Por Juan Natalizio
“Hubo una guerra y a nosotros nos tocó perder. Eso no quiere decir que uno no pueda considerar que quienes estaban en frente eran personas que hacen bien su trabajo”, dijo el presidente Javier Milei a la BBC, en referencia a su admiración y amor a Margaret Thatcher. La BBC es el mismo medio de comunicación que Denis, el marido de Thatcher, dijo que estaba dirigida por “un hato de zurdos”, según Martin Harrison en The British General Election of 1983. ¿Y por qué este enojo de Denis?
En 1983, en el programa televisivo “Nationwide” de esta misma cadena de noticias, es elegida Diana Gould (18 de abril de 1926 – 3 de diciembre de 2011) una profesora de Geografía de Gloucestershire para hacerle una pregunta a Margaret Thatcher. Pero Diana no sólo hizo una pregunta, además se enfrentó a la entonces Primera Ministra por haber dado la orden de hundir el Crucero ARA General Belgrano. La valentía de Gould debería ser ejemplo para gran parte de la dirigencia política ya que, ante una Thatcher atónita, expresó:
“Al dar las órdenes para hundir el Belgrano, cuando este estaba abandonando las Malvinas, estaba en efecto saboteando cualquier tipo de negociación o de una solución pacífica y la Sr. Thatcher tuvo 14 horas en las cuales pudo considerar el plan de paz de Perú”
Vídeo del debate Gould contra Thatcher:
Gould da en un punto clave y se lo dice en la cara a la genocida de Margaret Thatcher. Es en esa propuesta de paz de Perú, que Thatcher saboteó, que quiero repasar pero también en el silencio de los cómplices, la cobarde o cipaya dirigencia política.
Paul Rogers, profesor de Estudios para la Paz de la Universidad de Bradford, Reino Unido, en 1986 fue convocado, en calidad de observador por el grupo de ciudadanos y parlamentarios británicos del Belgrano Enquiry. Dicho grupo se propuso estudiar y comprender las razones que tuvo el Reino Unido para ir a la guerra, pero centrándose en el hundimiento del crucero General Belgrano. En el 2012, en el suplemento Tiempo de Descolonización, Federico Bernal, director del proyecto, entrevistó a Rogers y le preguntó por qué se hundió al Belgrano a lo que el británico respondió:
“Fue hundido en el momento en que el gobierno del Reino Unido estaba decidido a avanzar con el conflicto tan rápido como fuera posible, después de los ataques al aeropuerto de Stanley con armas antipersonales. Tan pronto como las fuerzas se establecieron en su lugar, los militares del Reino Unido escalaron rápidamente el conflicto; el hundimiento del Belgrano fue parte de eso. Sabemos ahora que el Gabinete de Guerra envió, creo que el 26 de abril, un mensaje a los submarinos del Atlántico Sur afirmando que la diplomacia está terminada y que se anticipa una solución militar.”
Por otra parte, también en esta decisión de Londres de escalar el Conflicto lo más posible, el parlamentario Ian Mikado, en declaraciones al Belgrano Enquiry dijo:
“El engaño básico que dio origen a todo lo demás; el engaño básico que logramos descubrir a pesar de la deliberada obstrucción ministerial, fue que una semana antes del fin de semana crucial para el Belgrano, el gobierno decidió hacer un cambio radical en su anunciada política respecto de las Malvinas. Decidieron engañar al mismo tiempo a la Cámara de los Comunes y al país, al no anunciar el cambio y al pretender que continuaban con la política original. Esa política original era utilizar la mínima fuerza necesaria para lograr una solución diplomática del conflicto. Pero durante el fin de semana del 23 y 24 de abril, el Gabinete de Guerra decidió abandonar esa política. Contrariamente, decidió llevar a cabo un acto de agresión suficientemente importante y dramático como para precipitar y escalar la acción militar hasta el nivel en el que fuera posible imponer una solución por la fuerza. El acto importante y dramático que eligieron fue hundir el portaviones 25 de Mayo, al que razonablemente podían considerar como una fuente de peligro para nuestras fuerzas. Así fue que salieron al mar buscando el portaviones, pero aún con todos los satélites de los EE.UU., la GCHQ y todo el resto, no lo encontraron. Pero tenían que tener algún objetivo, de modo que en su lugar hundieron el Belgrano, sabiendo perfectamente que no era una fuente potencial de peligro para nuestras fuerzas. Nosotros hundimos el Belgrano porque no encontramos el 25 de Mayo.”
