Por Lucas Molinari
“Lo que producís cómo país explica el tipo de trabajo que tenés”, explicó en Radio Gráfica Luis Campos del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma y describió la situación que tenemos como clase trabajadora: “Aproximadamente hay 20 millones de trabajadores en Argentina, de los cuales la mitad están registrados en el sector público (3,5 millón) y privado (6,5 millón). La otra mitad no están en relación de dependencia, unos 5 millones precarizados y la otra parte cuentapropistas”.
El interrogante que repetimos en Radio Gráfica es ¿Cómo lograr una real ampliación de derechos?, ¿Cómo multiplicar puestos de trabajo bajo convenio colectivo?
Una aclaración: El mundo cooperativo viene creciendo en el último tiempo por la organización que tiene nuestro pueblo, no sólo por la crisis capitalista. Al decir “bajo convenio colectivo” incluimos al sector autogestivo del que somos parte como medio (y que sindicatos como Sipreba y la Federación Gráfica Bonaerense integran entre sus afiliados).
La respuesta podría estar en la práctica gubernamental de recuperar soberanía.
Es decir, si los puertos volvieran a ser públicos, si Argentina forjara nuevamente su flota mercante, si los Astilleros estuvieran atiborrados de trabajo… seguramente otro sería el eje de debate.
Pero no, venimos respondiendo a la dolarización de la economía y a un candidato que idealiza el modelo agroexportador de hace más de un siglo, cuando el movimiento obrero luchaba por las ocho horas de trabajo, las patronales financiaban bandas armadas para romper huelgas y muchos conflictos terminaron en masacres.
Milei significa la “disolución nacional”, la quiebra de un Estado que fue debilitado en la dictadura y desguazado con el menemato. El kirchnerismo recuperó algunos tramos que caracterizaron al modelo peronista, pero fue revertido por el macrismo sobre la base de la Constitución de 1994. Luego, la vuelta del FMI al co-gobierno en 2018 forjó el actual modelo exportador extractivo agropecuario y financiero, que empobrece cada vez a más familias trabajadoras.
La contradicción entre Massa y Milei parece estar por el nivel de dependencia respecto a las corporaciones transnacionales.
El peronismo debe ganar la elección de octubre en defensa propia, aunque el candidato a presidente de Unión por la Patria sea “el menos nuestro de los nuestros”, según lo definió el pensador nacional Carlos Avondoglio.
Ahora bien, ¿hay campaña?
De Massa no. Al contrario, sólo hay malas noticias para el bolsillo del obrero.
El 14 de agosto el gobierno nos cacheteó con una devaluación del 22% del peso argentino y esta semana se negoció con la oposición la media sanción de una ley de alquileres (contra los inquilinos): 125 a favor de la “ley rentista” contra 112.
“Hubo 13 ausentes del partido queremos quedar bien con todos o mejor dicho Frente de Todos“, expresó con bronca Fernando Muñoz de Inquilinos Agrupados que detalló: “Hubo una controversia que tuvo que ver con entregar o no el teléfono de (el diputado de JXC Gerardo) Milman para la causa judicial que investiga el atentado a Cristina. Esto se votó antes que se debata la modificación de la ley de alquileres, lo que indica que esa sesión fue acordada”.
Hay 2.500.000 de familias inquilinas que quedaron sin el amparo del peronismo. No hay política de acceso a la vivienda pero sí leyes de blanqueos para “incentivar a los desarrolladores inmobiliarios”. Si CFK lo habilita, el Senado podría convertir en ley la nueva regulación que lleva de tres a dos años los contratos de alquiler y los aumentos pasarían de ser anuales a cuatrimestrales y sin índice (actualmente el incremento es por una fórmula que publica el Banco Central, un promedio entre el aumento salarial y la inflación).
Como venimos informando desde Gráfica, la problemática del precio de los alquileres se ha metido en la agenda sindical. Por eso Pablo Moyano, Héctor Amichetti, Cachorro Godoy, Claudio Marín, Daniel Catalano y Agustín Lecchi entre otros gremialistas, firmaron una solicitada contra la reforma que logró esta semana Juntos por el Cambio en Diputados.
