Por Leonardo Martín
Un caso emblemático de persecución durante el macrismo, de presiones y aprietes con la participación de agentes de los servicios de inteligencia. El pasado jueves 9 de marzo fue destituido el juez de Garantías de Avellaneda Luis Carzoglio mediante un jury de enjuiciamiento con acusaciones realizadas en 2009 y 2012, pero que llamativamente se reactivaron luego de que Carzoglio rechazara las presiones para detener a Pablo Moyano en 2018, en el marco de una causa relacionada con la gestión como dirigente de Independiente.
En diálogo con Radio Gráfica, Carzoglio calificó al jury de enjuiciamiento como “objetable”, con “conductas incorrectas” y de “amedrentamiento” de testigos por parte del Procurador General de la Provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand. También apuntó contra la llamativa “unanimidad” en el jury, la ausencia de las dos legisladoras del Frente de Todos en el proceso y el “silenciamiento” en medios de comunicación en el último período que habían seguido el caso. Asimismo, anunció que, pese a que no está contemplado en la ley, presentará un recurso extraordinario ante la Corte Suprema provincial, sin descartar avanzar en el futuro con presentaciones en la Corte Suprema Nacional y tribunales internacionales.
Leonardo Martín: ¿Qué evaluación hace del Jury que lo destituyó?
Luis Carzoglio: Consideramos que la resolución no es justa, es por eso que vamos a presentar un recurso de apelación aunque la ley diga que no se puede apelar. Intentaremos llegar a la Corte como llegaron otros magistrados que pasaron por la misma situación. En la resolución hay muchos puntos objetables y atacables, también algunas conductas no correctas dentro del jury. Vamos a utilizar todas las herramientas disponibles para revertir la decisión del jury de enjuiciamiento.
Cuando habla de apelación, ¿sería en la Corte Suprema de Justicia Bonaerense?
Como primer paso si. Podría también avanzar hacia la Corte Suprema Nacional y tribunales ínternacionales.
¿Cuáles son los motivos del jury que llamativamente se reactivó en 2018 tras que usted se negara a detener a Pablo Moyano en medio de las presiones que usted visibilizó?
El jury es del 2015, conteniendo imputaciones que databa de 2009 y 2012 producto de un conflicto que yo tenía con una de las cinco fiscalías de Avellaneda, imputaciones que son fácilmente rebatibles. Ese jury quedó en estado latente hasta el 2018. Un mes y medio después del 16 de octubre de ese año, donde yo hago las denuncias en relación a la visita de agentes de la AFI, las amenazas de muerte y la presión de los medios hegemónicos, me separan del cargo utilizando el jury de 2015. El responsable de eso fue el Procurador General de la Provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand.
¿Cuáles son las actitudes de ese jury que usted crítica?
Hubo falta de respeto con testigos y con nosotros por parte de Conte Grand que vamos a hacer conocer oportunamente. También hay una actitud muy llamativa por parte de las legisladoras del Frente de Todos que no han asistido a ninguna de las audiencias (N. Del E.: Débora Galán -Frente Renovador- y Maite Alvado -La Cámpora-).
¿Han dado alguna explicación? Se presupone que en principio esta fuerza política podría haber tenido algún tipo de disidencia.
Todavía no y tampoco las pedimos, ponemos a consideración de la opinión pública lo que pasó. También es llamativa la votación por unanimidad entre los cinco abogados del Colegio de la Provincia de Buenos Aires, tres legisladores de Juntos por el Cambio. Pienso que ante mi testimonio, más el alegato brillante de mi abogado Diego Raidán tendría que haber habido un resquicio para una disidencia. Algunos me dicen, ya estaba tomada la decisión, pero no quiero creer eso.
¿Qué más podría agregar sobre el accionar del procurador Conte Grand?
Llamó la atención el adelantamiento de testimonio de determinados testigos a los que también quería aminalarlos. Cuando comenzaban a declarar los hacía poner de pie o los hacía retirar del salón con lo que ello genera en el testigo que piensa “que mal habré hecho yo”. Debido a esa actitud debimos desistir de los últimos cinco testimonios porque ante estas maniobras iban a entrar coaccionados a prestar declaración, además de actitudes de falta de respeto. Buscó todo el tiempo ir poco a poco quebrantando nuestra seguridad y confianza en el juicio, más allá de que es imposible que en cinco días pasen por el enjuiciamiento 80 testigos más mi alegato, el del Dr. Raidán y el de la acusación.
Su destitución, ¿sienta un precedente peligroso para otros jueces que no tomen decisiones de acuerdo a los sectores de poder?
Por eso estamos peleando, queremos evitar ese tipo de cosas. Llamativamente se ha silenciado nuestro caso en algunos medios de comunicación que nos seguían, se ha silenciado pese a la importancia que tiene, para uno personalmente, pero también para la sociedad argentina. Lo mismo con sectores políticos. Somos la piedra fundacional en denunciar la presencia de espías de la AFI dentro de la Justicia y eso lo vamos a hacer valer. Esta lucha no termina aquí, es un primer paso, no vamos a dejarnos llevar por de medios y de silencio que no se entienden. En esta pelea se me va la vida, lo voy a seguir hasta el final porque no puede ser que en este país se siga ninguneado y aplastando a la gente que quiere hacer el bien, estar al servicio del prójimo. Creo que hemos dejado una marca en la Justicia, que aunque me cueste el cargo, el Poder Judicial es la columna vertebral de la República, sin un poder judicial fuerte no podemos tener una República fuerte.
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