Por Leonardo Martín
Un hospital emblema de la Argentina y de referencia para Latinoamérica en la atención pediátrica. Con 600 mil consultas y 20.000 internaciones al año, a donde acuden los niños y niñas con enfermedades complejas y poco frecuentes. Desde su fundación en 1987, miles de familias han pasado por el Garrahan, con un prestigio ganado a lo largo de las décadas y un reconocimiento por la excelencia y calidad humana. Ahora, con un presente en donde la motosierra del Gobierno nacional pone en jaque el funcionamiento del hospital.
El conflicto que llevan adelante los médicos y médicas residentes visibilizó el recorte presupuestario y un Estado nacional en retirada de muchas de las funciones que debe llevar adelante, entre ellas lo que corresponde al presupuesto nacional en salud. Este año han sido noticia los recortes en los hospitales Posadas, Laura Bonaparte y el Sommer, ubicado en General Rodríguez, con centenares de despidos. Vale que desde la década del noventa los recursos de salud salen de los presupuestos provinciales, pero se mantuvieron las excepciones mencionadas.
El Garrahan tiene un presupuesto en donde el Estado nacional aporta un 80% del mismo y la Ciudad de Buenos Aires el 20% restante. En el caso de los residentes, que son aquellos egresados de medicina que van a hacer la especialidad en pediatría, sus salarios dependen directamente del Ministerio de Salud. El resto de los médicos y personal del hospital percibe sus salarios del presupuesto asignado.
Los 300 residentes que son parte del hospital tienen extensa carga horaria y un salario que hoy está por debajo de la línea de pobreza. Trabajan de lunes a viernes de 8 a 16 hs. y tienen que realizar seis guardias de 24 horas al mes, cuatro de ellas en la semana y y dos en fines de semana. El salario para aquellos que atraviesan el primer año de la residencia araña los 800 mil pesos, llegando a poco más de 900 mil pesos en aquellos que cursan el cuarto año de la residencia para obtener el título de pediatras.
Esta situación los llevó a realizar medidas de fuerza a lo largo de la semana pasada y comienzos de esta, forzando una negociación que el gobierno buscó condicionar dictando la Conciliación Obligatoria y amenazando con descuentos y despidos.
Los residentes, sin representación sindical, se organizaron y comenzaron una serie de protestas. La respuesta del Gobierno fue insuficiente y provocadora diciendo que iba a descontar los días, que iban a ser despedidos y apuntando al hospital por la presencia supuestos ñoquis y puestos ocupados por militantes. Ante la escalada del conflicto, terminó haciendo una propuesta del pago de un bono de 300 mil pesos de carácter no remunerativo a partir del 1° de julio proveniente del presupuesto hospitalario y no del propio Ministerio de Salud. La oferta fue rechazada por los residentes tras ser evaluada en una asamblea que se realizó este martes 3 de junio.
“Nuestro sueldo sigue siendo el mismo”, expresaron y a lo cual agregaron que decidieron “continuar con las medidas instauradas”.
“Repetimos nuestro salario depende exclusivamente del Ministerio de Salud de la Nación. Reiteramos nuestra voluntad de mantener abierta la instancia de diálogo con el mismo”, agregaron en un comunicado.
En una cobertura de Radio Gráfica realizada en la denominada Noche de las Velas, una protesta que los residentes realizaron este lunes frente al Obelisco, Joaquín Recagno, residente de segundo año en el Garrahan detalló: “Estamos llevando adelante la protesta por los sueldos de los residentes y de todo el personal médico del hospital. En nuestro caso tenemos una jornada laboral de 70 horas semanales, 280 horas mensuales. Cobramos entre 2800 y 3000 pesos la hora trabajada. Llevamos el reclamo a la sociedad porque el hospital está en peligro“.
