Por Héctor Amichetti*
Más que avance de la derecha en Estados Unidos y en el mundo, la victoria de Trump es producto de la declinación del modelo americano. Trump fue derrotado luego de su primera gestión porque su política no conformó a la mayoría del pueblo norteamericano y el gobierno demócrata que lo sucedió tampoco resolvió los problemas de los estadounidenses. Esto fue esencialmente porque los Estados Unidos enfrenta una crisis compleja de superar a raíz de que se extiende por el mundo la influencia de la exitosa economía China y la clásica receta yanqui de expandirse provocando guerras en todos los continentes está siendo doblegada por otra mucho más pacífica: la de naciones que procuran mayor desarrollo y bienestar integrándose en bloques de cooperación.
Más que un avance de la derecha en Argentina, la victoria electoral de Milei es producto de una persistente crisis que ningún gobierno termina de resolver, el Frente para la Victoria perdió las elecciones con Macri tras doce años de gestión y Macri apenas pudo gobernar durante cuatro años, el retorno del peronismo al gobierno con el Frente de Todos como identidad no resolvió los problemas de los argentinos, fundamentalmente porque quedó encerrado en la trampa del poder concentrado en grupos corporativos antidemocráticos con el endeudamiento externo como espada de Damocles.
Trump no resolverá la crisis en los Estados Unidos, en principio sus planteos son antihistóricos por inhumanos, es probable que el sueño de volver a la edad dorada se convierta en una pesadilla que lo deposite en un barroso pantano.
Milei no resolverá las demandas de la inmensa mayoría del pueblo argentino, sencillamente porque su plan de sumisión y dependencia de los Estados Unidos es todo lo contrario al plan de liberación nacional que necesita Argentina para superar su prolongada crisis.
Tenemos abundancia de recursos naturales, una extraordinaria base agropecuaria que necesita otro modelo de explotación, importante desarrollo científico tecnológico, significativa estructura industrial y un escenario mundial sumamente favorable para integrarnos y potenciar varias veces los beneficios de un modelo económico instrumentado para servir a la nación y a todo el pueblo argentino.
A lo largo del siglo pasado tuvimos la voluntad y fortaleza de instaurar la democracia como sistema, de acabar luego con una década de infamia fraudulenta concretando una verdadera revolución económica y social en beneficio de las mayorías, de torcerle el brazo con obstinada resistencia a más de una sangrienta dictadura y de revertir una traición al interior de nuestro movimiento que en su momento nos daba por muertos.
¿Porqué no habremos ahora de remontar la cuesta una vez más? ¿Porqué no habremos de recuperar el racional sendero de la justicia social y la hermandad? De ponerle fin a un régimen de egoísmo individualista que desprecia la solidaridad y promueve la desigualdad humana.
Nosotros, que hemos sabido construir históricas victorias y que hoy nos toca enfrentar a un régimen que lejos de ser el resultado de una victoria, no es más que el fruto de una sucesión de fracasos acumulados.
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
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