Sonia Zanel, trabajadora agredida de la Algodonera Avellaneda: “No vamos a bajar los brazos”

“Los trabajadores estamos unidos y no vamos a bajar los brazos porque no estamos pidiendo algo ilógico”, manifestó enRadio Gráficala delegada Sonia Zanel, una de las atropelladas durante la madrugada del martes, cuando una patota dirigida por el abogado de Vicentin, Héctor Vizcay, intentó ingresar al lugar e embistió a dos manifestantes. Las y los trabajadores de la Algodonera Avellaneda están acampando desde hace 70 días en la puerta de la planta en Reconquista, Santa Fe. Reclaman aumento de salarios y mejores condiciones laborales.

“Hace rato que el tipo este nos viene persiguiendo. En todas las audiencias está como representante, abogado, pero es un tipo tan soberbio que no se puede negociar. Quiere salirse con la suya”, aseguró Zanel. “Pero se topó con delegados que no somos ignorantes. Vamos a ir hasta las últimas consecuencias, porque sabemos bien con quién estamos negociando y que nuestro trabajo vale. Somos los que generamos riqueza”, agregó la trabajadora.

Héctor Vizcay, el abogado que dirigió la represión

En la Algodonera Avellaneda, perteneciente al grupo Vicentin, trabajan 430 personas, con una jornada laboral de 8 horas y un salario básico que ronda los 24 mil pesos. “Estamos reclamando una mejora salarial y un mejor trato. Menos persecución laboral y un poco más de respeto al ser humano”, remarcó.

Además, la delegada hizo referencia a las condiciones laborales y contó que un compañero “perdió cuatro dedos” porque “se trabó” una de las máquinas. “Mucha gente no denuncia por miedo a perder el trabajo porque, si te echan de ahí, todas las empresas son de Vicentin”, confesó.

“La única forma de que esto se destrabe es que nos ofrezcan algo”

Las y los trabajadores de la algodonera, hasta hace poco, se encontraban nucleados en la Asociación Obrera Textil (AOT) pero, ante la falta de respuestas, renunciaron a la afiliación y se adhirieron al Sindicato de Aceiteros y Desmotadores de Algodón de los Departamentos General Obligado y San Javier.

“Hicimos cuántas denuncias y jamás nos escucharon. La gente se cansó de tanto maltrato laboral, de la sobrecarga de trabajo. Hay personas que perdieron la pierna, el brazo, y estos tipos nunca se acercaron”, declaró Zanel. Y continuó: “Desde la primera vez que la AOT no soltó la mano, nos afiliamos a ese sindicato (Aceiteros). Están con nosotros en todo momento, dándonos una mano grande”.

El conflicto gremial se enmarca en la mega estafa llevada adelante por Vicentin. “Nosotros queremos defender nuestra fuente de trabajo, y si el gobierno tiene que hacer expropiaciones, que las haga porque nosotros no queremos perder los puestos de trabajo”, sentenció.