En qué consiste la agenda promovida en la ONU. La cuestión Milei. Armas atlánticas de largo alcance y réplica nuclear táctica de Putin. La situación en Asia Occidental. Israel logró sacar del juego a Nasrallah. Países Bajos, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y China: la tecnología más valiosa de la historia
Por Gabriel Fernández *
Quizás muchas naciones hayan pensado que no valía la pena esforzarse en contrastar con una enumeración de buenas intenciones y escueta aplicación práctica. Tal vez varias resultaran apremiadas de un modo u otro para suscribir el acuerdo. Lo cierto es que después de muchos traspiés los países centrales de Occidente lograron un resultado favorable en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al conseguir respaldo para la denominada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Quedaron en minoría quienes presentaron su rechazo: Bielorrusia, Corea del Norte, Irán, Nicaragua, Rusia, Sudán y Siria. También, la Argentina. En tanto, las abstenciones llegaron desde Argelia, Bolivia, China, Cuba, Iraq, Kazajistán, Kiribati, Laos, Malasia, Maldivas, Omán, Pakistán, Arabia Saudita, Sri Lanka y Tailandia. El resto de las naciones votaron a favor. No es cierto que se trate de un resultado habitual en el edificio neoyorquino: son numerosos los ejemplos de posturas en favor de los derechos de los pueblos que resultaron vencedoras.
Sin embargo, se ha dicho eso y unas cuantas inexactitudes más. Vale adentrarse en los contenidos para luego pasar a las consideraciones políticas. ¿De qué trata la famosa Agenda?
Su propia presentación implica situarse en el Panteón de los Buenos. La idea pretende ser el establecimiento de “Un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia”. Imagine lector, una propuesta que se presente contraria a “las personas, el planeta y la prosperidad”. Añade que “Los Estados miembros de la Naciones Unidas aprobaron una resolución en la que reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza y afirman que sin lograrla no puede haber desarrollo sostenible”.
Luego informa que “La Agenda plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. La nueva estrategia regirá los programas de desarrollo mundiales durante los próximos 15 años. Al adoptarla, los Estados se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables”. Enseguida realza, destacado mediante, un segmento de lo aprobado:
“Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”, señala la resolución.
A continuación, advierte que “La Agenda implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, y cada uno fijará sus propias metas nacionales, apegándose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dispone el texto aprobado por la Asamblea General”.
Ya en afán grandilocuente, especifica que “Además de poner fin a la pobreza en el mundo, los ODS incluyen, entre otros puntos, erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la energía; promover el crecimiento económico sostenido; adoptar medidas urgentes contra el cambio climático; promover la paz y facilitar el acceso a la justicia”. ¿Como rechazarla?
Consultados por los medios, voceros de numerosas naciones que apoyaron la iniciativa, apuntaron que no fueron consultados para su elaboración. La Agenda vino redactada desde el cenáculo del capital financiero que habitualmente se congrega en el Foro Económico Mundial de Davos y fue corregida y apuntalada por representantes de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Desde ya que protagonistas decisivos de la vida internacional como Rusia e Irán, y la abstencionista China, ni siquiera fueron invitados a participar en el diseño de los coloridos dibujos que embellecen la propuesta.
Sucede que los realizadores del planteo son los responsables directos de llevar adelante políticas que contrarían todos los enunciados de la resolución.
Es probable que tenga sentido repasar la Iniciativa para el Desarrollo Global que presentó el coloso asiático ante el mundo en el año 2022. En tal sentido, vale aproximarse al análisis de esa perspectiva realizado por el canciller Wang Yi, así como el discurso del presidente Xi Jingpin ante la ONU, sugiriendo que el planteo -bastante más hondo, claro- podía ser empleado para diseñar la Agenda 2030. Las corporaciones tiraron a la basura la elaboración china e impusieron el texto reproducido en los párrafos precedentes.
