El pensador nacional Rafael Ton aportó su visión sobre el tema de las sociedades anónimas deportivas.
En diálogo con Abrí la Cancha, el autor del Síndrome de Doña Florinda expresó: “el problema nace, como casi todo en estos casos, de esa mentalidad de que lo exterior, siempre es mejor. En La Plata lo hemos sufrido con el tema de los estadios donde se ha pretendido instalar que los estadios tienen que ser ‘europeos’. No pueden ser americanos porque eso sería para muchos como ‘grasa’, como ‘malo’. Quieren adaptar sistemas del exterior en lugares como el nuestro sin respetar las tradiciones de la gente, de la mayoría.”
Luego repasó algunas experiencias previas en nuestro país: “Hemos tenido casos que son hasta trágicos, como el de Mandiyú que desapareció, como el de Ferrocarril Oeste que estuvo al borde de desaparecer. Pero durante aquella quiebra de 2004 lo tomaban algunos empresarios después lo largaban para que lo tomen otros. Y obviamente el más cruel y el más payasesco de las privatizaciones, o de los gerenciamientos como se los llamaba, el que debió sufrir Argentinos Juniors cuando lo llevaron a Mendoza sin una razón lógica, porque creían que allí iba a ir la gente a verlo y lo sacaron del barrio de La Paternal.”
Finalmente analizó las posibilidades de resistencia y las consecuencias que puede tener implementar el sistema que pretende imponer el gobierno nacional: “Hubo una marcha muy grande de San Lorenzo. En Gimnasia también se votó en una asamblea multitudinaria en contra de los gerenciamientos. No se lo que puede llegar a suceder ahora. Además de que sólo se buscan negocios y dinero (por el cual se pueden desde vender jugadores hasta vender una final), también hay una cuestión filosófica. Hoy en día uno lamentablemente escucha ese cuento que ya hemos escuchado varias veces y que tan malos resultados dio, de que nos tenemos que endeudar para quedar bien para que así vengan las inversiones desde afuera. Y en parte responde a esto también. Esa cuestión de buscar el negocio y buscarlo afuera. Eso termina destruyendo instituciones, ese es el tema. Destruir un fútbol competitivo, con muchos clubes con mucha convocatoria como el que tiene Argentina, sería el colmo.”
“El que pierde es el hincha, que se va a quedar sin club, se va a quedar sin poder tener una voz dentro de su club. Porque los clubes son entes que enseñan democracia. Incluso durante nuestras dictaduras más atroces, cuando no importaba si el socio era médico, albañil, enfermero o lo que fuera; mientras pagara la cuota podía ir, levantar la mano y opinar. Todo eso se destruye en pos de una vidriera en la que las decisiones pasan por una sola persona o por un grupo de personas que lo único que quieren es el negocio.”
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