La confirmación de que el hundimiento del Crucero fue para escalar la guerra viene de parte de los británicos. Pero que el ataque haya sido el 2 de mayo, además, tiene un agravante, que es la propuesta de paz que impulsaba Perú. El presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry propuso un plan llamado “el proyecto de los siete puntos”, que en su primer punto establecía “el cese inmediato de toda hostilidad”.
El 1 de mayo, ante la urgencia por el inicio del bombardeo británico en las Islas y el inicio de los combates, desde Perú, el ministro Manuel Ulloa se comunicó a las 10 de la noche con el canciller Nicanor Costa Méndez. El argentino cuenta en su libro sobre esa comunicación y relata que le confirmó a Ulloa que se aceptaría una mediación del Perú, asimismo le sugirió que el presidente peruano se comunicara con el General Galtieri.
La comunicación de Galtieri con Belaúnde Terry se dio en la madrugada del 2 de mayo, donde se resaltó a la Argentina la importancia y necesidad de una tregua para poder avanzar con el acuerdo. José Enrique García Enciso, coautor del libro “Malvinas: cinco días decisivos”, contó en Malvinas Causa Central que a raíz de ese llamado “a las 2 de la mañana se envía un radiograma a los buques de la flota [argentina] donde se les ordena volver”. Esto, aclara García Enciso, era para cumplir la tregua que había pedido el presidente de Perú
Entrevista a José Enrique García Enciso
A las 10.15 horas de la mañana del 2 de mayo, Nicanor Costa Méndez le comunica a Belaúnde Terry que, en principio, Argentina acepta la propuesta de paz y que el General Galtieri se lo comunicaría. García Enciso fue el que redactó la respuesta oficial, sobre esto nos contó: “yo pongo que ‘hemos decidido aceptar la propuesta de vuestra excelencia’ y cuando Galtieri lo lee agrega ‘en principio’ pero tenemos que hacer una reunión formal de la Junta Militar a las 19 horas para que los tres integrantes de la Junta firmen el acta de acuerdo”. José García Enciso resalta que Argentina a esa hora (10.15 de la mañana), comunica que acepta la propuesta más allá de algunos detalles a solucionar.
Desde esa primera confirmación por parte de Argentina que acepta la propuesta, el presidente Belaúnde Terry se comunica con Alexander Haig, que había sido el mediador del gobierno de Estados Unidos para evitar la guerra, a quien le informa de la decisión del país sudamericano de aceptar la negociación. Haig se encontraba con el Ministro de Relaciones Exteriores británico, Francis Pym, y el norteamericano le informa de los avances y de la aceptación por parte de Argentina de la propuesta de paz.
A pesar de esto, García Enciso señala que Margaret Thatcher, ese mismo 2 de mayo, “sin ningún tipo de acta cambia ella las reglas de juego de enfrentamiento [reglas de empeñamiento] y anula la orden de no atacar fuera de la zona de exclusión” y ordenó hundir al crucero ARA General Belgrano que navegaba rumbo al continente, al mismo tiempo en que el presidente de Perú anunciaba que se había logrado la paz entre Argentina y Gran Bretaña.
En las Charlas Malvineras, organizadas por el Observatorio Malvinas UNLa, la Dra. Moya Domínguez advirtió que ordenar el ataque al Crucero ARA General Belgrano, teniendo los británicos conocimiento de la propuesta de paz, es “convertirse también en país agresor, está violando el hecho de no agredir”. En una extensa exposición, Moya Domínguez explica por qué el Reino Unido violó normas internacionales.
El silencio de los cómplices
Por una lado, tenemos a la criminal Margaret Thatcer a la que los mismos británicos investigaron por el ataque del crucero; pero por otro lado, la complicidad de un sector de la política Argentina que nunca investigó.