A decir verdad, se trata de intentar un re impulso del alicaído atlantismo para insertar acciones económicas de rasgos neoliberales con el objetivo de garantizar los ajustes fiscales destinados a promover la transferencia de recursos de las zonas productivas hacia las rentísticas. Eso es. En medio, el viejo argumento de cuidar el medio ambiente a través de resoluciones anti industriales, y -culturalmente- de anular creencias e identidades sociales en beneficio de contrastes entre minorías y mayorías en el seno de las mismas comunidades.
Todo el rumbo financierista aparece custodiado por quienes se proclaman defensores de las buenas intenciones (las personas, el planeta y la prosperidad) y por tanto delegados de la humanidad para, a través de los espacios periodísticos concentrados, las redes sociales, las instancias judiciales controladas y los estados desterritorializados, imputar a quienes intenten políticas soberanas como responsables de los problemas ecológicos, como racistas, sexistas, fanáticos religiosos, y lo que vaya surgiendo. ¿Para qué? Para silenciarlos, aislarlos o eliminarlos.
Las mega empresas que impulsan la Agenda 2030 han aplicado, durante le hegemonía lisa y llana del Consenso de Washington -y en las presentes secuelas del rastro occidental-, las políticas que, lejos de alentar la prosperidad, hundieron una parte del hemisferio Norte, luego de aplastar las periferias. Los dos grandes que sufragaron en contra del afable documento –Rusia, Irán– y el cercano objetor –China– vienen impulsando acciones destinadas a realzar el espacio del Estado, a promover las asociaciones y a dinamizar el vituperado modelo productivo. Unos crecen, otros no.
UN RECHAZO CONTRADICTORIO. Desde este Sur, se corre un riesgo importante. La lógica establecida para oponerse al gobierno de Javier Milei, cuyas resoluciones merecen una condena profunda e integral, puede llevar a sectores nacional populares a evaluar positivo el garabato reaccionario aprobado en la ONU. A lo largo de las jornadas recientes se pudo leer y escuchar que el dañino imbécil que gobierna la República Argentina se distanció de la Agenda en cuestión precisamente porque la misma intenta beneficiar a “las personas, el planeta y la prosperidad”.
Nada de eso es cierto. Al igual que en su participación esplendente en Davos, Milei opera exigiendo más rigor al establishment. No es el primero, no será el último. Absorber el planteo estéril del atlantismo en la ONU equivale a sugerir el respaldo a Emmanuel Macron en Francia para evitar el crecimiento de Marine Le Pen. Con ese criterio se terminan celebrando los goles de Mbappe porque es negro. Sucede que el planeta no está fracturado entre izquierdas y derechas. Este narrador ha intentado explicarlo en Fuentes Seguras. El sendero de la multipolaridad.
La absoluta hipocresía del psicópata anti nacional que ocupa la Casa Rosada y, con cuchas, la Residencia Presidencial de Olivos, es ostensible: mientras anuncia -y opera en consecuencia- su carácter de topo destinado a destruir el Estado desde adentro, incluye en su contradictorio planteo la defensa de los Estados nación y de su soberanía. Cabe añadir, con estrépito, que el corrimiento argentino de su política internacional tercerista, ha deteriorado las perspectivas de Brasil, Bolivia, Nicaragua, Venezuela, Cuba, Colombia, México entre otros.
Con un par de discursos sin base, Milei está modificando rumbos sin que el Congreso y las fuerzas políticas que se postulan opositores digan mu.
LARGO ALCANCE Y MISILES TÁCTICOS. Como los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) insisten en proveer con armas de largo alcance a Kiev, la Federación de Rusia advirtió que, ante eventuales ataques al interior de su territorio, utilizará armas nucleares. Involucró en el planteo defensivo a Bielorrusia. Voceros del Kremlin recordaron a la prensa que la referencia se dirige a los misiles nucleares tácticos, ojivas más pequeñas diseñadas para destruir objetivos sin una lluvia radioactiva generalizada.