Entre los diputados ausentes estuvieron Sergio Palazzo (estaba en EEUU en un Congreso de UNI GLOBAL), Leo Grosso, Gisela Marziotta y Daniel Gollán. Fueron 13 en total quienes faltaron del bloque oficialista.
“El Frente de Todos si tenía voluntad, empataba la sesión y le arruinaba a Juntos por el Cambio la conquista que buscaba para el mercado inmobiliario, porque tenía que desempatar Cecilia Moreau”, detalló Muñoz.
Un retroceso en derechos que explica la crisis de representación que vivimos. Una ley que “no funcionó”, sentenció Sergio Massa, dejando de lado la nula aplicación de la normativa por parte del Ejecutivo. De hecho, el ministerio de Hábitat eludió sus responsabilidades en estos cuatro años y sus referentes diagnosticaron que sólo se trataba de una problemática porteña, afirmación siempre desmentida por la Federación de Inquilinos. Vale recomendar un artículo que cuenta sobre el día en que Perón rebajó el precio de los alquileres, para recuperar el sentido histórico del Movimiento Nacional.
Pero sigamos, porque la información es mucha.
Decíamos que venimos de malas noticias esperando alguna buena. Porque se trata de “ganar en octubre”… Pero, volvemos a preguntarnos ¿hay campaña?
“Esto parece ser una reedición del 2015”, explica un dirigente que critica al “kirchnerismo que no hace campaña por Massa”.
“Están jugando a la derrota”, opina un referente social que comenta un título del sitio La Política Online que difundió un planteo de Patricia Bullrich en una reunión de Juntos por el Cambio: “No seamos boludos, si gana (Milei) dura dos meses y vuelve el peronismo”.
“Lo trágico es que candidatos, funcionarios y demás habitantes de un gobierno que no habla bien de su propio gobierno; piensan exactamente igual a Patricia Bullrich”, escribe Fernando Gómez en Infonativa, que continúa: “Evalúan que la explosión social que puede producirse como consecuencia de las medidas que tome Milei, los depositará nuevamente y mágicamente en el gobierno. Incluso hay quienes aventuran, como hicieron en el 2015, que los que pongan el cuerpo, la vida y la libertad, les flanquearán su regreso a la vida de palacio. Son analistas del sacrificio ajeno, que apuestan a no hacer nada mientras se consuma un retroceso electoral inédito para una fuerza política que hegemonizó durante 16 de los últimos 20 años la vida institucional del gobierno nacional. Nadie los va a ir a buscar en andas. Sin dudas”.
Mientras tanto la dirigencia sindical exige un cambio de actitud.
Pablo Moyano declaró: “No sé qué están esperando los dirigentes, las más altas autoridades del PJ nacional, el PJ de la provincia de Buenos Aires, los distintos sectores de Unión por la Patria, para hacer lo que tenemos que hacer en forma urgente, que es ir a buscar a aquellos argentinos que no fueron a votar. Millones que no fueron a votar. La vicepresidente no habla, el presidente no habla, los gobernadores muy poco, casi nada. Esto me llama mucho la atención”.
En la misma línea se pronunció Pablo Biró del gremio de los pilotos aeronáuticos: “No puedo hacer campaña cuando no hay ningún ministro defendiendo la gestión, cuando la vocera de Alberto habla y te dan ganas de apagar la televisión y salir corriendo. El peronismo rompió todos los foros de debate e instancias democráticas, todos los aportes que siempre lo han nutrido. Es difícil ganar una pelea que nadie quiere pelear”.
La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas que conduce Biró lanzó una campaña para explicar, ante tanta basura mediática, que Aerolíneas no es deficitaria. Al contrario, la empresa “le devuelve en 15 días al Estado nacional lo que el Estado pone en un año”.
Pero ¿Quiénes quieren volver a privatizarla? Biró responde: La embajada yanqui y Black Rock, “un grupo que maneja 7 veces el PBI de España que, si fueran un país, sería el tercero atrás de EEUU y China, y ese es sólo uno de los múltiples grupos que están atrás del turismo, la gastronomía y la aviación”.
