Por Leonardo Martín
Noche de emociones cruzadas se vivieron en el bunker de Juntos por el Cambio en la jornada de elecciones. Por un lado el alivio de casi ya tener resuelta la continuidad en la Ciudad de Buenos Aires y, por otro lado, el durísimo golpe de perder la centralidad en la lucha política a nivel nacional.
Patricia Bullrich, que hace apenas poco más de dos meses atrás se medía el traje de presidenta, finalmente quedó tercera y lejos de entrar en el ballotage. Los números marcan un descenso de cinco puntos respecto a las PASO sumando los votos de Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. La feroz interna tuvo consecuencias.
Para peor, con un resquebrajamiento de Juntos por el Cambio de cara al futuro próximo. La continuidad del espacio hoy es una incógnita.
El bunker de campaña para las elecciones de este 2023 fue en Parque Norte, lugar ya elegido para las PASO. Apenas cerrado los comicios, como en todos lados, la zona de prensa era un hervidero de preguntas sobre alguna información fiable. Todos datos difusos, poco confiables, pero ninguno alentador para la pelea nacional de JxC.
Con el correr de los minutos y las horas, el clima se iba poniendo lúgubre en la cara de una raleada militancia del espacio en comparación con bunkers de años atrás. Clima frío, rostros preocupados, consultas permanentes a los celulares. Las caras de los periodistas de La Nación+ eran parte de la escenografía en las pantallas dispuestas en la zona de prensa. Con solo verlas uno podía intuir los datos que les iban llegando.
En un momento, vaya a saber a quien se le ocurrió, quedó la pantalla principal emitiendo la señal del canal con volumen. Eduardo Feinmann repasa azorado los números que le llegan al celular, el desconcierto es total al repasar actas con Sergio Massa triunfador. Las lee sin filtro. Sus compañeros de piso completan el cuadro con rostros de velorio.
Quien escribe estas líneas asiste desde 2015 a cubrir ese centro de campaña con diferentes hitos. La fiesta, con música ensordecedora y globos de colores, del día del ballotage de 2015 que le dio la presidencia a Mauricio Macri. La fría noche de 2019 de las PASO donde el mismo Macri enojado por un resultado aplastante los mandó a todos a dormir pasadas las nueve de la noche. El arrebato posterior de Elisa Carrió contra Durán Barba, “ese señor teñido”.
La noche de este 22 de octubre, podría haber sido la noche final de Juntos por el Cambio, al menos tal como se lo conoce hasta el momento. Por diversos motivos. Se respiraba un aire cortante entre los militantes PRO. No hay radicales, no están identificados, no se ve a sus referentes. Una ausencia que hace ruido.
Es un momento particular para el espacio. Derrotado a nivel nacional, ya sin representar el “cambio”, cuenta con un despligue territorial que no tuvo anteriormente. En estas elecciones han ganado las gobernaciones en Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, San Luis, Chaco, Chubut y han logrado sostener Corrientes, Mendoza y Jujuy a lo que se puede la Ciudad de Buenos Aires de la que han quedado a medio paso de retener. Una fuerza territorial apreciable.
Muchas de esas victorias y provincias son radicales lo que, como mínimo, obliga a barajar y dar de nuevo en los equilibrios internos donde siempre tuvo el mando el PRO con sus dirigentes porteños. Los rencores se fueron acumulando con el correr de los años, es tiempo de cobrar algunas boletas atrasadas para los radicales.
Para complejizar el panorama, el inminente ballotage casi que obliga a una definición de a que candidato respaldar o al menos con quien tejer lazos. El PRO está cómodo con Javier Milei que aprovechó la ocasión tras el resultado para martillar contra los radicales a quienes acusó de “traicionar a Bullrich” simplificando las posibles alianzas para Sergio Massa con los radicales a quienes convocó desde la conformación de un “gobierno de unidad nacional”.
Después de denunciar que puso bombas en jardines de infantes, Javier Milei le ofrece un Ministerio a Patricia Bullrich pic.twitter.com/isqcudQG3V
— Agencia El Vigía (@AgenciaElVigia) October 24, 2023
Milei, que hace apenas semanas acusaba a Bullrich de ser su segunda marca y de terrorista montonera que ponía bombas en jardines pasó a decir que sería una buena ministra de Seguridad de su gobierno. Una convocatoria forzada que se verá si prospera.
La necesidad de Massa es sumar votos para el ballotage, pero en caso de ganar también tejer alianzas en el Congreso donde ninguna fuerza va a tener mayoría propia. Los provincias radicales, como ocurre con todas, también necesitan recursos en el toma y daca de siempre de la política. Algunos boinas blancas ya han adelantado que no van a acompañar a Milei. Cada declaración hace crujir un poco más a JxC y por la negativa los acerca a Massa.