Fue el mismo jefe de Estado, Vladimir Putin, quien señaló pocos días atrás, que Rusia consideraría la “posibilidad” de utilizar armas nucleares si detectara el inicio de un lanzamiento masivo de misiles, aviones y drones en su territorio, lo que presentaría una “amenaza crítica” para la soberanía del país. “Se propone la agresión contra Rusia por parte de cualquier Estado no nuclear, pero con la participación o el apoyo de un Estado nuclear, se considerará como un ataque conjunto a la Federación Rusa”, dijo.
Sin vacilar, Putin subrayó que las armas nucleares de su país son “la garantía más importante de seguridad de nuestro Estado y de sus ciudadanos”. Y evidenció que conoce el panorama defensivo adversario: “Europa no tiene un sistema de alerta temprana desarrollado. En este sentido están más o menos indefensos”. La advertencia coincidió con el envío de un paquete de ayuda militar a Ucrania de parte de los Estados Unidos confirmado el miércoles por el Departamento de Estado. El valor del bloque de ayuda es de 375 millones de dólares, e incluye “armas y equipos que se necesitan con urgencia”.
GAZA, LÍBANO, BRICS. En simultáneo, Israel continuó su ofensiva contra el Líbano, sin por ello retroceder en la violenta ocupación de la Franja de Gaza. Pocos creen las aseveraciones del gobierno de Benjamín Netanyahu acerca de una contienda direccionada sobre Hezbollah, así como son escasos quienes admiten identificar a esa organización político militar con representación parlamentaria con una agrupación terrorista. Lo cierto es que por estas horas palestinos y libaneses deben afrontar un infierno que parece no tener fin.
El abastecimiento ofrecido por Irán a las milicias defensivas del Líbano y el respaldo destinado a la población gazati, no han derivado, hasta el presente, en una inmersión plena en el conflicto. ¿La intención de mediano plazo que posee el Estado ocupante incluye la presencia bélica directa de la nación persa y los Estados Unidos en la región? Es probable, ya que todo aflojamiento de la tensión implicaría el derrumbe de la gestión orientada por el premier asesino.
Por mucho que varias voces occidentales se alcen para solicitar un alto el fuego, cabe indicar que sin el aprovisionamiento de las naciones de la Unión Europea más Gran Bretaña y los Estados Unidos, Israel no podría sostener tan extensa campaña guerrerista. Allí es donde aparecen algunas sorpresas, manadas del proceso de ampliación de los BRICS y de la Organización de Cooperación de Shanghái. De qué se trata: El ministro de Asuntos Exteriores saudí, Faisal bin Farhan, anunció este viernes la formación de una “coalición internacional” para establecer un Estado palestino como parte de la llamada Solución de dos Estados.
Bin Farhan hizo el anuncio durante una reunión colateral de la 79ª sesión de la Asamblea General de la ONU que aquí se viene analizando. Durante su discurso, criticó la acción de Israel en Gaza, que ha matado a más de 40.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños. “La legítima defensa no puede justificar el asesinato de decenas de miles de civiles y la práctica de la destrucción sistemática, el desplazamiento forzado, el uso del hambre como herramienta de guerra, la incitación y la deshumanización, y la tortura sistemática en sus formas más atroces, incluida la violencia sexual y otros crímenes documentados según informes de las Naciones Unidas”, afirmó. Será preciso seguir el andar de esta curiosidad.
NASRALLAH. UNA CELEBRACIÓN ISRAELÍ. Claro que no será fácil hallar una solución. Los israelíes se anotaron un tanto importante mediante un asesinato clave. Hezbollah confirmó ayer la muerte de su líder, Hassan Nasrallah, en un bombardeo israelí en los suburbios del sur de Beirut, bastión del grupo resistente. “Sayed Hassan Nasrallah se reunió con sus compañeros mártires (…) cuya marcha encabezó durante casi treinta años”, informó la organización en un comunicado.
Hezbollah anunció oficialmente el deceso de su jefe, más de 19 horas después de que las fuerzas israelíes bombardearan su cuartel general en un barrio densamente poblado de la periferia sur de la capital libanesa. Una fuente próxima al movimiento libanés había afirmado anteriormente que “se perdió el contacto” con Nasrallah desde el viernes por la noche. Horas antes, el ejército israelí afirmó que había matado al líder de Hezbollah, según su portavoz Nadav Shoshani, en la red social X.
