Por Rodolfo Pablo Treber *
Con fuerte respaldo de grupos inversores internacionales y una oposición política que se divide entre aquellos que son funcionales (esperando ser parte del negocio) y los que viven a la defensiva enterrados en la resignación y el posibilismo, el gobierno de Javier Milei logró transformar a la Argentina en un paraíso para los buitres, piratas y usureros del mundo occidental.
Claro está que este proceso no cuenta con un proyecto, ni siquiera tiene la intención para el desarrollo nacional y, por lo tanto, es inviable en el mediano y largo plazo. Por el contrario, depende única y exclusivamente del tiempo que dure este período de redespliegue imperialista de los Estados Unidos, antes de su contracción inevitable frente a la pérdida de mercados a manos del avance del polo comercial emergente que se aglutina en los BRICS.
Punto por punto, el análisis de los factores principales de esta temporal y extremadamente cara calma del mercado.
Inflación
Sin adentrarnos en especificaciones economicistas, los factores claves de los precios son: lo que se produce (la oferta), la capacidad de compra del pueblo (la demanda) y los intereses de ambos sectores que determinan su comportamiento.
Cuando se amplía mucho la demanda sin aumentar la producción, hay inflación. Esto sucedió desde el último gobierno de Cristina (2011 – 2015) dado que se promovió el aumento de ingresos y salarios, pero se dejó la producción en manos de las corporaciones privadas. Estas, decidieron (intereses) no aumentar la producción y absorber el aumento de salarios mediante aumento de precios. En ese caso, el grave “error” o mala decisión política, fue dejar la planificación de la producción nacional a cargo de las corporaciones privadas y no utilizar al Estado en un rol corporativo, empresario y productor. En síntesis, solo se atacó una de las claves, la demanda, constituyendo una política económica renga que terminó con el peor de los resultados: el fracaso y el retorno del neoliberalismo hasta estos días.
En términos virtuosos, la forma de acabar con la inflación es potenciar la producción nacional para que el aumento de la demanda no afecte a los precios. Explicado esto, en el gobierno de Milei, la inflación se está reduciendo vía estrangulamiento de la demanda (ajuste, pérdida de empleos y reducción de salarios). En otras palabras, se ataca a la inflación generando un problema económico y social mucho mayor, la recesión.
La reducción del índice inflacionario durante este período solo se explica a través del aumento de la pobreza y la indigencia que genera la recesión. Esto redujo notablemente la capacidad de consumo popular, achicando la demanda y traccionando los precios a la baja.
Estabilidad cambiaria
Luego de la brutal devaluación del 160% al inicio del gobierno de Milei, los tipos de cambio se mantuvieron estables con una depreciación permanente del 2% mensual.
Esto es posible por 4 factores que inyectaron dólares a las arcas oficiales, todos de carácter cortoplacista que indican su explosión más temprano que tarde.
- La recesión como método para quemar el ahorro en dólares de la población. El sector de ingresos medios en pleno proceso de extinción, a fin de mantener su nivel de consumo ante el aumento sideral de tarifas y la hiperinflación generada por la devaluación del 160% en el bimestre diciembre enero, salió a vender dólares generando que, por primera vez en más de veinte años, las ventas de dólar minorista superaran a las compras para ahorro.
- El aumento del endeudamiento externo. Además de no pagar partes de capital de la deuda externa, el gobierno de Milei aumentó la deuda externa a través del instrumento BOPREAL y nuevos empréstitos con organismos internacionales de créditos por un total de 15 mil millones de dólares.
- Aumento del superávit comercial. Luego de la sequía del año pasado, la exportación de materias primas volvió a su crecimiento habitual en los últimos 40 años. Esto, sumado a la caída de importaciones generada por la brutal recesión, dio como resultado un superávit comercial de 16 mil millones de dólares. Se espera que esta cifra llegue a 18 mil millones siendo un récord absoluto en la historia argentina. Todo generado por el infra consumo de su población y no por una política productiva superadora.
- Blanqueo y RIGI. Con ambas herramientas, el estado nacional supo recaudar más de 30 mil millones de dólares. Con el blanqueo, lavado de activos, los dólares comenzarán a salir masivamente de las arcas públicas a partir de enero y aquello ingresado por el RIGI tiene como plazo lo que demore la “inversión” en generar ganancias. El régimen de inversiones permite la fuga ilimitada de ganancias en dólares, por lo que, en el mediano plazo, lo extraído será exponencialmente superior a lo ingresado por ese medio.
A simple vista, y con cuentas muy generales, se puede notar el carácter efímero y circunstancial de esta estabilidad monetaria y los fines de saqueo que la misma conlleva.
Reservas en dólares al 10/12/2023: 21,000 millones
Ingreso por BOPREAL + nueva deuda: 20,000 millones.
Superávit comercial: 16,000 millones.
Teniendo en cuenta estos datos, el BCRA hoy debería contar con, aproximadamente, 57,000 millones de dólares y, sin embargo, la tenencia en reserva actual es de 30,000 millones. Esto deja en claro el objetivo principal de la política de ajuste y recesión: el saqueo.
Es por todo esto, que el proceso político actual no perdura en el tiempo, la crisis futura es parte del plan propuesto. La urgencia es construir la alternativa política, popular y revolucionaria que nos saque del laberinto colonial.
Destruir el esquema de la Argentina dependiente y exportadora es esencial para dar vuelta la realidad y torcerla a favor del interés nacional y popular.
Debemos volver a la industria y el trabajo, a construir el futuro desde nuestras propias manos y basados en el enorme potencial que tenemos como Patria y Pueblo si nos atrevemos a romper las cadenas que nos atan a la miseria planificada que nos propone el imperialismo.
(*) Analista económico, dirigente del Encuentro Patriótico
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