electorado es latino y comprende a uno de los electores más importantes, de hecho, su número es equivalente a la proporción de votantes afrodescendientes. Los estados con el porcentaje más alto de votantes latinos son Nuevo México (44 por ciento), California (31 por ciento) y Texas (31 por ciento).
Uno de los momentos más álgidos del debate fue justamente cuando se tocó el tema de la inmigración, en el cual Biden acusó a Trump por su política de separación de niños de sus padres inmigrantes, señalando que más de 500 niños no pueden reencontrarse con sus padres.
Ante eso, Trump culpó a los “coyotes” que transportan ilegalmente a los inmigrantes y evadió su responsabilidad preguntando “¿quién construyó las jaulas?2 haciendo alusión a la acusación de la construcción de estas jaulas en la frontera con México, las cuales habían sido construidas en 2014.
El tema del racismo también fue uno de los temas centrales y hay que tener en cuenta que el voto afrodescendiente constituye el 13 por ciento del electorado nacional. Representan una mayoría en 22 distritos y una cuarta parte o más en 59 distritos. Muchos de los distritos con mayorías de votantes afrodescendientes se encuentran en el sur profundo.
El distrito de Tennessee, que incluye a Memphis, tiene el porcentaje más alto, con un 67 por ciento. El segundo distrito de Mississippi, que incluye la mayor parte de Jackson, ocupa el segundo lugar con un electorado que es 66 por ciento. En tercer lugar está el distrito 13 de Georgia, ubicado en el área metropolitana de Atlanta, con un 64 por ciento de participación afrodescendiente entre sus votantes.
Parecería que, luego del brutal asesinato de George Floyd, la balanza del voto afrodescendiente se inclina para Biden. Durante el debate insistió en tratar a Trump como lo que ya se sabe; el racismo recalcitrante que lo caracteriza. A pesar de ello, Trump supo, con su retórica defensiva y evasiva, dar vuelta las acusaciones, lo cual no significa que eso aporte votos a su favor.
En relación al voto joven que comprende a los menores de 30 años comprenden el 21 por ciento de los votantes potenciales siendo Utah el estado que cuenta con la mayor proporción de votantes potenciales, con un 27 por ciento al igual que Washington DC.
El tema que de alguna manera estuvo dirigido a ellos fue el del cambio climático que es uno de las cuestiones que más interesa a los jóvenes de menos de 30 años que aumentaron su presencia activista sobre esta temática en diversos foros así como su presencia en las Ong’s.
En contrapartida al voto joven está el de la tercera edad que comprende el 22 por ciento del electorado nacional y cuentan con una postura un tanto más conservadora que los anteriores y se ubican en su mayoría en Florida considerado uno de los diez distritos más antiguos.
Marko Kalanovik, uno de los representantes del JP Morgan, llevó a cabo un mapeo de cambios de registro de votantes y sostiene que Trump puede ganar Pensilvania que cuenta con 20 votos en su colegio electoral, Florida que cuenta con 29 votos y Carolina del Norte que cuenta con 15 votos y forman parte de los estados decisorios de las elecciones.
Según los últimos sondeos del grupo Trafalgar, que fue la encuestadora que más se acercó a los resultados de 2016, sostiene que Trump podría ser reelegido con una estrechisima diferencia de 270 votos, además es una de las pocas encuestadoras que muestra a Trump liderando Pensilvania, Florida y Michigan y eso se debe a que “el voto en ausencia es histórico” dijo Robert Chaly, el presidente de la encuestadora. Por otra parte, Gallup público que el nivel de aceptación del trabajo de Trump es de 56 por ciento.
Por otro lado, mediciones en torno al mapa electoral la encuestadora Real Clear Politics sostiene que Biden se llevaría 232 delegados frente a los 125 de Trump, no obstante hay en juego 181 que podrían decantar la balanza finalmente hacia cualquiera de los dos.
De todas formas, sabemos que las encuestas dan el resultado dependiendo de quien las pague por lo tanto no son infalibles.
Finalmente, algo que no se puede ignorar es que el poder real lo tiene el Deep State por lo que quien sea el presidente tendrá la bendición tanto de Wall Street y el complejo militar industrial que apoyan a Trump por los subsidios obtenidos así como jugosos acuerdos comerciales.
(*) Política internacional en Feas, Sucias y Malas – Radio Gráfica FM 89.3
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