Nos quedamos en casa. Tal como lo anunció Alberto Fernández, muchos países en el mundo, como China e Italia, propusieron la cuarentena obligatoria producto del avance del coronavirus. Sin embargo, no todos los pronósticos han sido negativos. Los efectos sobre el medio ambiente, producto del cese de la actividad industrial y la caída drástica del transporte, han sido más que positivos en términos de sustentabilidad y cambio climático.
Por Juan Patricio Méndez*
El coronavirus, luego de ser llamado pandemia por la Organización Mundial de la Salud, registró al día de la fecha más de 160.000 casos en más de 140 países. Al mismo tiempo, el conteo de fallecidos asciende a más de 7.000 personas. Por el contrario, la reducción de la actividad industrial y el transporte con vehículos de combustión asociada a la crisis del Covid-19, también está dejando efectos secundarios relativamente positivos para el medio ambiente y la salud de las personas.
Algunas agencias internacionales, como la Agencia Espacial Europea, la Organización Mundial de la Salud, el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) y la Agencia Internacional de Energía, relevaron datos e informes acerca del estado actual del mundo, atravesado por la ya conocida pandemia. En resumen, los datos son alentadores: caída del 25% de las emisiones de dióxido de carbono en China, y disminución de la concentración de contaminantes como el dióxido de nitrógeno en Italia.
El caso italiano
Por supuesto, como primer consecuencia tenemos la suba significativa de la calidad del aire. Con una reducción de los compuestos señalados anteriormente, el nivel de polución flotante cayó. La Agencia Espacial Europea mostró, a través de un informe, que la contaminación en el país europeo disminuyó por el descenso de la concentración de dióxido de nitrógeno entre enero y marzo.
El video “timelapse” de la Agencia Espacial Europea, obtenido por el instrumento Tropomi, a bordo del satélite Copernicus Sentinel-5P, muestra las emisiones de dióxido de nitrógeno desde el 1 de enero de 2020 y hasta el 11 de marzo de 2020. Con ello, se ha rastreado que la contaminación causada por emisiones que provienen de tubos de escape y la generación de electricidad, particularmente las centrales eléctricas de carbón, disminuyó debido a las restricciones en desplazamientos y a la merma del uso energético de muchas empresas o fábricas.
El gerente de la misión Copernicus Sentinel-5p de la Agencia Espacial Europea, Claus Zehner, declaró que “aunque podría haber ligeras variaciones en los datos debido a la presencia de nubes y al cambio climático, estamos seguros de que la reducción de emisiones coincide con el hecho de que, en Italia, hay menos tráfico y menos actividad industrial”.
Por otro lado, las redes sociales como Twitter mostraron cambios significativos en el color del agua de los canales de Venecia, por ejemplo. Si bien lo único que manifiesta es el cese de circulación de botes en la zona, también muestra un espacio donde los sedimentos bajaron, y el agua se hace más clara. No quiere decir ello que la contaminación del lugar haya desaparecido, pero manifiesta que el ecosistema, frente al cese de la circulación humana, se acomoda y busca nuevas salidas.
Para el 2019, el Banco de Datos Internacional publicó el ranking de países por emisiones de dióxido de carbono. China se ubica cómodamente en el primer lugar, mientras que Italia se encuentra en el puesto 18, produciendo un total de 371.970 kilotoneladas. La drástica baja en las emisiones de gas de efecto invernadero en esta zona geográfica, por lo tanto, es un dato no menor de cara al cambio climático.
El caso chino
Como citamos recientemente, China se ubica en el primer lugar de emisión de dióxido de carbono, siendo productora del 30% de las emisiones totales a nivel mundial. Un estudio realizado por un grupo de expertos del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) aseguró que, durante las semanas de confinamiento hasta el 1 de marzo, las emisiones de dióxido de carbono cayeron un 25%, representando aproximadamente 200 millones de toneladas.
La producción total de kilotoneladas del gigante asiático es de 11 millones de kilotoneladas, siendo que en el mundo la emisión oscila entre los 36 y 38 millones de kilotoneladas. A comparación del periodo de enero a marzo del 2019, las emisiones en este país disminuyeron un 25%. “La reducción del consumo de carbón y petróleo muestra una reducción de, al menos, un 25% de las emisiones con respecto al período comparable el año pasado, equivalente a una reducción del 6% de las emisiones mundiales durante el período”, señala el estudio.
Si bien China no es el país con más toneladas métricas per cápita produce de dióxido de carbono (7.5 toneladas métricas), por su cantidad de habitantes es el país que más emite. La abrupta caída en términos reales de las emisiones de gases implica un gran respiro para la corteza atmosférica, y representa un alivio en términos de cambio climático. En 2019 se registró, según un estudio difundido por la Cumbre del Clima (COP25) y realizado por Global Carbon Proyect, una suba del 0,6% respecto del 2018, de las emisiones de gases. Entre otras conclusiones, determinaron que “los gases de efecto invernadero que desprende la actividad humana, y sobre todo el dióxido de carbono, son los principales responsables del cambio climático que azota al planeta”.
Por otro lado, según señaló un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud sobre el Estado del Clima Mundial, determinó que el cambio climático tuvo consecuencias sobre la salud, la comida y el hogar de las personas en el mundo, al mismo tiempo que puso en situación de riesgo la vida marina y los ecosistemas alrededor de la Tierra. El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, declaró que “existe una preocupación mundial por el coronavirus, pero no deben reducirse los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.
¿Y en Argentina?
Argentina es, según indican los informes publicados del Banco Mundial, productor de 4,75 toneladas métricas per cápita de dióxido de carbono. En términos globales, ocupa el puesto número 29 en emisiones de este gas (Banco Mundial de Datos: 2019). Sin embargo, la baja de la actividad industrial, así como la disminución de la utilización de transporte, sumado a la baja utilización de energía producto de lo mencionado, modificará este esquema en los estudios que se realicen.
En este orden de cosas, si bien no hay datos aún sobre la emisión de gases de efecto invernadero en este periodo y su comparativa con años anteriores; la baja actividad productiva, acompañada del aligeramiento transitivo de seres humanos, llevará a una caída de la producción de dióxido de carbono.
El coronavirus ha traído preocupación a nivel global, pero también le ha dado, producto de las medidas adoptadas por las naciones, un respiro necesario al planeta.
(*) Columnista de “Medio Ambiente” en Abramos La Boca
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