Por eso, para el dirigente sindical urge hacer campaña y la están encarando mediante asambleas y concientizando en los pocos medios que les brindan un espacio.
En la entrevista, consultamos a Biró sobre el proyecto de ley presentado por Máximo Kirchner esta semana que propone reformar la ley de estatización de Aerolíneas Argentinas, con el objetivo de prohibir las transferencias de acciones de la línea aérea sin la autorización del Congreso de la Nación: “Coincidimos con quienes denuncian que hay quienes quieren desguazar Aerolíneas, pero sinceramente, me enteré por los medios, nadie habló con ningún sindicato aeronáutico”, respondió.
Y agregó: “Cuando hubo que poner el cuerpo para ir a buscar las vacunas, fuimos y sonaron todos los teléfonos, y cuando hay que defender en cualquier foro la línea de bandera, ni se escucha nuestra opinión. Es un momento muy complejo porque no podemos culpar al que vota a Milei, porque no le estamos dando ninguna otra alternativa”.
¿Otra vez la “vanguardia funcionarial” despreciando a los sindicatos?
Biró finalizó la nota diciendo: “Yo no vivo en estado asambleario, pero la participación democrática es vital. Y en el peronismo es necesario porque por insignificante que te parezca el aporte que hace cualquier compañero, hace a una montaña que es lo que nos engrandece. Cuando vos te nutrís de los aportes, aunque no sea un famoso, un poderoso, cualquier compañero que te dice `che cambiemos el rumbo por acá´, te puede dar una idea reveladora. Además, le da sentido de pertenencia y le da sentido a la lucha”.
Esta fue una semana también atravesada por los saqueos. Primero surgieron en diferentes provincias y luego llegó a distritos del conurbano como Moreno, Escobar y José C. Paz.
Gildo Onorato de la UTEP y el Movimiento Evita habló al respecto: “Por supuesto que puede haber intencionalidad, intentos de desestabilización, pero no podemos dejar de ver que la pradera está seca y hay que regarla. Es necesario que se inyecten rápidamente paliativos sociales para afrontar lo que ha sido el salto devaluatorio que complicó la vida del trabajador”.
Es lo que se espera, al menos un aliciente, pero los anuncios, se prometen pero no llegan.
Mientras tanto se reproducen los encuentros, las asambleas, las reuniones en diferentes barrios, la planificación de recorridas para hacer campaña por Massa y evitar el avismo.
Por su parte, los sindicatos que pueden, definen aumentos.
El sindicato del neumático logró cerrar su acuerdo de julio a febrero 2024 con aumentos del 25% en julio, 15% en septiembre, 10% en octubre y 15% en noviembre. En diciembre, enero y febrero, la actualización salarial estará en relación al Índice de Precios al Consumidor. Luego, habrá un 4% pagadero en marzo como base paritaria 2024/25 y un bono de fin de año que pasó de unos 34 mil pesos a 100 mil.
El Sindicato de Camioneros acordó un incremento salarial del 61% por seis meses, que se pagará en 3 cuotas no acumulativas: 25% en septiembre, 18% para noviembre y 18% para enero 2024.
La Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación, liderada por Héctor Morcillo, acordó un incremento del 34% que se pagará en 3 tramos: 11% en agosto, 11% en septiembre y 12% en octubre, logrando un 69% de aumento salarial en el primer semestre del período paritario (de mayo a octubre de 2023).
Luego, la Asociación Bancaria pidió la reapertura de las negociaciones, también la Federación de Empleados de Comercio que supera el millón de afiliados. Mientras tanto, muchos gremios esperan con ansias los anuncios de una “suma fija” que ayude a recomponer ante la inflación.
La pérdida de poder adquisitivo no para y la pelea sindical se hace cuesta arriba en gremios como el de prensa. SIPREBA informó: “Este jueves 24/8 llevamos a cabo medidas de fuerza en medios gráficos como Clarín, Página/12 e Infobae, y canales de televisión como Crónica, América y Telefe, entre otros. Durante la jornada también participamos de una audiencia paritaria con las cámaras empresarias de Prensa Escrita en la que, nuevamente, dilataron la negociación y se negaron a discutir una recomposición de nuestros ingresos, con el pretexto de esperar los anuncios oficiales”.
