Por Marcos Maldonado
Desde 2015, los productos alimenticios de la marca La Litoraleña se elaboran de forma cooperativa. Tras el abandono del ex dueño, los trabajadores se hicieron cargo, recuperaron la fábrica y reactivaron la producción. Después de ocho años de augestión, se ordena que deben abandonar la fábrica del barrio de Chacarita. “Dependemos 50 familias de esto” visibilizó el cooperativista Santos Maciel, entrevistado en Radio Gráfica.
Tras el fin de la gestión patronal, según la Ley de Concursos y Quiebras, la prioridad debe ser el sostenimiento de los puestos laborales. Los trabajadores, máximos acreedores de la deuda que dejó el anterior dueño, propusieron adquirir el inmueble de Girardot 345 con las indemnizaciones y los sueldos que les debían.
Esta alternativa fue desestimada por la jueza en lo comercial Valeria Pérez Casado, quien además ordenó el desalojo en el plazo de dos meses, sin dar tiempo para que la cooperativa pueda buscar otras instalaciones. Esto fue avalado por la Cámara de Apelaciones. “No hay más instancia judicial para apelar” aclaró Maciel al respecto.
“Nos conformamos en cooperativa en fines de 2015 después de que el dueño haga un vaciamiento financiero” precisó el trabajador de la cooperativa “La Nueva Litoraleña”, quien añadió que desde entonces, “hemos hecho mucha inversión como cooperativa, cuando estaba el dueño las máquinas estaban deterioradas porque no tenían mantenimiento, nos costó mucho sacar esto adelante”.
“En estos ocho años nos dimos cuenta que podemos autogestionarnos, trabajar sin patrón. Sabemos trabajar. Yo tengo 30 años, entré a los 17. Tenemos la experiencia y sabemos que lo podemos llevar adelante los trabajadores, con la comunidad” destacó, además de valorar el acompañamiento de todo el movimiento cooperativo.
Actualmente, La Litoraleña produce pastas frescas y tapas para empanadas, pascualinas, pasteles y copetines, las cuales son vendidos a precios razonables, lo que generó un fuerte vínculo con las y los vecinos de Chararita. “Vienen a comprar porque el precio es accesible y siempre nos preguntan qué pasa con la situación judicial”.
El sostén económico de 50 familias es amenazado y consigo toda la construcción que se generó en ocho años. “Pedimos ayuda de algún funcionario o político que se pueda acerca a la fábrica y ver que se puede hacer para que sigamos trabajando, no pedimos que nos regalen nada” exclamó finalmente Maciel, casi teniendo que explicar que el reclamo es que simplemente los deben seguir trabajando.
- Entrevista realizada por María Laura Morales y Mario Sadras en Desde el Barrio (lunes a viernes de 10 a 13 horas)
Discusión acerca de esta noticia