“Muchachos, les tocó la hora de ganar menos. Y así lo voy a hacer respetar”, dijo el presidente Alberto Fernández en la conferencia de prensa que brindó el domingo 29 de marzo, donde anunció la extensión del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Las palabras iban dirigidas a ese sector empresario que, en plena pandemia de coronavirus, despidió trabajadores. Pero la contraofensiva no tardó en llegar, y el lunes 30 por la noche se llevó a cabo un cacerolazo para que “los políticos reduzcan sus sueldos”.
Jorge Rachid, médico sanitarista y pensador nacional, aseguró en Radio Gráfica que la estrategia es “deteriorar el punto alto de aceptación que tiene la política que está llevando adelante el Gobierno Nacional en esta etapa de expansión de la pandemia”.
En comunicación con La señal, el médico sanitarista hizo referencia a las medidas tomadas por el gobierno de Alberto Fernández: “Terminada la fase de identificación del problema, y con tres semanas de anticipación con respecto a otros países, la Argentina puso en marcha a través del gobierno nacional y popular una política de tres ejes, centralizada en Alberto Fernández, principal comunicador de todas las medidas, que se atrevió, en función del interés común y la protección de los sectores más humildes de la población, a implementar medidas muy drásticas que al principio no fueron comprendidas”.
En relación a la respuesta que se obtuvo por parte de la sociedad, Jorge Rachid expresó en La Señal: “Con el tiempo se creó el marco necesario de aceptación, que además fue complementado con la necesidad de que todas las personas que cumplían estrictamente la cuarentena fuesen capaces de llegar al plato de comida diario, y para eso se implementó una política de apoyo a los sectores más desprotegidos, humildes y trabajadores”.
“La respuesta del Gobierno Nacional se basó en el eje epidemiológico”
Además, el médico sanitarista manifestó que “la respuesta que dio el Gobierno Nacional se basó en un segundo eje que es el epidemiológico”. “Es el que está monitoreando la situación a nivel local y mundial en tiempo real, y que le da órdenes a la política. Esta acepta porque hoy la prioridad es la salud. Los muertos no se pueden recuperar, la economía siempre se puede recuperar. Valores como el déficit fiscal, el índice de inflación, la balanza comercial quedaron para más adelante, junto con muchos otros reclamos de sectores ortodoxos y no ortodoxos sobre el manejo económico. Hoy por hoy la prioridad es la salud, los seres humanos y el cuidado que entre todos nos debemos”.
Rachid continuó haciendo referencia al tercer punto de la política que puso en práctica el Gobierno Nacional: “El tercer eje importante y necesario por su estrategia es el de la conciencia social de la solidaridad. Es estratégico porque si nosotros nos animamos a repensarnos en los últimos 45 años, la cultura dominante fue la neoliberal que promovió el individualismo, el sálvese quien pueda, la meritocracia, el éxito hoy. Eso fue calando en los sectores amplios de la sociedad”.
“Creo que esta conciencia de la solidaridad nos da la posibilidad de recrear el modelo social, solidario y productivo del peronismo”.
El pensador reflexionó sobre la actitud que predomina en la sociedad actualmente: “Creo que esta conciencia de la solidaridad nos da la posibilidad de recrear el modelo social, solidario y productivo del peronismo. Ese marco solidario de la justicia social, donde el pueblo argentino vive en un estado, si no es de certezas, es en un camino de previsibilidad, frente a un camino de incertidumbre que planteaba el macrismo. Me da la impresión de que esto es central porque es parte de recrear la conciencia nacional, significa que nos volvemos a constituir como pueblo con un destino común”.
Finalizó reflexionando sobre las acciones del sector empresarial: “Hay otras decisiones soberanas. Son las que están siendo atacadas por los cultivadores del odio y del rencor, que no lo hacen por un problema ideológico sino por intereses. Como el señor Rocca y los miserables de los sectores empresarios que están exigiendo políticas que van en contramano de las que estamos adoptando. Es decir, están intentando escribir la agenda del gobierno cuando son parte de la agenda del enemigo y son la firma de la embajada de Estados Unidos”.
“Son parte de una campaña que empieza desde ahora a aprovechar, desde lo táctico para bajar el nivel de aceptabilidad que tiene el presidente Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, y en lo estratégico, intentar debilitar y en lo posible destituir. Por eso el cacerolazo es político y empresarial, de una naturaleza atroz en la medida en que hay un pueblo combatiendo en conjunto por vencer a un enemigo invisible que ataca a todos los sectores sociales”.
LFB/GF/RG
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