Es que la “macroeconomía” la define el FMI, por lo cual la “estabilización” que propone Massa se basa en multiplicar las exportaciones para lograr más reservas en el Banco Central, pero olvida que la voracidad de las multinacionales no tiene límites.
Como contrapartida, Milei propone dolarizar una economía que ya es bimonetaria.
Verónica Gago, militante de Ni una Menos, lo explicó así: “Milei habla de una especie de pasaje al acto de algo que organiza nuestra cotidianeidad cuando tenemos que buscar un alquiler, cuando hay que pagar alimentos o medicamentos que siguen la inflación del dólar, y sin embargo el tipo aparece sincerando una situación que es experiencia cotidiana de muchos y muchas”.
Esta semana, el organismo confirmó que enviará los 7500 millones de dólares a la Argentina. Pero insiste en profundizar el ajuste. En su comunicado el FMI expresó: “Los esfuerzos se centran en reforzar los controles de gasto con medidas iniciales dirigidas a actualizar las tarifas de la energía y contener los salarios públicos y las pensiones, sin dejar de proteger el gasto prioritario en programas sociales y en infraestructura”.
Es decir, bajar los salarios, pero contener la pobreza y sobre todo que el Estado invierta en infraestructura para que las multinacionales se puedan llevar nuestros bienes comunes, como ocurrió con el Gasoducto Néstor Kirchner (que hemos explicado en otra edición: el Estado paga la obra y los privados hacen el negocio grueso: Techint y Pampa Energía).
Hay una falta evidente de programa de liberación nacional, que en Argentina debería resurgir desde el peronismo. Es el desafío que tiene la militancia.
Porque somos un país tan extenso como rico en bienes comunes. Y con hacer un repaso del “Consejo de las Américas” que se hizo este jueves en el Alvear Palace Hotel, veremos la claridad que tienen los referentes de las multinacionales.
Miguel Galuccio, el fundador y CEO de Vista (ex CEO de YPF), fue uno de los que habló en ese foro empresarial: “Vaca Muerta tiene potencial para generar 20.000 millones de dólares al año por exportaciones de petróleo crudo”.
Javier Velarde fue otro de los oradores, de Newmont, la principal empresa minera de oro y plata del país, que se refirió a los negocios por venir: “Existen 92 proyectos de exploración, pero aun así la inversión en exploración en Argentina es muy baja en relación a otros países de la región. El año pasado, según el Consejo Minero de Chile, Ecuador y Chile invirtieron 1.000 dólares por kilómetro cuadrado de territorio, Perú invirtió 400 dólares y Argentina solo 138 dólares por kilómetro de territorio“.
Son gerentes del saqueo de nuestras riquezas. Un esquema extractivista que la Revolución Justicialista frenó y creó empresas pública para planificar el desarrollo nacional (¿Qué sería del Gasoducto Néstor Kirchner si existiera Gas del Estado?).
Vale repasar también una otra noticia que ya preveíamos, relacionada al Canal de Magdalena: se cayó la licitación.
El analista económico Rodolfo Treber explicó a Gráfica: “La licitación del Magdalena estaba hecha para que se caiga, y así fue. El objetivo es que se mantenga la vigencia del decreto 949/20, la entrega total de la administración de nuestros ríos internos a las empresas transnacionales alineadas a los intereses extractivistas de Estado Unidos sobre nuestro suelo. Esto es solo un ejemplo más de la subordinación política manifiesta del gobierno nacional para con el FMI y la embajada norteamericana. De esta manera, la Argentina mira pasar la oportunidad histórica que representa el creciente contexto geopolítico de multipolarismo para alinearse detrás de un imperio que, en su decadencia, intentará llevarse todo lo que pueda en base a explotación y saqueo”.
