Por Tony Aira (*)
Esta vez, el artículo tendrá algo referencial. En 1987 fui incorporado al Regimiento 1 de Patricios cumpliendo con el servicio militar obligatorio. Fue el año del motín carapintada de Semana Santa. Un año turbulento para estar dentro de un cuartel. En ese mar de pasiones y complicaciones, apasionado por la historia, inventaba motivos para visitar el museo del Regimiento y conocer su historia. Una historia que era la de nuestro país. En aquel 1987, muchos oficiales y suboficiales habían combatido en Malvinas. Muchos conscriptos estábamos ávidos de conocer historias. Sobre todo la de Claudio Alfredo Bastida, el único caído del Regimiento en Malvinas.
El Regimiento de Patricios tiene su historia. Fue fundado el 15 de septiembre de 1806. Formado por ciudadanos porteños, esta Legión de Patricios tuvo su bautismo de fuego el 5 de julio de 1807 en la defensa de la ciudad ante las tropas británicas del General Whitelocke. Ese día, el cabo Pio Orensio Rodríguez, al frente de sus hombres, padeció una carga de metralla que convirtió a su pierna izquierda en una pulpa sangrante. Sin dudar, Rodríguez cortó su pierna con su sable y continuó tomando la posición enemiga. El Patricio falleció días después con el deber cumplido. Una calle y una plazoleta de Palermo lo recuerdan. En las jornadas de la reconquista fue tal el valor de los Patricios que el coronel Kingston, jefe de las tropas invasoras, antes de fallecer, pidió ser enterrado en el cuartel de estos valerosos Patricios.
En 1810, los Patricios tuvieron una intervención decisiva en la conformación de la primera Junta de gobierno. Al mando del General Manuel Belgrano, izaron por primera vez la bandera nacional. Fue a orillas del río Paraná, el 27 de febrero de 1812, para luego, con su Tambor, el joven Pedro Ríos (Tambor de Tacuarí) hacer la campaña del Paraguay. Bajo esa misma bandera, los Patricios combatieron durante la Guerra de la Independencia. En Suipacha, Huaqui, Campichuelo, San Pedro, Las Piedras, Montevideo, Tucumán, Salta, Vilcapugio, Ayohuma y Sipe Sipe, los Patricios fueron bravos en la victoria y abnegados en la derrota. Cumpliendo siempre con su juramento de defender a la patria. Durante la guerra contra el Imperio del Brasil, los porteños se destacaron en Ituzaingó y Bacacay. Un centenar de Patricios, al mando del Teniente Coronel Jerónimo Costa, defendieron la Isla Martín García durante el bloqueo francés al Río de la Plata. Año 1838.
El 20 de noviembre de 1845, los Patricios volvieron a enfrentarse a los británicos. Fue en el combate de Vuelta de Obligado. Tan grande fue su valor que en 1883, el anciano Almirante Sullivan, se acercó al consulado argentino en Londres y devolvió la bandera nacional tomada de la batería Manuelita. Junto a ella un documento escrito de puño y letra con su total admiración al coronel Rodríguez y los bravos Patricios.
Durante la Guerra de la Triple Alianza, nuevamente los Patricios se cubrieron de gloria enfrentando a las valientes tropas paraguayas. En las batallas de Yatay, Paso de la Patria, Estero Bellaco, Tuyuti, Humaita, Lomas Valentina y la tremenda Curupayti, donde falleció, junto a sus oficiales, el coronel Rosetti, jefe del Regimiento.
El 28 de junio de 1913 los Patricios estrenaron su actual casa de Palermo. La turbulenta historia del Siglo XX también tuvo al Regimiento de Patricios como protagonista. El 3 de diciembre de 1990, el Teniente Coronel Hernán Pita y el Mayor Federico Pedernera entregaron su vida en la recuperación del cuartel, ocupado por militares disidentes.
Esta breve reseña nos permite destacar y dar marco la historia de los Patricios en la gesta de Malvinas. El 5 de junio de 1963 nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, el único hijo del matrimonio entre Jorge Ismael Bastida (fallecido en 1979) y la española María Vidriales. Fue bautizado con el nombre de Claudio Alfredo Bastida. Cursó la educación primaria en la Escuela Parroquial de San Miguel de Caricoy y el secundario en un colegio industrial de Hurlingham.
Convocado el 11 de marzo de 1982 para el servicio militar, si bien le correspondía la excepción por ser hijo único de madre viuda, se ofreció voluntario. Incorporado al Regimiento de Patricios, sirvió en la Compañía A “Buenos Ayres”. El 2 de abril de 1982, el Jefe del Regimiento, Coronel Luis Horacio Lategana, ordenó la formación con la base de la Buenos Ayres de la Compañía Malvinas. La Malvinas llegó a las islas el 12 de abril de 1982 y quedó incorporada al sistema defensivo de Puerto Argentino junto al Regimiento de Infantería 25 Coronel Sarmiento. El Jefe de la Compañía fue el Capitán Humberto Hugo Pascualetti, quien utilizó todo el tiempo libre en la preparación de sus hombres para la lucha que se avecinaría.
Los Patricios demostaron un notable espíritu de cuerpo. Un ejemplo era que siempre marchaban entonando su canción, elevando la moral de todos aquellos que los observaban. Finalmente entraron en combate el 9 de junio de 1982. Dos grupos de tiradores, reforzados con ametralladoras MAG y un mortero de 81mm al mando del Cabo 1° Ramírez, marcharon hacia Monte Longdom. Allí, la MAG con el apuntador Patricio Daniel Orfanotti y el abastecedor Claudio Bastida se sumaron a la Compañía B del RI7 Coronel Conde, en el oeste del monte.
El 11 de junio, a las nueve de la noche, comenzó la batalla de Monte Longdom. El Regimiento 3 de paracaidistas británicos, junto a elementos de Comandos, iniciaron el ataque. Un verdadero infierno. Se combatió con ferocidad. Las balas trazadoras convirtieron de día la oscura noche malvinera. Un duelo de artillería ensordecedor. Los asaltos británicos fueron contenidos por una verdadera muralla de fuego, pero la superioridad británica se hizo sentir y las posiciones argentinas cayeron una por una, a pesar de dura resistencia. A las 3 de la madrugada del 12 de junio de 1982, la posición de Orfanotti y Bastida fue alcanzada por un misil Roland. El tirador cayó herido. Bastida murió en el acto.
El lunes 14 de junio de 1982 finalizó la resistencia argentina. Claudio Bastida fue sepultado sin identificar en el Cementerio de Darwin. Los Patricios arrancaron de sus uniformes el vistoso parche rojo del Regimiento para que no cayeran en manos británcios. Los Patricios fueron llevados al centro de detención por soldados británicos de origen portorriqueño. Para indignación de los rentados súbditos de la pérfida albión, marcharon cantando Uno Grande, sin importar las reprimendas.
El 12 de junio de 2009, 27 años después de su caída en combate, los Patricios inauguraron el monumento a Claudio Bastida. En el acto estuvo presente su compañero Orfanotti y la madre, Doña María, quién descubrió el busto de su hijo. María falleció en 2020, acompañada por los compañeros de su hijo. Los Patricios tiene una campana de entrada al Regimiento que es tocada dos veces. La primera, por los combatientes caídos. La segunda, porque en el cuartel hay un valiente.
Amigo lector: en Avenida Bullrich y Santa Fe está el monumento a Claudio Bastida. Buen momento para tomarse unos segundos para recordarlo y también a todos los Patricios que enfrentaron tres veces al invasor británico en servicio de la patria.
(*) Historiador / Desde el Barrio.














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