Noemí Brenta es doctora en Economía. Investigó en profundidad la relación histórica de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, iniciada en 1956. En diálogo con Radio Gráfica, sostiene que el FMI es corresponsable del drama de empobrecimiento y crisis de la Argentina, y que el acuerdo con este organismo estaba destinado a profundizar políticas inviables.
Por Úrsula Asta y Leonardo Martín*
La investigadora recientemente publicó “Historia de la deuda externa argentina. De Martínez de Hoz a Macri” (de Capital Intelectual). Previamente había escrito el libro “Historia de las Relaciones entre Argentina y el FMI”, editado en 2013. Afirma que no es necesario renegociar con el Fondo de manera urgente: “Quedan pocos desembolsos por recibir. El último es en junio 2021, recién ahí empieza el repago”.
¿Cómo describirías la historia de la relación entre la Argentina y el FMI, teniendo en cuenta que también hubo gobiernos que se resistieron a estos acuerdos?
-La historia del Fondo Monetario Internacional con Argentina es intensa. Tuvimos 22 créditos Stand By en 63 años desde 1956, cuando nuestro país se suma al FMI, que es mucho más que lo que tuvieron la mayoría de los países. Argentina estuvo más de 40 años con acuerdos de alta condicionalidad, fueron muy pocos gobiernos los que no recurrieron al Fondo.
Perón no adhirió en sus primeros gobiernos y después cuando fue presidente a su regreso en el año 1974 canceló lo poco que quedaba de la deuda con el Fondo. La Dictadura tuvo tres créditos Stand By y desde ese momento hasta que Néstor Kirchner canceló la totalidad de la deuda con el Fondo estuvimos siempre bajo acuerdos o negociando las condiciones para que el Fondo aprobara un acuerdo. Fue muy grande la influencia del FMI en la economía argentina, fue corresponsable de todo nuestro drama de empobrecimiento y de crisis que tuvo la Argentina entre la Dictadura y hasta la del 2001. Todo un período muy trágico y que, lamentablemente, ahora se reedita.
Un Gobierno radical de Arturo Illia en 1963 hizo su campaña política expresando el rechazo al Fondo, diciendo que iba a terminar con los acuerdos que se daban desde 1958. Efectivamente no los continuó, pero a fin de 1965 hizo un acuerdo con el Club de París, muy similar al que se hacía con el FMI, que enfrió la economía y entró en un ajuste.
“Argentina estuvo más de 40 años con acuerdos de alta condicionalidad, fueron muy pocos gobiernos los que no recurrieron al Fondo”
De estos 22 acuerdos que la Argentina firmó con el FMI la mitad fue sin necesidad, es decir, sin problemas de pagos internacionales. Muchas veces las autoridades argentinas usaron el sello del FMI como modo de endeudamiento y también para implementar programas ortodoxos, muy antipopulares y resistidos, pero con la excusa de que el Fondo reclamaba determinadas cosas como por ejemplo privatizar, reducir el gasto público, aumentar las tarifas. Estos más de diez programas innecesarios tuvieron esa característica, de sostener proyectos económicos que se hundían.
¿Por qué fracasa este acuerdo? ¿O en realidad el objetivo es la dependencia financiera argentina?
-El acuerdo profundizó las políticas que llevaron a la crisis. Un modelo económico inviable, que se sostiene en el endeudamiento. Termina ocupando el rubro con mayor gasto del sector público o por lo menos de mayor crecimiento reduciendo las partidas para todo los demás, como salud, educación, seguridad social, etc. Este programa implicó e implica tasas de interés altísimas, llevamos casi dos años con una tasa que dificulta cualquier actividad económica e impide la inversión.
Es un modelo donde lo financiero predomina sobre lo productivo, beneficiando a pocos sectores que generan muy poco empleo, como la energía o el agronegocio que es un modelo que destruye el empleo y dolariza los precios de los alimentos básicos de los consumos de las familias. Es un modelo que ya se aplicó en Argentina y siempre tuvo los mismos resultados. Además, el manejo de la política económica fue errático, no se sabía muy bien para donde iban. Hubo muchas idas y vueltas, pero siempre avanzando en el mismo sentido que hoy colapsó porque hay que sumar que se dio en un escenario mundial de un crecimiento muy bajo.