Azul Santana, también residente agregó: “el Garrahan es una fábrica de pediatras, algunos quedan en el propio hospital y el resto se distribuye por el resto del país. Hoy tenemos compañeros que están renunciando porque no pueden sostener la vida diaria. Hay un deterioro también en la elección del Garrahan como lugar de elección para hacer la residencia acá por el salario que se paga”.
Sobre las provocaciones del gobierno sobre el hospital expresó: “me genera bronca porque vienen de personas que no conocen el hospital, el que está adentro no tiene más que palabras de agradecimiento. Sentimos el apoyo social, nos mandan testimonios y tenemos el apoyo de las familias de los chicos que se atienden en el hospital”.
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En una entrevista realizada en Radio Gráfica, Cristina Alonso, doctora en bioquímica, jefa del Área de Laboratorios Especializados del Garrahan, expresó la situación que atraviesan el resto de los médicos y profesionales: “El hospital está siendo víctima de un retraso salarial furioso desde que asumió este gobierno. No es que veníamos en un lecho de rosas, desde un reclamo pero había una solución ante los reclamos. Nos damos más, el grado de resquebrajamiento del hospital es muy grave“.
Ante esta situación salarial está ocurriendo que muchos de los médicos piden licencias o una reducción horario: “Tenemos un régimen de 42 horas semanales. Ya tenemos casi 40 compañeros que pidieron una reducción horaria para hacer consultorio privado o ir a una prepaga. Hay otros que piden licencia sin goce de sueldo para ir a probar suerte en otro lugar o directamente renunciar. Esto genera que el trabajo se vaya comprimiendo”.
Uno de los argumentos que utilizó el Gobierno nacional desde la retórica de los propios funcionarios como de las cuentas de redes sociales “libertarias” fue denunciar la supuesta presencia de ñoquis y de mayor personal administrativo que propiamente médico.
Alonso respondió, “además del personal médico hay enfermeros, bioquímicos, psicólogos, kinesiólogos, farmaceúticos, camilleros y demás profesiones de salud. A eso hay que agregar todo lo relacionado con la logística compras, mantenimiento en un hospital que ocupa ocho manzanas”.
“El administrativo trata con el paciente en mostradores, hace la compra de los insumos, está el personal contable, abogados y todo lo relacionado con sistemas”, agregó.
Una tema importante presente en el Garrahan y que se repite en muchas áreas del Estado que requieren una alta especialización comienza a ser un problema serio no solo en el presente, sino de cara a futuro, la formación de profesionales y de equipos que hoy están siendo desmantelados.
CONGRESO DE LA NACIÓN: DICTAMEN PARA LA EMERGENCIA EN SALUD PEDIÁTRICA
A partir del impulso de los diputados de la oposición al oficialismo y en el marco del conflicto del Garrahan, se logó dictaminar en la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados un proyecto de ley que declara la emergencia sanitaria de salud pediátrica y de las residencias nacionales por el término de dos años.
El proyecto plantea “la asignación prioritaria e inmediata de recursos presupuestarios para bienes de uso y consumo, insumos críticos, mantenimiento de infraestructura, medicamentos, vacunas, tecnologías médicas y personal esencial destinados al cuidado y atención pediátrica en el país”.
También, la recomposición inmediata de los salarios del personal; la exención a todo el personal de salud que se desempeña en efectores públicos y privados del pago de Ganancias cuando desempeñan actividades críticas, horas extras y/o guardias; y la adquisición directa de insumos y medicamentos críticos para hospitales pediátricos.
“Mientras dure la emergencia, los programas y acciones de salud infantil y adolescente tendrán prioridad en la asignación y ejecución presupuestaria, en particular en relación con hospitales públicos de referencia, servicios de urgencia, internación, neonatología, trasplantes, cirugías cardiacas, oncología pediátrica”, agrega el articulado.
A ellos se sumaron proyecto de ley que apuntaban propiamente a la situación del Garrahan.
Un conflicto que aún promete capítulos, con una decisión de continuar con el ajuste sin importar afectar a un área supersensible como es la salud de niños y niñas.
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