Por María Laura Morales
El viernes 28 de febrero, pasadas las dos de la tarde, el Movimiento Popular La Dignidad realizó una sentada en pleno centro porteño pidiendo la renovación del convenio Veredas Limpias que depende del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la reincorporación de las casi 400 trabajadoras despedidas.
Veredas Limpias se creó en el 2015 con el objetivo, según la norma, de recuperar y embellecer los espacios comunes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Ley N° 1.925, Decreto N° 350/06, art. 1). Para su ejecución se creó un Registro de Cooperativas de Trabajo que funcionó bajo la órbita de la Unidad Operativa de Recuperación y Control en el Espacio Público dependiente de la Subsecretaría de Programación y Coordinación del Espacio Público del Ministerio de Espacio Público (art 4).
El programa fue creado para que funcione en las quince comunas a través de las cuadrillas que recorrían una zona periódicamente con prioridades determinadas por la Coordinación del Programa dentro de la Comuna, realizando tareas de limpieza y mantenimiento.
Veredas limpias tenía por objetivo, mejorar la calidad de vida de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires brindando a la sociedad un espacio de veredas limpias que mejore la imagen de los barrios en especial y de la Ciudad en general. Ofrecer una vía más directa para canalizar sus reclamos sobre las problemáticas existentes en la Ciudad. Promover procesos de inclusión social, desarrollando estrategias de trabajo en conjunto por medio de la generación de empleo a través de organizaciones de la sociedad civil.
En diálogo con Radio Gráfica, Mónica Ruejas, una de las 380 trabajadoras despedidas por el gobierno de Jorge Macri contó que algunas mujeres hace más de 18 años trabajan en distintos barrios populares, en las villas como la 20, la de Soldati, la 21-24, la 31, la Carbonilla, entre otros lugares donde no ingresa la recolección urbana. Remarcó que en este contexto económico tienen un sueldo de 145 mil pesos por trabajar de lunes a viernes y que se encuentran tercerizadas a través de sus cooperativas. Además añadió que hace dos meses que no cobran un peso y que tampoco les renuevan los contratos.
“Hay compañeras que van a quedarse en la calle porque no pueden pagar el alquiler porque no les pagaron todavía”, afirmó Ruejas.
La semana pasada, inicialmente, fueron a reclamar por el programa a la Legislatura ya que Veredas Limpias es un proyecto aprobado por ella pero no obtuvieron respuesta favorable. Ruejas remarcó que en la ciudad más rica del país “el presupuesto para ese programa está”. Además denunció que el viernes 28 de febrero cuando estuvieron reclamando por los despidos, con una sentada en el Obelisco, fueron reprimidas y agregó “dos compañeras fueron detenidas al igual que el compañero Rafael Klejzer, necesitamos nuestros puestos de trabajo, nuestros sueldos dignos”.
En la reunión que encabezó Juan Pablo Gutierrez Diaz, Director General de economía Social del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, se notificó que no solo no se renovarán los convenios del programa que se encargaba de limpieza de barrios populares sino que hay una reducción del salario pasando de 145 a 112 mil pesos.
Hace dos meses que las trabajadoras, porque en su mayoría son mujeres jefas de hogar, están sin cobrar su sueldo. El 31 de diciembre los convenios se vencieron y a pesar de eso continúan realizando las tareas a la espera de la renovación.
Desde el Movimiento Popular La Dignidad señalan que en medio de una de las crisis más brutales que atraviesa nuestro país las mujeres sostén de familia se quedan sin trabajo y sin el sustento necesario para subsistir.
“En la ciudad con mayor presupuesto del país, que persigue policial y mediáticamente a los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, la injusticia es cada vez mayor”, denuncian desde la organización. Además hacen hincapié en sistemático ataque que reciben los movimientos populares, y en particular al Movimiento Popular La Dignidad, “no sólo tenemos presencia en toda la ciudad, sino que fuimos parte de la pelea por el derecho a la urbanización de las villas y núcleos habitacionales y de la creación de los programas de higiene y recolección”.
Ruejas afirmó que seguirán luchando, manifestándose, golpeando todas las puertas hasta ser escuchadas y reincorporadas.
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