En el 2012, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en la inauguración del patio Malvinas Argentinas en la Casa Rosada dijo:
“Es curioso, leía durante el último fin de semana una crónica, en uno de los matutinos porteños, acerca de una investigación que sobre dicho hecho iniciaron legisladores ingleses elaborando un informe. Por eso creo que sería importante también que los argentinos – y especialmente los organismos institucionales, en este caso la Cancillería – retome esos estudios, iniciados por ingleses para catalogar, para clasificar esto que sin lugar a dudas el ataque al crucero, fuera de la zona de exclusión, fue sin lugar a dudas un crimen de guerra.
¿Qué hizo la Cancillería a partir de ese momento? Nada. Pero además, en diciembre del 2013 se creó la Secretaría de Malvinas, Antártida, Política Oceánica y Atlántico Sur, y asumió Daniel Filmus quien no tenía ningún antecedente sobre Malvinas; además ese año había quedado afuera del senado perdiendo contra Gabriela Michetti y Pino Solanas.
¿Daniel Filmus impulsó una investigación como había ordenado la entonces Presidenta en el 2012? La respuesta es no, al menos no es público si lo hizo pero él mismo podría corregirme y contar sobre la investigación, si es que la hicieron.
Y ante las declaraciones de Milei, escribió en su cuenta de X (Twitter) “es muy grave que exprese su admiración por M. Thatcher, que mandó a matar a cientos de compatriotas en el buque General Belgrano.” Ninguna referencia a que fue un crímen de guerra.
¿Por qué resalto la figura de Filmus? Porque fue designado por la Presidenta que ordenó a cancillería investigar el hundimiento del Crucero y al que ella misma sentenció que “fue sin lugar a dudas un crimen de guerra”.
En marzo del 2023 se dio por finalizado el acuerdo Foradori – Duncan, excelente decisión de Santiago Cafiero, entonces canciller, y de Guillermo Carmona, Secretario Malvinas en ese momento. Pero no se avanzó contra los “Acuerdos de Madrid”, el primero firmado en octubre de 1989 y el segundo en febrero de 1990. Entre todos los daños que hacen dichos acuerdos, quiero resaltar del primero lo siguiente: Los dos gobiernos tomaron nota de que todas las hostilidades entre ellos habían cesado. Ambos gobiernos se comprometieron a no efectuar reclamaciones contra el otro, ni contra los ciudadanos del otro, en relación con las pérdidas o daños ocasionados por las hostilidades y por cualquier otra acción en y alrededor de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur con anterioridad a 1989.
Según este punto, Argentina no podría avanzar contra los crímenes de guerra que cometieron los británicos. Un tratado vergonzoso en todos sus puntos y dañino para el interés nacional y la causa Malvinas. Dichos acuerdos siguen vigentes.
Cuando se habla de Margaret Thatcher hay que señalar que fue ella y su Gabinete de Guerra los que ordenaron hundir el ARA Belgrano para arruinar toda posibilidad de paz, dio la orden directa sabiendo de la propuesta de Perú y que Argentina aceptaría. Thatcher no “hizo bien su trabajo” como dice Milei, Thatcher y sus funcionarios (políticos y militares) traicionaron la tregua que pidió Perú para llegar a la paz y esa traición le costó la vida a 323 argentinos.
Hoy que un admirador de la asesina Thatcher esté en la Casa Rosada y además la defienda por su rol durante la guerra de Malvinas merece una contundente respuesta que la dirigencia política que se autopercibe nacional no puede o no quiera dar. Algunos no pueden darla porque cumplieron funciones y no hicieron nada contra Margaret Thatcher y su Gabinete de Guerra, por inoperancia, complicidad o falta de decisión. Ellos también son responsables de que Milei esté en la Rosada y pueda elogiar a Thatcher. Nosotros continuaremos investigando y denunciando a los criminales que ordenaron hundir al Belgrano, ese ataque le costó la vida a 323 argentinos, la mitad de los caídos argentinos durante todo el conflicto. Lo repito y que quede claro: Margaret Thatcher es una criminal de guerra. Y olvidar es otro crímen .
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