Nasrallah, de 64 años, era un diorigente ampliamente reconocido en el Líbano. Llegó al mando de Hezbollah en 1992, al sustituir a su predecesor Abbas Musawi después de que éste muriera por un ataque de helicóptero israelí. Nasrallah supervisó la transformación de Hezbollah, que pasó de ser un grupo de militantes voluntariosos en en los años 80, a una organización político militar de enorme despliegue y carnadura electoral.
Según un comunicado militar israelí, Ali Karake, presentado como el comandante del frente sur de Hezbollah, y otros dirigentes del movimiento, murieron junto a Nasrallah. “El mensaje es simple: sabremos alcanzar a cualquiera que amenace a los ciudadanos de Israel“, advirtió el jefe del Estado Mayor israelí, el general Herzi Halevi. El ejército afirmó que la “mayoría” de los altos dirigentes del grupo chiita fueron “eliminados” en las operaciones israelíes de los últimos meses. Las fuerzas del Estrado ocupante lanzaron el lunes una campaña de bombardeos masivos contra Líbano, tras un año de enfrentamientos fronterizos.
Hezbollah se vio obligado a abrir un frente contra Israel al inicio de la guerra en Gaza, desencadenada en este último tramo por el ataque contra Israel de Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, prometió continuar “hasta que termine la agresión israelí en Gaza”. Por su parte, Israel busca, con sus bombardeos, restablecer el control en el norte del país. El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, denunció tras la confirmación del deceso, “la estrechez de miras” de la política israelí, pero sin mencionar el nombre del referente asesinado.
El bombardeo israelí del viernes destruyó decenas de edificios, dejó 36 muertos y 195 heridos, informó el Ministerio de Salud del Líbano. El ataque obligó a cientos de personas a abandonar sus hogares. Según el ejército israelí, apuntaban a inmuebles residenciales que servían de depósitos de armas de Hezbollah. Con fundamento, el movimiento resistente negó la imputación y precisó que se trata de pretextos empleados por Netanyahu para golpear a los pueblos de la región.
VALE INSISTIR. SEMICONDUCTORES. A lo largo de los más diversos episodios de esta saga, quien escribe ha puntualizado que para aprehender la geopolítica en desarrollo es preciso considerar los intereses geoeconómicos profundos y su enlace con la orientación del Estado. Aunque se suele aceptar la observación, a la hora de intentar evaluaciones que sintonicen con las aquí realizadas, se deja de lado uno de los elementos básicos que conforman el presente en proyección. Se trata de los semiconductores.
Quizás porque el concepto es extraño, seguramente porque para comprender su funcionamiento no cabe otra que especializarse; en verdad, la comunicación suele dejar fuera del cuadro de situación a una de las regiones económicas que forja ese cuadro y hasta coloca el marco. Lo interesante es: los Estados Unidos se debaten a pura sanción para evitar la libre competencia, con el objetivo de evitar que la República Popular China lo supere en ese estratégico flanco. Esa situación, comprobable, pre define el horizonte.
Vamos por fases. Países Bajos tiene un papel esencial en la industria de los semiconductores. Los mayores fabricantes de chips son estadounidenses, como Intel o GlobalFoundries; taiwaneses, como TSMC o UMC; surcoreanos, como Samsung; o chinos, como SMIC o Hua Hong Semiconductor. Sin embargo, los equipos de litografía más avanzados, y requeridos como el agua por estas compañías, han sido diseñados y fabricados en Países Bajos por Advanced Semiconductor Materials Lithography (ASML).
El liderazgo de esta empresa en la industria de los semiconductores se asienta en su capacidad de construir las únicas máquinas de fotolitografía de ultravioleta extremo (UVE) disponibles en el mercado mundial. De hecho, Nikon y Canon se retiraron de esta carrera debido al enorme esfuerzo económico y de Investigación y Desarrollo (I+D) que requería la elaboración de estos equipos.
