Por Lucas Molinari
Marzo viene violento. Una brutal represión en el Congreso que dejó decenas de heridos y al compañero Pablo Grillo luchando por su vida, fue la alerta que sacó a la dirigencia de su letargo.
Sobran razones para confrontar con este gobierno y su plan económico. La CGT finalmente reactivó, luego de un paréntesis dialoguista, el plan de lucha.
Se viene el Plenario de Regionales el 27 de marzo, la movilización del 9 de abril y el paro de 24 horas del 10 de abril. Luego, para el 1 de mayo se preparará una marcha (en principio por Avenida Independencia hacia el Monumento al Trabajo).
Mañana 24 de marzo se verán las calles colmadas mostrando nuevamente una expresión de Memoria que vive en nuestro pueblo, exigiendo Verdad y Justicia. Habrá un acto unificado después de muchos años. Un hecho saludable ante tanta fragmentación del Campo Popular.
El gobierno de Milei está débil. Desde la CriptoEstafa, con una crisis social en ascenso y una brutal pérdida de poder adquisitivo, la administración económica al mando de Luis Caputo inyecta dólares para mantener el “ancla cambiaria”.
Pero, todos esperan una devaluación.
Caputo dejó de mentir con eso de parecernos a Irlanda. Ahora sincera el modelo en marcha: Vamos camino a ser Perú.
“Ahora Argentina se parece más a un país normal, por ejemplo Perú. En Perú cambian de presidente, no te digo cada cinco minutos, pero no afecta a la macro. Es decir, hay ruidos políticos. Nosotros empezamos a parecernos a eso. Hacen intentos, intentos, intentos de desestabilización y vos fíjate que no tienen un correlato ahora como sí tenía en el pasado”, dijo en una entrevista.
La comparación que hace es con diciembre de 2017, cuando nuestro pueblo se expresó en contra de la Reforma Previsional. Luego de esas “14 toneladas de piedras”, como el macrismo supo caracterizar, empezó a darse la resolución política de la unidad del peronismo. En las cúpulas se empezó a tejer entre fotos y cafecitos lo que luego sería el Frente de Todos.
El modelo peruano es extractivista: En 2022 el 45% de sus exportaciones fueron de cobre y oro. Argentina aún mantiene un entramado industrial que está siendo gravemente atacado.
El gobierno está envalentonado. En este reseteo que lleva adelante, como en aquella dictadura de 1976, quiere imponer el miedo. La destrucción de las redes de solidaridad, la criminalización de la militancia, la persecución de toda resistencia.
Pero hay voluntad de lucha, que deberá organizarse para pensar la construcción del futuro.
El miércoles 12 de marzo fue la feroz represión. La imagen del ataque a Pablo Grillo y el palazo a Beatriz Blanco, jubilada de cayó de espaldas y muchos pensaron que había fallecido, generó indignación. El jueves 13, el Congreso de UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) se realizó en el Salón Felipe Vallese de la CGT. Estaba agendado, pero por lo ocurrido se esperaba que la Comisión Directiva de la central obrera anuncie algo. Más temprano las CTA, en vías de unidad, dijeron que el otro miércoles 19 de marzo, iban a acompañar a los jubilados. Finalmente, Héctor Daer expresó que se venía un paro.
La defensa de los derechos de los jubilados nuevamente aparece como un punto de articulación defensivo.
Quienes van a marchar cada miércoles son los que empezaban a trabajar en los ´70. Setentistas que conocieron una Argentina integrada, que luego del Plan Martínez de Hoz sólo conocería la destrucción.
El ciclo kirchnerista, como lo graficó el profesor de Historia David Acuña en Gráfica, tensionó al máximo las posibilidades del sistema implantado en la dictadura. No logró sustituirlo. De allí que las conquistas de la “década ganada” hayan sido tumbadas por el macrismo en poco tiempo.
Sobre todo haber reducido la deuda externa.
El endeudamiento con el extranjero ha condicionado a nuestra “democracia de la derrota”. Siempre que podemos reponemos el dato histórico que no debe ser olvidado: Argentina le siguió pagando a Inglaterra la deuda externa durante la guerra de Malvinas.
En la próxima edición daremos algunos detalles del accionar del periodista y militante peronista Enrique Oliva, que cuenta detalles sobre la crisis de la dictadura durante el conflicto del Atlántico Sur.
Pero, volvamos al hilo de lo que viene ocurriendo: Si el gobierno está débil, ¿será la ausencia de una oposición lo que lo muestra fuerte?
Cristina Fernández habló públicamente ayer sábado. Una de las cosas que dijo fue achacarle a los “peronistas” que votaron a favor del decreto que habilita un nuevo endeudamiento con el FMI. Señaló a los gobernadores de Salta, Catamarca, Tucumán, Córdoba y Misiones, cuyos diputados levantaron la mano junto al oficialismo.