Finalmente, comentar una buena: la Argentina entró al BRICS. La política internacional está plenamente en nuestra agenda como medio, hemos hecho informes sobre las oportunidades que se nos abren. El único candidato que apuesta a ese mundo multipolar, aun con contradicciones, es Sergio Massa. Milei definió que su alianza sería con EEUU e Israel y Bullrich declaró que si es presidenta se iría del bloque emergente. Es el polo de países que nos puede ofrecer cooperación y donde tenemos mucho para ganar.
Ahora bien, todo dependerá de nuestra capacidad para recuperar soberanía y no sólo cambiar de collar.
YAPA. LOS PIBES DE LA CALLE HAYDN
Son días de mucho análisis sociológico, con especialistas de aquí y de allá hablando en diferentes medios sobre quiénes son los votantes de Milei.
Nuestra propuesta está en discutir qué medidas hay que tomar para que el peronismo vuelva a enamorar a su pueblo. Cómo traccionar desde las organizaciones populares, un programa soberano que reivindique el valor de la justicia social, pero no con discursos sino con políticas de Estado.
Es la discusión que teníamos constantemente con el compañero y amigo Agustín “Piraña” Colovos que en un apunte de marzo del 2021 escribía sobre los pibes de su barrio y reflexiona sobre el origen del dolor social que urge sanar.
Aquí un fragmento del artículo “Lo que dejó la dictadura en los poros de la clase obrera”:
Los pibes de la calle Haydn de William Morris, o la mayoría de ellos, tendrán un día más de supervivencia. Digo calle Haydn, porque conozco a esos pibes, casi desde que nacieron, pero podría ser cualquier calle de un barrio cualquiera de trabajadores del conurbano, o de la Capital Federal.
Los pibes tienen entre 18 y veintipico de años, es decir nacieron post crisis 2001 y algunos durante los primeros años del kirchnerismo.
Los veo ir y venir, de una esquina a otra, o dar vueltas manzanas, como si hubieran sacado boletos en un viaje redundante y repetitivo, siempre por las mismas calles que los vieron nacer.
A veces juntan algo para vender, es decir cirujean, a veces alguien consigue alguna maquina naftera para salir a cortar el pasto, y salen; a veces usan los carros a caballo de una familia históricamente cartonera del barrio para salir a dar vueltas y ver si el destino le juega una buena pasada de bronce, cobre y en el peor de los casos de aluminio.
Se la rebuscan, se compran cigarros, alguno capaz que conserva alguna tuka de otro día y se quedan un largo rato en la esquina; no viven el día a día, sino el minuto a minuto.
Estos pibes, son parte de la clase trabajadora argentina, aunque ellos no lo sepan. Y son millones…
Y también son hijos o nietos de lo que comenzó en Marzo del 76, y que luego continuó con los distintos gobiernos democráticos del año 1983 a nuestros días.
Hablando con ellos y con otros compañeros y compañeras en situaciones similares, el panorama de ¿futuro? que ven es muy parecido y duro a la vez.
Saben que pueden pasar toda su vida y nunca tener un trabajo en blanco (es decir, registrado, con un salario bajo convenio, con derecho a vacaciones pagas, licencias pagas también por enfermedad, obra social, sindicato, etc).
Charlando llegamos a la conclusión de que hoy, tener trabajo es un “privilegio”. Sí, así como están leyendo.
Tratan de buscar la felicidad entre tarjetas Alimentar y changas esporádicas.
Lo bueno de esta situación: adaptarse a lo malo y buscar resquicios de felicidad y alegría entre tanta malaria. Lo peligroso, cierto conformismo y resignación. Poca rebeldía social. A veces el inconformismo pasa por reventarse en algunos casos o apostar un futuro mejor para los hijos, más como una esperanza etérea que como una certeza real.
Las clases dominantes argentinas lo lograron. Vienen ganando en este partido eterno que se llama lucha de clases.
Y no fue de un día para el otro, sino que fue un plan sistemático de reconfiguración quirúrgica de la sociedad argentina, y especialmente de la clase obrera.
La atomización y heterogeneidad que tiene hoy la clase trabajadora argentina (y la mundial también) es producto de casi 46 años de aplicación de políticas neoliberales para cercenar el poder obrero que llegó a cuestionar las bases mismas del sistema capitalista.
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