Por Nehuén Gusmerotti *
Si bien Johnny Cash es uno de los músicos de country más reconocidos del mundo, hubo una de sus piezas que definió varias de las características por las que hoy lo recordamos. Se trata de “Folsom Prison Blues”, sencillo editado en 1955 por Sun Records y que se ubicó entre las más famosas de su repertorio. Este tema sería una pieza clave para la recuperación del artista una década más tarde, además de que lo pondría en un lugar inesperado como defensor de los derechos de los reclusos en las prisiones de Estados Unidos. Nacida en Alemania unos años antes, parte inicial de uno de los discos emblemáticos de Cash, “At Folsom Prison” (1968) y exitosa pese a la escasa promoción del sello. Esto generó hace medio siglo que Johnny Cash pase a ser “El Hombre de Negro”, lo popularizó entre los presos gringos, reposicionó su carrera y lo llevó incluso a reunirse con el presidente Nixon.
“Folsom Prison Blues” nace en 1951 en Landsberg, Baviera, en Alemania. En esa época Cash servía en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y quedó impactado por la película “Dentro de los muros de la prisión de Folsom”. Tomó como punto de partida la idea de pensar cuál sería la peor razón por la que alguien pudiera ir a prisión por matar a otra persona y redactó “Pero le disparé a un hombre en Reno, solo para verlo morir”. La semilla estaba plantada.

Hay que decir que gran parte de la melodía del futuro éxito de Cash viene de “Crescent City Blues” de Gordon Jenkins, de 1953. Jenkins no apareció en los créditos pero 15 años más tarde fue compensado con 75.000 dólares luego de demandar al músico country. Cash entró a grabar “Folsom Prison Blues” el 30 de julio de 1955 en Sun Studio de Memphis, Tennessee y contó con Luther Perkins en guitarra y Marshall Grant en bajo. El tema saldría en un sencillo junto a “So Doggone Lonesome” como lado B. El sencillo tuvo gran éxito, con ambas canciones alcanzando el puesto número 4 de la lista Billboard. Además, la canción generó cierta repercusión en el público carcelario, lo que llevó a Cash a dar algunos conciertos en prisiones como la de Huntsville.
Para mediados de los sesenta, la carrera del “Hombre de Negro” había sufrido una fuerte caída debido a los problemas de Cash con las pastillas y el alcohol. Para 1967 el músico decidió limpiarse, pedir ayuda y relanzar su imagen. Esto coincidió con que Columbia Records había echado a Frank Jones y Don Law, vinculados a la carrera de Johnny, y contratado a Bob Johnston, un tipo con fama de hacer la suya. Cash decidió convencerlo de su idea de grabar un disco en vivo en una cárcel, Johnston picó y se puso en campaña. Las opciones barajadas fueron San Quentin y Folsom, el destino quería ser coherente con la canción, Folsom respondió primero y el proyecto avanzó.
El show ocurrió el 13 de enero de 1968. Para Cash no era un show más. No solo quería relanzar su carrera, sino que también había desarrollado un vínculo con los presos con los que se carteaba debido a su popularidad en las mismas. La banda elegida tenía a la formación original que había grabado el sencillo en 1955, sumando a WS Holland en batería. Para la pre producción del show, Cash contó con la colaboración de los Tennesse Three, el propio Carl Perkins, los Statler Brothers y el reverendo Floyd Gressett. Un arsenal para un concierto histórico.

Cash decidió hacer dos presentaciones, una por la mañana y otra al mediodía, así tener dos opciones de grabación. En ambos casos abrió con “Folsom Prison Blues”, y una curiosidad fue que cerró ambos shows con una canción compuesta por uno de los presos, “Greystone Chapel”, de Glen Shirley, que el reverendo le había pasado la noche anterior. La recepción fue fenomenal, aunque los presos estuvieron eufóricos, los vítores en la frase “Pero le disparé a un hombre en Reno / solo para verlo morir” fueron agregados en la post producción, ya que los presos evitaron hacerlo por temor a ser agredidos por los guardias.
At Folsom Prison fue publicado el 6 de mayo de 1968 y logró el impacto deseado, y más. La carrera de Cash tuvo un nuevo golpe de energía, volviendo al músico aún más popular entre en público carcelario. De hecho, grabó tres álbumes en vivo más en cárceles: At San Quentin en 1969, Pa Osteraker de Suiza en 1973 y A Concert Behind Prison Walls en 1976. El disco tuvo escasa promoción de Columbia, que apostaba al pop en aquellos años. Esto no impidió que sea un éxito absoluto dentro del público country, devolviendo a Cash a la cima de los rankings tras varios años. Todo esto, incluso pese a que el sello obligó a remezclar y editar el sencillo luego del asesinato de Robert F. Kennedy en junio de ese año, borrando el verso del disparo.
Si bien el fin inicial del disco fue logrado, esta participación y su cercanía con los presos impactó fuertemente en el propio Johnny. Adoptó el negro en solidaridad con los reclusos golpeados y abusados en las cárceles y se volvió un defensor de los derechos de las personas en prisión. Esto lo llevó incluso a reunirse con Nixon en 1972 para discutir la reforma penitenciaria. Cash llegó a hablar en una audiencia del Senado de los Estados Unidos, denunciando los abusos que sufren los presos del país del norte. Incluso tuvo varias propuestas para mejorar las condiciones carcelarias entre las que planteaba separar a los primerizos de los reincidentes, mantener a los menores fuera de prisión y ofrecer asesoramiento y acompañamiento psicológico a aquellos que estaban próximos a ser liberados.
La química entre aquellos privados de su libertad y Cash luego de “Folsom Prison Blues” y sus shows en cárceles tuvo un enorme impacto en el cantante. Más allá del enorme éxito comercial y de popularidad que significó el resurgir, uno de los tantos, de Johnny Cash, el “Hombre de Negro” se hizo eco de lo que denunciaban sus canciones y su público, llevando su militancia por los derechos de los presos incluso a su propia imagen.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)








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