En Argentina pueblos originarios andinos y otras colectividades realizan cada 1 y 2 de noviembre rituales destinados a homenajear a los difuntos con ofrendas, oraciones, música y otras actividades. Por otra parte, el 31 de octubre se celebra la tradicional fiesta norteamericana de “Halloween” o “Noche de Brujas”. Rodrigo Ávila Huidobro, antropólogo y docente de la Universidad de Avellaneda, dialogó con Vivian Elem en Radio Gráfica sobre el tema y profundizó en los aspectos sociales y culturales de dichas fechas.
VE: Que particular esta fecha, por un lado, pasaron entre 45 y 50 mil personas por el Cementerio del Bajo Flores y, por otro, en el centro de la ciudad había festejos de la Noche de Brujas ¿Qué tienen en común estas dos fechas?
RA: Da mucho para pensar, para debatir, está muy buena la introducción y la construcción que vos recuperas. Primero, esa pregunta que vos haces, ¿dónde está puesto el foco? fenómenos masivos, populares, multitudinarios pasan desapercibos en la escena mediática y otros eventos o fenómenos que pueden ser, también masivos, multitudinarios y mediáticos que se ven en la calle, tienen una amplificación mucho mayor. Esta discusión de la penetración cultural y de cómo Halloween es parte de una cultura de masas, globalizada, que tiene epicentro sobre todo en Estados Unidos y en el mundo anglosajón, nos vienen machacando hace décadas con este tema. Por otro lado, yo soy de los que se enojan, pienso que Halloween y San Patricio no tienen nada que ver con nuestra historia. Obviamente, uno tiene esa primera reacción, pero después está bueno tratar de pensar, para no enojarse con la gente, porque uno ve a los niños contentos y disfrazados pidiendo dulces. También, pensar qué es lo que moviliza esa apropiación que uno lo puede leer en términos de imposición y colonización cultural. Pero ¿Qué pasa en esa apropiación? porque cuando vos ves un montón de chicos, jóvenes o familias que van a tocar timbres y están disfrazados, también, hay una apropiación. Y esa fiesta, también, la podríamos pensar como excusa de algo.
VE: Pensaba que las culturas están influenciadas por las migraciones, pero se adoptan desde los Estados Unidos, porque el origen de Halloween es celta.
RA: Exacto, algunos plantean que Halloween también era la noche previa al día de los difuntos.
Siempre es bueno pensar que somos contradictorios. Uno puede estar haciendo algo y tiene distintos sentidos a la vez. Yo creo que el sentido que vale la pena rescatar y preguntarse por ese vacío en las grandes ciudades, es el de cierta oportunidad de interactuar. Me contaba un amigo, ‘me toca el timbre un vecino y viene el chico a pedirme caramelos’, bueno, ahí hay cierta excusa para reconstruir un lazo de vecindad, cierto lazo comunitario que está muy dañado en nuestras ciudades y cierta excusa para la celebración, la fiesta y el disfraz, esto que es clásico del carnaval. La posibilidad de disfrazarse, de proyectarse hacia otro lugar con la fantasía, eso me parece que son elementos que explican que hay una apropiación activa. Porque no sólo es ver una película y aceptar como los yanquis ganaron Vietnam, sino que me disfrazo, salgo, hay una cuestión activa. Después, me imagino un elemento aspiracional de, “somos como Estados Unidos”, como aquella propaganda de los que vivimos en los 90′ del Alto Avellaneda Shopping Mall igual que Miami Shopping Mall y pueden convivir las dos cosas, el disfrute, la celebración, el encuentro y, también al mismo tiempo, una cuestión aspiracional, una moda.
VE: Podríamos decir que es una moda que poco tiene que ver con lo cultural
RA: Esto pasa igual si pensamos en la música. La cumbia uno lo siente como un patrimonio nacional con sus distintas expresiones y fue algo que viene dentro de Latinoamérica. Esto pasa como vos decías, toda la historia de la humanidad está atravesada de préstamos, de imposiciones, como la lengua y las tradiciones que se imponen por la fuerza con políticas de imperio. Eso no sería original en sí mismo, obviamente, con las herramientas de la globalización, con los medios y con la velocidad que puede haber en esta época, eso no sería lo específico de Halloween. Pero si me parece, en relación con lo que vos decías, lo de la banalidad, que sí hay una desvinculación de esta cuestión, de ligar lo sacro y lo profano. Esta celebración lo vería uno, como separada de esto que, si se mantiene en el Día de los Difuntos o los Muertos, que es la conexión con un antepasado, con los que ya no están. Ahí hay algo de otro orden que tiene que ver también con la crisis en algunos sectores de nuestra sociedad, de la relación con la muerte. ¿Dónde está la muerte? y me refiero a ciertos sectores de la sociedad que no van más a los cementerios, los velatorios duran una hora y luego se van a otra cosa. Esa crisis de, ¿Dónde está la muerte? en nuestra sociedad, en Halloween, uno ve una celebración que en algún momento estaba relacionada con ese lugar que cada sociedad les da a los muertos, porque esto es algo que, en todas las culturas de la humanidad, los muertos tienen un lugar, alguna ritualidad, se los piensa de alguna manera. Bueno, esa escisión, me parece que es propia de esa banalidad.
