Miles de personas están varadas en San Luis sin poder abandonar la provincia pese a las autorizaciones nacionales. Envueltos en una telaraña administrativa es imposible conseguir el permiso para la salida.
Por Leonardo Martín
San Luis, territorio asociado a la República Argentina. Esa podría ser una descripción de las medidas provinciales tomadas desde la gobernación que extiende indefinidamente la situación de miles de varados en la provincia a raíz de la pandemia de COVID-19.
Una historia con bastante de insensatez en las medidas del Ejecutivo que encabeza Alberto Rodríguez Saa y de la falta de coordinación con las autoridades nacionales para resolver la situación de aquellos que tuvieron la mala suerte de haber recibido el comienzo de la cuarentena allí. Un historia kafkiana en tiempos de coronavirus y aislamiento social, preventivo y obligatorio. Un enredo administrativo sin resolución.
Muchas personas recibieron la noticia de la cuarentena en medio de sus vacaciones o visitando parientes en tierra puntana, así como en tantas otras del país. El presidente, Alberto Fernández, dispuso la cuarentena el 20 de marzo por lo cual muchos que no pudieron abandonar rápidamente la provincia tuvieron que extender la estadía. La emergencia sanitaria y la cuarentena fueron las razonables medidas. Así comenzaron a transcurrir los días a la espera de la habilitación para poder circular y regresar cada uno de los varados a su hogar.
Desde ese 20 de marzo, la Gobernación solicitaba una autorización para circular y poder abandonar la provincia en el caso de las personas que pudieran demostrar “razones de fuerza mayor”. Muchos hicieron la prueba y tuvieron la misma respuesta: “Rechazada”. Sin mayores precisiones.
El 17 de abril pasado, tras dos extensiones de la cuarentena, los Ministerios de Transporte e Interior publicaron en el Boletín Oficial la resolución 2/20 conjunta por el cual abría un período para el regreso de los varados hasta el 21 de abril.
San Luis, de notable espíritu federal, decidió que no alcanzaba con el permiso nacional, que había que sumar uno emitido por la Provincia. El otro gobernador que hizo algo similar fue Gerardo Morales en Jujuy. Decisiones todas sobre la marcha y con tiempos apremiantes para muchas personas que se iban enterando de los requisitos al filo de los hechos. Vale recordar, a esa altura, con una estadía extendida de casi 30 días.
Y acá viene el intríngulis puntano. El Gobierno nacional entregó 20 mil permisos que daban un período de 48 hs. de duración para circular a los automovilistas. Al querer hacer el mismo trámite en San Luis, el resultado del pedido era incierto y con una demora de 48 horas. Claro, siempre y cuando el sitio web no estuviera colapsado merced a un hosting mezquino.
El domingo pasado muchos automovilistas se lanzaron a la ruta con el permiso nacional quedando varados en Ruta 7, principal vía de ingreso así como en otras rutas. Muchos llegaron allí con desconocimiento del permiso provincial. Son variados los testimonios del maltrato policial y los pedidos desesperantes de muchas personas realizados por diferentes redes sociales o medios de comunicación para visibilizar la situación.
A la altura de Justo Daract, algunos prefirieron esperar en la banquina haciendo un último intento por lograr el permiso vía web, pero el ingreso al sitio marcaba error. Debido a la demanda, las autoridades provinciales anunciaron que iban a analizar pedido por pedido, con una demora en la respuesta de…hasta 48 horas.
Para comprender, cuando la Gobernación de San Luis aceptaba el pedido (en caso de hacerlo) ya estaba vencido el Nacional y sin posibilidad de tramitar uno nuevo por ahora. Es decir, una placentera extensión de la permanencia en la provincia. Kafka en San Luis. Todo ante el agravante de pueblos cerrados por controles policiales y hoteles sin funcionar, una situación inmejorable para quedar varados.
La escenas distópicas abundan en estos tiempos de inesperada pandemia. Para los quedaron varados en San Luis, estas vienen con barbijo, con bucólicas postales puntanas y una prolongación indefinida de los trámites con la esperanza de que en algún momento puedan coincidir la habilitación nacional con la provincial. Como vienen las cosas, es más probable que termine la cuarentena antes que se produzca el milagro administrativo.
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