Claudio Marín, secretario general adjunto de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA) y uno de los referentes de la CTA, estuvo en el piso de la Radio Gráfica para dialogar sobre la situación del país en el tramo post PASO y las proyecciones de cara a las elecciones generales.
Entrevistado por Gabriel Fernández y Jorge Thierbach, señaló que “el movimiento obrero tiene que situarse para ir caminando en un sendero, haciendo equilibrio, entre la posibilidad de instalar un nuevo modelo de acumulación, un nuevo poder y no resignar lo que nosotros necesitamos como reivindicativo. Y eso es un problema, es difícil. No podemos de ninguna manera traicionar la petición y la confianza de nuestros compañeros. No porque esperar, signifique traicionar. Pero si porque los tiempos de la política no son los mismos tiempos del salario”.
Agregó que “no porque sea el traspaso de gobierno, a partir de ese momento se van acabar las suspensiones, los despidos y va haber ocupación plena. No es así”.
Interpeló “¿hasta dónde nosotros avanzamos y hasta dónde avanzamos con la construcción de poder?”; y argumentó “porque las medidas que tenemos que tomar no son medidas de equilibrio. De acá no se sale haciendo equilibrio y tratando de manejar la gobernabilidad. Esto es tensión. Y eso tenemos que manejarla con una determinada relación de fuerzas, desde las organizaciones sociales y desde los sindicatos”.
La reconstrucción y el fortalecimiento del tejido sindical se fundamenta en “el empoderamiento de las comisiones internas, de los cuerpos de los delegados y del poder real de la fábrica o del lugar de trabajo”; además, otro punto importante “ir empoderando a aquellos que tiene que llevar a cabo las medidas para que puedan ser soportadas y enfrentar al poder económico financiero”.
Frente al resultado que arrojó las PASO “si no se hubiera construido ese mínimo común denominador, yo creo que no llegábamos. Agrandamos el espacio, pero también hay que medirlo. Este resultado no solo nos beneficia para sacarnos de encima a estos cipayos, sino que nos permite demostrar que esta acción colectiva genera política y voluntades. A pesar de todos los medios en contra”.
Las proyecciones para el movimiento obrero “hay una etapa de construcción de poder al interior del movimiento obrero organizado. Cuando uno sale de estar a la defensiva y puede retomar una ofensiva, puede empezar a plantear cuáles son los programas de gobierno que puede tener para cada rama de la actividad. Qué mejor que los gráficos para hablar de los gráficos, que mejor de los trabajadores de las telecomunicaciones para hablar de telecomunicaciones”.
“Uno de los elementos que le permite al movimiento obrero sentarse a discutir con un árbitro, que no tiene que ser imparcial, es la autoridad de aplicación que tiene que estar a favor de los trabajadores porque somos del sector más débil, no somos los dueños de los medios de producción”; expresó el secretario general adjunto de FOETRA.
En relación al sector de las telecomunicaciones, introdujo “nosotros generamos un acuerdo y un documento con el Sindicato Argentino de Televisión Telecomunicaciones, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) donde planteamos que ante cualquier situación de ofensiva sobre el empleo o intento de avance de la patronal, en este caso unificada en el grupo Clarín – Telecom, iba a ser resistida por el conjunto de los gremios, tanto por FOETRA como por el SATSAID, además lo firmamos y lo publicitamos dentro del gremio. Por ese lado, hubo un mensaje claro”. Precisó: “ahora necesitamos una nueva ley marco de las telecomunicaciones, hoy ya destruida por los decretos de Macri”.
Un dato importante, sobre ¿cuánto representa la deuda en relación al PBI?. Marín señaló: “Hoy la deuda es el 120% del PBI, contando que el PBI se redujo a 350 mil millones en relación a los 500 mil millones que había dejado Cristina”.
Por otro lado, proyectándose a una posible unidad de las centrales de los trabajadores “yo creo que se puede hacer una sola central, porque no hay ninguna. Pensemos si funciona alguna de las centrales como central sindical, más allá de la corporación y de la influencia política. Es necesario una central unificada que actúe en conjunto para todo el movimiento obrero y que sea el reflejo superestructural ideológico, político e institucional de un movimiento que está suficiente maduro”.
Finalmente en lo estructural, sobre la integración de las organizaciones sociales a una central sindical “deberíamos hacernos cargo de los desocupados de nuestros sectores. No desligarnos de lo que se produjo en esta destrucción del aparato productivo y ver cómo recuperamos espacios y puestos de trabajo desde las propias organizaciones, donde alguna vez estuvieron estos compañeros”.
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