Por Fidel Fourcade *
Militantes del Climax es, ante todo, una pyme que resiste cualquier embate. En tiempos de lo fugaz y lo precario, apuestan a su tercer disco y suman con mucho tino, una película que da otro sentido a las canciones del disco. Peculiar alquimia entre “Climax” y “Día 4” en la versión 2024 del conjunto entusiasta del beat con conciencia social.
Luego de un pequeño hiato de poco más de 6 años, con una pandemia incluida, salió “Nueva Sangre” el disco más poético, introspectivo y personal de la banda liderada por El auelo. Si en los primeros dos discos podíamos cantar a voz viva en “Congo”, “Diputado” o “La patrona” una especie de marcha revolucionaria, las canciones del nuevo disco ensayan mantras para el dia a dia, sin perder el sentido del humor y su carácter más contemporáneo y contestatario. En esta versión 2024 de los Clímax las letras calan más profundo, entre sutilezas, matices y un sonido denso característico.
“Nueva Sangre” está plagado de detalles, notas al pie, pistas y referencias. La primera que podemos observar es la diferencia del orden de las canciones entre la película en Youtube y el disco publicado en Spotify . Hay un sentido estético y narrativo. Un disco musicalmente hablando arranca como lo hace en las plataformas de escucha y una película, como lo hace efectivamente.
Disco que lleva a su máxima expresión la estructura de los Militantes. Con grandes instrumentales cómo “Mansión Clímax” y el ya célebre “Dibu Martinez”, que tiene todo el sentido del mundo de ser ya que en su primer disco “Clímax”, la banda había hecho un instrumental a medida del relato del gol del pájaro a brasil en “Maradona Caniggia”. “Fortex” y “Latex” ofician de declaración de principios y nos ponen ansiosos para ver su performance en vivo.
Bajo, batería y vientos, la clave del épico sonido.
Este disco contó con un despliegue audiovisual a la altura de la banda contó con la dirección de Pablo Rojzman, guión de Franco Bersi y la producción de Facundo Gemelli y Juana Gonzalez Johansen.
Mi cultura no es comida rápida para comer
Si a una IA, con mucha pericia, suerte y una cuota imposible de mística, se le pidiera la difícil tarea de recrear todas las aristas de la banda, sin dudas “Same” sería el objetivo de tal síntesis perfecta. Funky y canchera, es el espacio del disco donde los Clímax se florean de su pericia para el beat bailable. “Ticket/Para qué” es otra muestra socarrona de groove.
Esto es una mera guía, un pequeño mapa ensayo bajo la emoción violenta de tener el tercer disco de las bandas con más contenido y crítica de las últimas décadas (No por nada cumplen 15 años). Habrá mucho más para descubrir en canciones como “Nueva Sangre”, “Lagartijas”, “Casio” o la fantástica “Lapislazuli”.
En tiempo de lo fugaz, la gratificación instantánea y las batallas estúpidas, Militantes del Climax navegan el desierto del tiempo y la arena del entretenimiento. No hay mérito en ser una gran banda, sino que, hay que sonar cómo una. Misión cumplida para la troupe del funk.
No es lo mismo ser, que parecerlo.
(*) Columnista de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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