VE: Años anteriores seguramente existieron estos festejos, pero no se vieron tan reflejados como en este. ¿Puede ser que tenga que ver con la pandemia? Y las migraciones
RA: El peso de la cultura yanqui en Centroamérica, el Caribe y en México, es mucho más fuerte. Hace décadas que esa cultura anglosajona está mucho más fuerte entremezclada con la cultura popular porque es el área de influencia muy cercana a Estados Unidos.
VE: Recuerdo cuando era chica, el día de todos tus muertos era feriado nacional y se preparaban esos dos días con mucha antelación. Ningún difunto quedaba sin oración, sin flores y sin velas ese día.
RA: Bueno, pero que importante que la comunidad tenga un espacio de un tiempo para pensar una dimensión histórica. Incluso, se pensaba en los que no tienen familia, en los que no tuvieron una muerte cristiana. Ahí, hay un lugar donde la comunidad se está pensando, está pensando su devenir. Por eso, entendemos que la dictadura que produjo una lesión muy fuerte del tejido social, a distintos niveles, de la sociabilidad, de las relaciones de vecindad. Uno entiende lo abarcativo que era ese plan de reorganización nacional, en lo político, en lo cultural y en lo económico. Es decir, venía realmente a transformar un tipo de sociedad.
VE: Claro, era un feriado nacional en la que venerabas a tus muertos.
RA: De una festividad católica que, para un estado argentino, donde el catolicismo es su religión oficial. Yendo en contra de los mismos principios que ellos podrían entender como constitutivos del Estado Nación.
VE: Estos dos años que nos ha tocado enfrentar para nuestra cultura, la muerte no es nada fácil.
RA: Ahí está bueno siempre ver lo universal y lo particular. Por un lado, algunos plantean que la humanidad desde el momento en que empieza a ver entierros se empieza a constituir como cultura. ¿En qué momento aparece la cultura? Son discusiones, algunos plantean el tema de los entierros. ¿Por qué no dejamos tirado al que se murió y que se lo coman los buitres?, No. Le damos un entierro o una cremación o un ritual particular. Bueno, eso es algo muy constitutivo de la humanidad, como decir un universal, como en todas las culturas al muerto se lo trata de una manera. Las crónicas de (Felipe) Guamán Poma de Ayala, son unas crónicas hermosas, que trata de un cronista indígena que escribe un libro al rey de entonces contándoles cómo eran las crónicas de las Indias del Perú, es muy lindo porque tiene texto e imágenes. Y en un momento, hace el calendario de cómo vivían los incas, en noviembre se sacaban a las momias y se veneraban a los muertos. Entonces, ahí, sería interesante pensar por qué esta fecha, qué pasa en noviembre, que celtas, católicos y andinos coinciden en un momento. Después, está las estrategias, en la Iglesia era muy común que cuando veían una fiesta trataran de aprovechar ese flujo de festividad, de religiosidad. Qué pasará en noviembre que hay algo que convoca.
VE: ¿Por qué noviembre? ¿Hay alguna explicación?
RA: Recuperando el hilo anterior, en Latinoamérica sin duda está muy fuerte, jugando con esto de que tan diferentes o parecidos somos, que es algo muy humano. Lo que pasa es que cierto tipo de sociedad deshumanizada, que cosifica, como diría el Papa, la sociedad del descarte, va a una cultura donde la muerte no está presente desde este lugar. Pero creo que es algo propiamente del ser humano, de todas las culturas del mundo, de cierta veneración o respeto por los antepasados, que, de alguna manera, también, simbolizan nuestra tradición. Cuando vos quitas ese lugar de acordarte de los que ya no están, de los que estuvieron antes, de una manera, hay una fuerte cultura que niega su propia tradición.
- Redacción por Lucía Izaguirre
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