Este sábado 26 de mayo, más de 40 efectivos de la Prefectura Naval irrumpieron en la casa de de Jésica Azcurraire, vecina e integrante de la asamblea de la Villa 21, con la excusa de estar buscando a su sobrino de 16 años y otro menor. Sin orden judicial alguna, la Prefectura ingresó reprimiendo y se llevó detenido a Juan Pablo Mónaco (35), y a su compañero Roque Azcurraire (30), periodista y camarógrafo de la Garganta Poderosa, cuando trataban de impedir que los efectivos continuaran lastimando a los menores.
Tras ser detenidos, Juan Pablo y Roque, fueron trasladados a la Comisaria 30 de Barracas, cita en California 1850, donde se encuentran alojados. Desde allí Nacho Levy, referente de la Garganta Poderosa, indicó a Radio Gráfica que el inicio de la persecución y posterior represión que llevó a la detención de Pablo y de Roque, “comienza con un verdugueo a dos chicos, uno de ellos menor” por parte de los efectivos de prefectura “que hace que los vayan corriendo por la avenida Iriarte, justo hasta donde está la casa de Iván y su familia, que da al pasillo de donde vive Roque”.
Levy refiere a Iván Navarro, quien junto a Ezequiel Moya, dos chicos integrantes de la Poderosa, testificaran el próximo viernes 1 de junio contra sus torturadores, seis efectivos de la prefectura que en septiembre de 2016 los torturaron.
Según relata el referente de la Poderosa, la persecución se tornó en una represión: “llegaron maltratando y golpeando a los chicos y entonces la gente comenzó a juntarse para ver que estaba pasando. En eso una de las compañeras escucha a su hermana gritando desde la casa de Roque, compañero de la Garganta; sale afuera para ver lo que estaba pasando y la represión se recrudece cuando cierran la puerta del pasillo y obligan a las personas a ir hacia adentro”.
Es en éste momento es donde las imágenes que evocan el relato de lo sucedido se condensan en dos escenas en simultaneo, según relata Levy, cuando “empiezan a tirar gases y balas de goma y de pronto se meten en la casa de Roque, el fotógrafo de la Garganta, al mismo tiempo que los disparos de la única arma que tienen secuestrada impactaban en el frente de la casa de Ivan y su familia” y “se meten dentro de la casa de Roque, pateando la puerta” y continúan reprimiendo a los menores dentro del inmueble.
Allí lo que parecía una película de terror se convierte una una de las peores pesadillas para Jésica, Pablo y Roque. Los tres sufrirán la represión, pero una de las peores vejaciones la recibe Jésica. Tras ingresar a la vivienda de Roque, la prefectura se desboca, así lo relata Levy: “Pablo se mete para impedir la golpiza que le estaban dando a los pibes, entonces lo empiezan a cagar a palos a Pablo; mientras lo cagan a palos a Pablo, empiezan a manosear a Jésica contra la pared”.
Mientras todo ésto se sucedía “Roque, el tío del menor que estaban maltratando, cuñado del compañero que estaban golpeando, el hermano de la compañera que estaban manoseando, intenta agarrar un teléfono para registrar lo que estaba pasando, le pegan una trompada en la cara que lo sientan de culo con el teléfono en la cara, lo empiezan a golpear a él y finalmente los detienen”.
“Les arman una causa a Roque y a Pablo, que ni siquiera son las personas que dicen haber estado persiguiendo” señaló Levy.
Por último Nacho Levy, señaló que no les están dando ninguna información clara ya que “nos están diciendo que van a ser trasladados a la U28 desde el mismo juzgado que nos decían que iban a ser liberados”.
Al cierre de la nota, Juan Pablo y Roque aún no habían sido liberados y continúan detenidos en la Comisaría 30. Así mismo, organizaciones políticas y sociales convocan a concentrar frente a la comisaría para exigir la liberación de los detenidos.
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