Recién llegado a México, país donde se asilará tras el golpe de estado en Bolivia, Evo Morales brindó una conferencia. Desde el Hangar de Sedena, en la Ciudad de México, acompañado por Álvaro García Linera, aseguró que ellos renunciaron “por el pueblo, para que no haya más hechos de sangre”.
Tras ser recibido por el cánciller méxicano Marcelo Ebrard, a quien le agradeció como represtante del gobierno de Andrés Manuel López Obrador por aceptar el asilo político, Evo repasó que “por el nuevo triunfo en primera vuelta en las elecciones del 20 de octubre empezó este golpe de estado”, el cual fue “cívico político” hasta que en la última semana “se sumó la policía nacional”.
“El presidente de México me salvó la vida”
“Saquearon mi casa de Cochabamba, quemaron tribunales electorales, actas de las elecciones, sedes sindicales, casas de nuestras autoridades del MAS y la de mi hermana”, denunció, respecto a la violencia con la que sectores golpistas arremetieron contra el oficialismo. “Con políticas de amedrentamiento, intimidación y escarmiento hicieron renunciar a dos de nuestros alcades, de Sucre y Potosí. No renunciaron por cobardes, sino por tanta represalía contra la familia, contra los niños”, sumado a “amenazas de quemarlos”, precisó.
El presidente constitucional de Bolivia relató un grave hecho sucedido previo a su renuncia y posterior llegada a México. “El 9 de noviembre, cuando llegaba a la zona del trópico de Cochabamba, un miembro del equipo de seguridad, del ejército, me hizo leer mensajes y comentó llamadas, en la que le pedían que me entregara a cambio de 50.000 dólares, un día antes de nuestra renuncia“.
“Estamos seguros de que los pueblos tienen derecho a liberarse”
El líder del Movimiento al Socialismo, dedicándole unas palabras a los movimientos sociales, políticos, campesinos e indígenas que integran su gobierno, aseguró: “mientras tenga vida, seguimos en la política. Mientras tenga vida, sigue la lucha. Estar con vida nos permite seguir al lado del pueblo boliviano”.
“Pensé que habíamos terminado con la opresión y la discriminación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida, y menos a la patria”, se lamentó el mandatario.
“Estoy convencido, solo habrá paz cuando se garantice la justicia social”
En la parte final de la breve rueda de prensa, Morales aseguró que no claudicará sus convicciones. “Si algo de delito de tengo, es que es indígena Evo. Si algo de pecado tenemos con el vicepresidente, es que hemos implemetado programas sociales para los más humildes, buscando la igualdad y la justicia. Nuestro pecado es que ideologicamente somos antiimperialestas. Que sepa el mundo entero que no voy a cambiar por este golpe. Es una lección más para aprender y fortalecer la lucha de los pueblos, en Bolivia y el mundo“, ratificó.
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