Sobre los misioneros, CFK recordó que están vinculados a Sergio Massa.
Massa, una semana atrás reapareció luego de mucho silencio. Quizá para mostarse como parte del futuro. Dejó un mensaje de unidad y de dejar atrás el derrotismo.
Son movimiento del Palacio. Hay quienes especulan con una renuncia anticipada de Milei cuando la crisis económica se dispare. ¿Si vienen los dólares del FMI, cuánto más puede durar esta dinámica de “ancla cambiaria”?
Por abajo, el dolor social crece y en las marchas se escucha cada vez más el “que se vayan todos”.
Veremos cómo continúa la dinámica callejera donde se manifiesta la voluntad democrática de nuestro pueblo y un punto de resistencia al modelo de saqueo en marcha.

AQUEL 1975
“Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, que brujo hijo de puta se tiene que morir” es uno de los cantitos que retumban en la Plaza de Mayo del 27 de junio de 1975. Un día antes la CGT realiza un paro y la movilización es en apoyo a la presidenta María Estela Martínez de Perón pero contra la política económica.
Un poco de contexto de la situación económica de ese año previo al Golpe. Cuenta el historiador Norberto Galasso: “Por un lado, se produce un fuerte deterioro de los términos de intercambio, a consecuencia del encarecimiento de las importaciones, influidas por la crisis del petróleo. Por otra parte, disminuye la demanda de nuestros productos en el mercado mundial y en algunos se reduce a cero, como en el caso de la carne, como consecuencia de la prohibición de compra adoptada por el Mercado Común Europeo. La elevación de los precios internos agudiza la puja por el ingreso, acrecentando los reclamos obreros”.
El 2 de junio de 1975 asume Celestino Rodrigo que devalúa la moneda un 160%. Con ese hecho “se rompe la alianza entre “el Brujo” (José López Rega) y la burocracia sindical”, explica Galasso.
Así se llega a aquella movilización del 27 de junio. En Casa Rosada no atiende nadie, pero “el Brujo” declara ante la prensa que usaría “un palo de quebracho muy duro para poner orden”. La respuesta se escucha en otro de los cantitos de la Plaza: “Duro, duro, duro, el palo de quebracho, se lo meten en el culo”.
Tras aquella marcha el gobierno de Isabel saca por decreto un techo a las paritarias del 50%.
La CGT redobla la apuesta y convoca a un paro de 48 horas, 7 y 8 de julio.
El mismo 8 de julio, el gobierno retrocede y “accede a homologar los aumentos acordados hasta el 150%”. El 11 de julio renuncia López Rega y el 19 se va del país. El 18 deja su cargo Celestino Rodrigo.
“La victoria de los trabajadores resulta indiscutible, pero también es evidente su límite: el techo de su reclamación es puramente gremial, reivindicativo, economicista. Ahí reside la debilitad del planteo, pues si bien consigue rechazar la política proimperialista y antipopular del “Brujo” y Rodrigo, no ofrece en su reemplazo un proyecto alternativo”, reflexiona Galasso.
Antonio Cafiero asume frente al ministerio de Economía con el apoyo de la Unión Obrera Metalúrgica y la Iglesia Católica.
La crisis se agudiza. En la prensa empiezan a hablar que “se viene el golpe de Estado”. El 17 de noviembre el gobierno anuncia un adelantamiento de las elecciones presidenciales para fines de 1976.
“En el ámbito sindical existe un fuerte enfrentamiento entre Lorenzo Miguel (partidario de apoyar a Isabel) y Victorio Calabró, en tratativas con los militares para el golpe…” continúa Galasso.
Para el 16 de febrero de 1976 la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (conformada por la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas, Cámara Argentina de Comercio, Cámara Argentina de la Construcción, Unión Comercial Argentina y Federación Económica Bonaerense) convoca a un paro patronal, dejando de pagar impuestos, retención de cargas fiscales, aportes sindicales, entre otros gravámenes.
“El destino de la presidencia de Isabel ya está sellado. El frente nacional en disgregación ofrece la gran posibilidad a la oligarquía y el imperialismo norteamericano”, plantea Galasso, que finalmente hace una comparación: “En el 55, los obreros habían ido con palos a las puertas de los cuarteles a reclamar armas para jugarse la vida. Ahora, ya no. Continúan siendo peronistas, pero muerden en silencio la derrota. Demasiadas cosas han ocurrido en esos años. Además, han comenzado a experimentar algo impensado durante mucho tiempo: el gobierno elegido por ellos intentaba hacer política contra ellos, en favor de los sectores económicamente poderosos”.