Esta mañana Javier Milei trató de traidores a los radicales, y Suarez Lastra lo atendió lindo "es invotable". pic.twitter.com/CtFNKpLe9p
— Editor✍ (@Editor_76) October 23, 2023
UNA DERROTA ANUNCIADA
Es muy particular la parábola de Patricia Bullrich en el último período. Meses atrás, parecía haber un escenario propicio para ser electa presidenta, pero su aspiración quedó truncada y no parece que vaya a tener otra oportunidad similar.
JxC tuvo meses turbulentos que los terminó pagando en las urnas. Una interna por momento feroz con Horacio Rodríguez Larreta, candidatos que no han sumado en territorios claves, radicales que le sacaron el cuerpo y un Mauricio Macri vidrioso en su accionar, coqueteando con Javier Milei al cual ahora puede declararle su amor interesado abiertamente.
En la provincia de Buenos Aires, distrito clave por su peso demográfico, tuvo un candidato poco conocido, Néstor Grindetti, sin carisma y con una caja de resonancia como presidente de Independiente donde lo insultaba toda la cancha hasta hace apenas semanas atrás. Antes de que asumiera Carlos Tévez como director técnico cuando el descenso era una realidad posible.
En la provincia de Buenos Aires, JxC perdió con Unión por la Patria Lanús, en La Plata hay una elección voto a voto pero con un escrutinio provisorio que da por ganador a Julio Alak. Bahía Blanca, una ciudad, perdón el término, proverbialmente gorila también tuvo una victoria peronista. Otros distritos como Santa Fe y Córdoba también contribuyeron a esta caída con una caída en los votos de JxC.
PATRICIA BULLRICH, SU ÚLTIMA BALA PARA LA PRESIDENCIA
Adentrada las 10 de la noche, salió a hablar Patricia Bullrich con un escenario con dirigentes del espacio y la mencionada ausencia de radicales. Allí están Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, una reaparecida Lilita Carrió, María Eugenia Vidal, con ojos que disparan rayos pulverizadores y otros referentes.
Patricia Bullrich derrotada da un discurso breve, continuidad de una campaña fallida en la que no encontró ni el tono ni efectividad en interpelar a un electorado que hizo otras apuestas. Insistió en “los valores de la República, de la transparencia, en la lucha contra la corrupción” y en “país que debe abandonar el populismo si quiere crecer y terminar con la pobreza”.
“Son valores han quedado dormidos, pero los vamos a despertar. Nunca cómplices del populismo en la Argentina ni de las mafias que destruyeron este país”, agregó.
“Nuestros valores no están a la deriva, no los vamos a negociar por más que hoy no hayamos ganado las elecciones”, completó en la soledad de la derrota. Mauricio Macri tuvo un gesto humano y la contuvo, Vidal de fondo miraba con desprecio, Carrió la abrazó. ¿Qué pasa por la cabeza de alguien que acaba de confirmar que quizás su máxima aspiración -ser presidenta- nunca la va a concretar? Que acaba de perder esa oportunidad.
“A MASSA NO LO QUIERO, PERO MILEI ES UN LOCO”
Las coberturas de elecciones son largas, de muchas horas, donde se entablan diálogos con amistades y se hacen otras. Quien escribe habló un rato largo con una señora muy amable y atenta que integra el equipo de “Patricia”, su celular sacaba humo en los diálogos con referentes territoriales que transmitían las malas nuevas.
Ya en confianza y con el resultado puesto le pregunto: ¿Massa o Milei para el ballotage? -No voy a votar o voto en blanco- fue la respuesta inicial.
Insisto. Repregunto. “Si tengo que elegir si o si cierro los ojos y a Massa. La economía es un desastre, es muy grande la crisis, pero Milei es un loco”, afirma. Agregó para seguir el diálogo -además yo sé que Patricia hizo campaña con eso, pero la verdad es que no se puede decir que Massa sea kirchnerista-. -Es un panqueque- dictamina esta señora mientras lee los alarmados mensajes que le llegan. Conclusión quizás apresurada: no todo votante de Bullrich por más antiperonista que sea va a votar a Milei. Puede ser la mayoría, pero no todos.
Fin de la noche. Queda el escenario vacío, suena la música. Lentamente se retiran los militantes PRO que se van golpeados. Sostienen la Ciudad de Buenos Aires una potente caja de resonancia y económica inestimable. El final es en donde partí. Queda una jugada más de acá a noviembre. Subirse al tren fantasma que encabeza Milei a riesgo de perder de nuevo o barajar y dar de nuevo ante un escenario político en donde parece haberse cerrado un ciclo iniciado tras el estallido de 2001. Pero eso es para otra nota.
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