La Confederación General del Trabajo (CGT) fue convocada por el ministro del Interior, Guillermo Francos, a una reunión a la Casa Rosada para este miércoles a las 16 hs. La misma se da un día antes de la ya prevista reunión de Consejo Directivo de la CGT de donde se espera que salga la fecha para una movilización y precisiones sobre un paro. También con una nueva iniciativa para una reforma laboral que podría ser incluida en la remozada Ley Bases y de vuelta a nivel masivo del pago del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores.
Desde la asunción de Javier Milei el 10 de diciembre pasado es la primera reunión oficial entre el Gobierno y la CGT en una relación de conflictividad por la profunda flexibilización laboral contemplada en el DNU 70/2023 judicializada por la central; el desfinanciamiento a las obras sociales, el evidente deterioro salarial, la no homologación de acuerdos salariales y los miles de despidos en el Estado.
La convocatoria realizada por Guillermo Francos es en el día previo a la reunión de Consejo Directivo de la CGT prevista para el jueves a las 14 horas. Según lo que trascendió de la reunión de la Mesa Chica de la CGT que se realizó la semana pasada en la sede de UPCN se espera para este jueves que se ponga fecha a una movilización que podría ser el 1° de mayo. También la expectativa es que se anuncie el segundo paro contra las políticas del Gobierno de Javier Milei, aunque en este punto no hay certezas.
La reunión con Francos se da en horas en donde volvió a tomar cuerpo el avance parlamentario de una nueva reforma laboral que tendría el apoyo del bloque libertario, del PRO, al menos un sector de la UCR y Hacemos Coalición Federal, que tiene como rostro visible a Miguel Angel Pichetto.
Se especula que podría ser parte de la nueva ley Ómnibus en la que el Gobierno viene trabajando junto a esos sectores y que ingresaría en los próximos días al Congreso. Por lo que se ha deslizado, contendría gran parte de los artículo del título IV del DNU 70/2023 quitando el fin a la ultractividad (la continuidad) de los Convenios Colectivos de Trabajo y mantendría la obligatoriedad del pago solidario de la cuota sindical.
Paralelamente, el Gobierno avanzaría nuevamente con el Impuesto a las Ganancias tras las modificaciones realizadas en septiembre pasado y votadas por el presidente Javier Milei y la vicepresidenta, Victoria Villarruel.
A grosso modo, lo que aquí se ha deslizado es que el piso salarial quedaría en 1,8 millones de pesos (en bruto) para solteros y 2,2 millones para trabajadores con hijos. La promesa del Gobierno es que habrá mayor progresividad en la escala salarial y que tendrá una actualización por inflación. Habrá que ver cuál es el planteo frente a las deducciones, el pago de horas extras, premios y otros ítems que engrosan el salario. Lo cierto es que no deja de ser un retroceso.
Vale recordar que el rechazo al pago del Impuesto a las Ganancias es una larga lucha de las organizaciones gremiales y que habían logrado en septiembre pasado que se calcule a partir de 15 salarios mínimos, vitales y móviles por lo cual una porción muy pequeña de trabajadores de alto rango y jerárquicos quedaban alcanzados por el impuesto. Con esos montos planteados volverían a pagar el impuesto miles de trabajadores.
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