PULVERIZAR LA MARINA MERCANTE
La Federación Sindical Martítima y Fluvial (FE.SI.MA.F) alertó en un comunicado sobre la inminencia de un decreto para desregular la Marina Mercante Nacional.
“Si se llevara a cabo esta “desregulación”, los buques argentinos tripulados con trabajadores argentinos que actualmente se encuentras destinados a la provisión de combustibles para el consumo de nuestros hogares, hospitales, industrias y medios de transporte, entre otras cosas, como así también la provisión de insumos de salud y alimentación destinados a nuestra población, quedarían EXCLUSIVAMENTE EN MANOS EXTRANJERAS”, denuncian los gremios marítimos, que explican las consecuencias de esa política: “pérdida de soberanía nacional, económica, comercial, desocupación laboral, fuga de divisas en dólares al extranjero, producto del pago de los fletes al exterior y pérdida de la capacidad de abastecernos de nuestros insumos diarios”.
Alejandro Vargas, secretario de Relaciones Laborales del SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos), explicó en Gráfica: “Buscan precarizar y eliminar nuestros convenios colectivos de trabajo, que los reclamos legales sean de la bandera de conveniencia. Esto ya pasó en los 90, yo no viví esa época, pero soy hijo de marítimos. Los compañeros fueron esclavos en nuestra propia tierra. Porque segían navegando en Argentina pero con las relaciones laborales de la bandera del buque”.
Antes del desguace del menemismo, Argentina tenía “170 buques que hacían ultramar y hoy tenemos cero buques que hagan exportación de granos o de lo que sea. No tenemos un buque que salga de la Argentina a llevar los productos que estamos exportando”, describió el dirigente, que continuó: “Cuando vino Néstor Kirchner se reguló el cabotaje nacional que hasta el día de hoy es lo que viene sosteniendo la actividad”.
La comparación que hizo Vargas es con Estados Unidos donde no sólo tienen que ser trabajadores yanquis los que estén en los barcos de cabotaje sino que tienen que ser embarcaciones fabricadas en ese país: “Nosotros estamos rifando lo poco que nos queda”.
Vale remarcar que se considera cabotaje cuando un barco toca dos o más puertos argentinos.
“Con la desregulación se busca que puedan venir empresas extranjeras e incluso poner extranjeros a hacer esas tareas. Y aunque fuera argentino el que trabaje lo que prevé el decreto es que no esté bajo legislación argentina”, explicó Vargas, que detalló: “La única actividad que estaría exceptuada en el decreto sería la pesca y lo que si quedaría incluido es el transporte de cargas líquidas y secas. Puede ser desde un buque petrolero o las cargas secas que circulan por el Rio Paraná”.
Consultado por la cantidad de afiliados que tenía el SOMU en los `80 contó que eran 50 mil y actualmente son menos de 10 mil.
Es conocido el saqueo de los recursos pesqueros del Mar Argentino. Por eso, el dirigente afirmó que son los trabajadores el último testigo de la soberanía nacional que siguen denunciando a los buques extranjeros que incumplen la legislación nacional, ante la ausencia de una política de Defensa.
Manuel Belgrano dejó una frase que sigue resonando como obligación para luchar contra el colonialismo de estos días: “Una nación que deja hacer por otra una navegación que puede realizar por si misma, compromete su futuro y el bienestar de su pueblo”.

YAPA, “LOS PUEBLOS Y LA TÁCTICA DEL AGUA”
Los análisis sobre la presente etapa están atravesados por cierto derrotismo. En la militancia de base vemos que sigue habiendo empuje y discusión. Los profesionales aceleran su ritmo de trabajo por estos meses de cara al cierre del listas. El gremialismo anda atrapado en una coyuntura caótica, ni que hablar de los dirigentes sociales que conviven con barrios asediados por el narcotráfico. En ese contexto: la Plaza, la represión y la Resistencia.
Luego, una segunda convocatoria que se realizó el pasado miércoles con columnas sindicales y de organizaciones políticas. Ya no es sólo la movida de los hinchas de los clubes que lograron agitar el avispero.
Cada miércoles habrá que ver cómo se da ese abrazo que esperan los jubilados. Un punto de encuentro, un eje claro de disputa con este gobierno, lejos de las especulaciones del Palacio.
Volvemos a Perón y planteos que nos proponen esa fe que la CGT de los Argentinos sintetizó en aquella consigna: “Sólo el pueblo salvará al pueblo”.
Perón, bajo el seudónimo de Descartes, escribió en 1952: “Los pueblos siguen la táctica del agua; las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna por desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, minándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logra, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre; torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla”.

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