LOS CHINOS Y LOS CHIPS. En buena medida la idea de Una OTAN para el Pacífico tiene, además de los ostensibles aspectos militares, un trasfondo de la lucha por esas pequeñas miniaturas. Y las pacientes tareas atemperantes del Dragón sobre Taiwán, Corea del Sur y Japón, también. Hace dos años, el gobierno norteamericano apretó su puño y aplicó sanciones intensas sobre China; no le importó que el país de Xi estuviera fuera de toda contienda bélica; se lo penó igual y hasta se lo definió como “enemigo sistémico”.
Los conocedores del mercado de chips explican que “la auténtica fortaleza de Estados Unidos procede de su capacidad de ejercer influencia sobre sus socios, y en el ámbito de los circuitos integrados Países Bajos es un aliado prioritario”. Desde ya que ASML nunca ha vendido a las empresas chinas sus máquinas de litografía UVE, que son las más avanzadas del planeta, pero desde el 2022 limita cada vez más los equipos que entrega a China. El porqué se deduce: la potencia asiática aprende demasiado rápido y está construyendo chips de alta calidad con las máquinas disponibles, aunque le falta un tranco para equiparar a la selección naranja.
Es que los equipos litográficos de ultravioleta profundo (UVP) son las segundas máquinas más sofisticadas de ASML. En la práctica impedir el acceso de las empresas chinas a los equipos litográficos UVE y UVP fabricados en Occidente implica ganar un tiempo vital. El único país que podría amortiguar estas sanciones y ayudar a China a preservar la salud de su industria de los semiconductores es Japón. Hasta ahora, los nipones se han disciplinado a las directivas estadounidense, pero cuando se observan los movimientos de otros aliados presuntamente férreos, las dudas carcomen.
China ha expandido su producción en el ámbito de los que se consideran chips “legacy”. Es decir, aquellos diseños probados, con varios años en el mercado y que, si bien son útiles y efectivos, no representan la vanguardia tecnológica. En concreto, la nación conducida por el Partido Comunista, se encuentra entre cuatro y cinco años por detrás de lo más avanzado del bloque occidental en la construcción de semiconductores. Como el Estado insertó un enorme volumen de dinero en el rubro y el progreso es muy acelerado, las distancias se acortan y el autoabastecimiento se acerca.
Un comunicado del Gobierno de Países Bajos defendió que sus sanciones intentan proteger la seguridad nacional. Es el mismo argumento que esgrimen desde hace tiempo los Estados Unidos, lo cual evidencia que Occidente anhela torpedear la posibilidad de que China sea capaz de construir chips de alta integración de su propia cosecha. Con este panorama a China no le ha quedado más remedio que esmerarse con el propósito de reforzar su industria de los semiconductores para contener las sanciones. Las autoridades chinas ordenaron a sus compañías de telecomunicaciones que dejaran de utilizar microchips extranjeros en sus redes domésticas. Anteriormente, ya habían impulsado la utilización exclusiva de chips de producción local en su industria de autos eléctricos, uno de los rubros que promueve su expansión a nivel global.
Así, forzaron la sustitución. La estrategia está empezando a fructificar. A mediados de agosto la compañía china Biren Technology anunció que tiene lista su GPU BR104, que posee una capacidad de cálculo FP32 de 128 TFLOPS. Datos incomprensibles para nosotros los legos, pero muy valiosos para los especialistas. En línea, a finales del pasado mes de diciembre el diseñador de microprocesadores Loongson completó la puesta a punto de su CPU 3D5000, un chip de 32 núcleos que es capaz de trabajar a una frecuencia de reloj máxima de 2,20 GHz. La encargada de fabricar los procesadores de esta marca es la compañía china SMIC.
Como se observa, las sanciones siguen incentivando la creatividad multipolar.
Aunque también se percibe, al interior de esta nota, lector, que el panorama sigue muy complicado. Los logros que valen la pena suelen ser simples, pero no fáciles.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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