Por Erika Eliana Cabezas *
Dos/Un elogio escénico para el amor de y con Diego Starosta es un proyecto que se enmarca dentro de la producción de Compañía El Muererío Teatro, que está cumpliendo 25 años de actividad teatral. La obra forma parte de la trilogía Condiciones de Verdad, que comenzó con El immitador de Demmóstenes en 2017 y que aborda la filosofía de Alain Badiou.
“Lo que interesa mucho de las palabras de Badiou es la filosofía como poesía. Como cualquier autor filológico, lo que encontramos antes de un gran sentido es una bella poesía”, contó el actor en Radio Gráfica.
El unipersonal contiene dos payasos en escena, que se encargan de exponer los postulados desarrollados en el libro Elogio del Amor. “Creo que hay algo muy interesante, que también es una verdad orgánica y humana pero que Badiou la pone en términos argumentativos interesantes como otros filósofos, que es la idea que si hay una riqueza en la existencia. En este caso en relación al amor, tiene que ver con la posibilidad de la incertidumbre, de no dominar de antemano un hecho”, manifestó el autor.
“Al amor no se le puede exigir la seguridad. Esto lo dice Badiou, pero me parece que está ligado un poco al sentido común y a la experiencia amorosa de todos los seres humanos. Badiou pone como ejemplo, y todos nosotros podemos ver un poco la vivencia de la contemporaneidad, la búsqueda del amor seguro. El concepto que a veces existe de ‘encontré esta persona’, ‘nos va bárbaro’, ‘esto dura para toda la vida’. Esa idea de certeza. La verdad es que hay algo que es inherente al amor, que no se pelea con la idea de la duración, que es la incertidumbre”, remarcó.
Además, Diego Starosta expresó que con la obra no intenta dar clases de filosofía. “Justamente tiene que ver con darle a la palabra escénica el valor de poesía. Considero que la palabra en escena no es el elemento más importante que debe ser representado sino un elemento sumamente importante, pero que tiene el mismo nivel de jerarquía que los otros. Para mi lo que hay que hacer es poner a dialogar esos planos. La literatura, la luz, las acciones físicas, el espacio. Si para reflexionar sobre el amor en escena, lo que pongo es una historia de amor de dos personas, me parece que estoy haciendo una redundancia de plano”, explicó.
“Me parece que lo rico en la escena es la posibilidad de crear tensiones”, opinó.
(*) Periodista de cultura de Radio Gráfica.
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