¿Qué es enseñar y aprender en una escuela en la Villa? ¿Es lo mismo que en cualquier otro lugar de la ciudad? Las autoras, docentes de la escuela N°6 del distrito N°5 de la Villa 21-24 y Zavaleta, primera secundaria pública del barrio, reflexionan sobre los lazos comunitarios, las redes territoriales y el trabajo docente en el contexto de cuarentena.
Por Virginia Saavedra y Jordana Secondi*
Escuela y comunidad
Nuestra escuela, la escuela Media seis del cinco, fue creada en el año 2009 como respuesta a un antiguo reclamo de la comunidad. Fue la primera escuela secundaria pública de la Villa 21-24 y en la actualidad sigue siéndolo. Como el origen de nuestra institución fue una conquista colectiva, los y las docentes que fuimos participando en su crecimiento y desarrollo entendimos que establecer lazos fuertes con la comunidad sería fundamental para hacer escuela.
Pero, ¿qué es enseñar y aprender en una escuela en la Villa? ¿Es lo mismo que en cualquier otro lugar de la ciudad? En Buenos Aires, el distrito más pudiente del país, en los barrios que llamamos Villas se encuentran poblaciones cuyos derechos se encuentran vulnerados en extremo. Personas para las que el acceso a la atención de salud, a la protección social y la oferta de estos derechos no guarda proporción con la demanda. Las actividades laborales suelen estar signadas por la escasez, la informalidad y la marginalidad, lo cual en este sistema repercute directamente en el acceso a diversidad de propuestas culturales, actividades recreativas, prácticas deportivas, o se restringen a las que están “a mano”. Además, quienes allí habitan, para desarrollar su vida deben superar a diario y constantemente cómo trasladarse en espacios que se anegan con sólo un poco de lluvia, con escaso transporte público. Sus viviendas no tienen conexión o es de manera muy precaria a los servicios básicos de luz, de agua, de red cloacas.
Entonces ¿qué provoca una escuela en la Villa? En principio, crea posibilidades. Desde los comienzos -con contradicciones, con errores, pero con firmeza- trabajadores, trabajadoras, estudiantes y familias de la seis del cinco aprendimos que el trabajo colectivo consolida los vínculos, profundiza la solidaridad, fortalece las decisiones y acciones tomadas.
Escuela y coronavirus
Así, ante el avance de la pandemia que afecta a todo el planeta y frente a la decisión presidencial de suspender las clases para evitar circulación de personas y posibles contagios, tuvimos que repensar y rearmar nuestras propuestas pedagógicas de forma que no profundizaran las lógicas de exclusión que nuestra sociedad ya genera en nuestra población educativa ¿Cómo trabajar sin los otros y las otras para encontrarnos y para compartir? ¿Cómo proponer tareas sabiendo que la cotidianeidad de aislamiento cercena la posibilidad del sustento?
La primera semana de clases -que fue la única que compartimos antes del inicio del Aislamiento Preventivo Social y Obligatorio- nos dio la posibilidad de tener formas de contactarnos con los y las estudiantes y con sus familias, para pensar respuestas a distancia, a pesar de que en nuestra comunidad lo frecuente es estar muy cerca. Entonces, se crearon grupos de Whatsapp y listados de direcciones de correo electrónico, y las redes ya armadas en el barrio nos ayudaron a llegar a las familias más nuevas de la escuela o las más desvinculadas
Docentes con conocimientos informáticos armando y compartiendo tutoriales para ayudar a armar materiales a sus propios compañeros y compañeras docentes con menos conocimientos informáticos, a estudiantes y a sus familias.
Saber anudar redes territoriales, nos sirve en esta coyuntura para profundizar las redes virtuales, y las idas y venidas, las entregas y devoluciones de las tareas desde LA NUBE, nos fortalece como comunidad educativa que enseña y aprende.
Nadie se salva solo
En el contexto de la pandemia, y como comunidad de la seis, lejos de reproducir dispositivos de control largamente estudiados en instituciones europeas y en las europeizadas, nos proponemos problematizar estas nuevas prácticas en las experiencias de educación popular y emancipadoras propias de la historia y el presente de Nuestramérica donde nos inscribimos política y pedagógicamente.
Sabemos que la solidaridad como valor fundamental, el tener los pies en la comunidad en la que estamos y el reconocimiento de la escuela como instancia estatal, deben conjugarse para garantizar el acceso a los derechos sociales de nuestros pibes y pibas.
En estos días, las familias de nuestra comunidad educativa nos agradecen las propuestas de trabajos hogareños, “así no se atrasan”, “así están con ocupaciones”. Y como docentes sabemos que a esta preocupación por no perder el “ritmo” de escuela, y tener tiempo productivo, se suman las preocupaciones de resolver cosas básicas como conseguir qué comer, sostener un empleo informal, hacer durar los materiales para la higiene, descacharrar por el dengue, estirar el repelente…
Hoy, el desafío de la comunidad barrial por tener resueltas las necesidades mínimas se hace más difícil. El Aislamiento Preventivo Social y obligatorio es imposible de cumplir si no hay nada en la mesa a la hora de comer, sino es posible conseguir el repelente que cuide del mosquito de puntitos blancos, sino se puede comprar el jabón para lavar muchas manos muchas veces por día.
La escuela -la nuestra y otras- una vez más, es casi la única puerta de acceso para obtener comida y cuidados mínimos y reclamarlos por insuficientes. Otra vez la escuela se constituye como el resonador de las voces que, en forma tan insistente y persistente, el status quo pretende callar, invisibilizar.
En estos tiempos de aislamientos obligatorio seguimos haciendo escuela como supimos aprender en estos años: sosteniendo lazos de amorosidad, de compromiso y solidaridad con nuestros y nuestras estudiantes, sus familias y el barrio.
*Virginia Saavedra es profesora de Lengua y Literatura y Jordana Secondi es profesora de Artes visuales. Comparten su tarea como profesora y directora, respectivamente, en la Escuela de Educación Media Nro 6 D. E. 5to, de la Villa 21-24 y Zavaleta, barrio de Barracas, ciudad de Buenos Aires.
Discusión acerca de esta noticia