“El acuerdo profundizó las políticas que llevaron a la crisis.
Un modelo económico inviable”
Todavía el mundo no salió de la crisis que empezó en 2007. Europa tiene un crecimiento muy lento, las disputas comerciales y tecnológicas entre Estados Unidos y China enfrían el comercio y la economía mundial. No es un momento para abrir la economía, por el contrario, es un momento para protegerse y cuidar el mercado interno, la población, las empresas, las pymes y también a las grandes que tienen dificultades. Todo ello contribuye al fracaso del modelo económico y del acuerdo con el Fondo Monetario, porque estaba destinado a profundizar políticas inviables.
El estatuto del FMI no permite que sus desembolsos financien fuga de capitales ni pagos de capital de deuda. Debido a que eso es precisamente lo que está sucediendo, ¿es posible pensar otro acuerdo con el FMI de este gobierno? ¿o quedaría en manos del próximo?
-El convenio constitutivo del FMI no permite financiar salida de capitales, pero tampoco permite financiar gasto público ni déficit fiscal. Los recursos del Fondo sólo son necesarios para afrontar déficits de balanza de pagos, dificultades para afrontar los pagos internacionales que tiene que hacer un país.
Históricamente, cuando hay una transición, el Fondo prefiere negociar con el Gobierno que viene. Pero en este acuerdo, donde hay de por medio un monto sideral, ha jugado mucho la influencia política, el apoyo de Trump, del Tesoro estadounidense. El FMI no es un organismo neutral ni puramente técnico y acá hubo una intención de condicionar al Gobierno siguiente con una deuda gigante. Si este Gobierno lograra ganar la elección, quedaría con un alto condicionamiento para continuar este programa y seguir con las reformas estructurales, con la excusa de que el acuerdo con el FMI lo obliga.
“Históricamente, cuando hay una transición, el Fondo prefiere negociar con el Gobierno que viene. Pero en este acuerdo, donde hay de por medio un monto sideral, ha jugado mucho la influencia política, el apoyo de Trump, del Tesoro estadounidense”
Francamente no me gustaría que hubiera otro acuerdo, ni Stand By ni uno de Facilidades Extendidas, porque son muy condicionantes los acuerdos con el Fondo. También me parece que no es urgente renegociarlo ya, porque quedan pocos desembolsos por recibir. El último es en junio 2021, y recién ahí empieza el repago. No es imprescindible establecer otro acuerdo con el Fondo de manera urgente, es preferible esperar ver qué pasa con la economía y la sociedad. Es más urgente solucionar el hambre, crear trabajo, mejorar los ingresos, sostener a las empresas que se están cayendo.
¿Cuál es la diferencia entre los acuerdos Stand By y de Facilidades Extendidas con el FMI?
-La diferencia entre el Stand By y el que contempla “facilidades extendidas” es que este último cubre un plazo más largo, con un repago más largo también, pero también estos acuerdos ya son muy condicionantes, especialmente en las reformas estructurales. Y la Argentina ya tiene la experiencia de haber aplicado en profundidad y consistentemente las reformas estructurales en los noventa. Fuimos los mejores alumnos del Fondo, del Consenso de Washington y de todas las reformas estructurales. Todo eso nos llevó a la peor crisis de nuestra historia reciente, a hundir a la mitad de la población en la pobreza, destruir la industria, el mercado interno, quebrar las familias por el exilio económico, las enfermedades, los suicidios. La verdad es que no es una experiencia para repetir vivir bajo programas del Fondo. Esperemos que las cosas evolucionen para mejor en un próximo período.
“También me parece que no es urgente renegociarlo ya, porque quedan pocos desembolsos por recibir. El último es en junio 2021, y recién ahí empieza el repago”
En realidad lo más normal es no tener un acuerdo con el Fondo, la mayoría de los países no llegan a tenerlos o tienen alguno y salen lo más rápido que pueden por el modo en que formatea la economía, y la aplicación persistente de programas llevan a una configuración muy frágil y concentrada en lo financiero y muy poco interesada en los aspectos productivos de la economía que son los más importantes.
(*) Entrevista realizada por Úrsula Asta, Leonardo Martín, Magdalena Rua y Paloma Garrido, del equipo del programa Feas Sucias y Malas (sábados 10 a 12 hs por Radio Gráfica)
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