El pasado 7 de diciembre, en un intento de frenar un posible golpe contra su gobierno, Pedro Castillo ordenó el cierre del Congreso peruano. La maniobra le costó el cargo, desató una nueva crisis institucional, y la represión se llevó la vida de 27 personas.
En diálogo con Radio Gráfica, Cesar Soberón, secretario de prensa de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), sostuvo: “Una decisión tan importante como la del cierre del Congreso implicaba una estrategia, si las Fuerzas Armadas le hubieran dicho que no a Pedro Castillo, las fuerzas populares, los movimientos sociales, los trabajadores hubiéramos sido una fuerza de respaldo muy contundente”.
“Pedro Castillo llegó con mucho respaldo popular en las calles, lamentablemente nunca logró consolidar las ideas que tenía con las estrategias dentro del gobierno, se cometieron muchos errores dentro de la gestión, incluso errores que terminaron dándole pie a la derecha para que genere situaciones golpistas en contra de él como presidente. La última acción que da pie a su salida es la del 7 de diciembre, creemos que Pedro Castillo se apresuró a tomar una decisión que debía tomar, pero no de esa manera, la calle, el pueblo reclamaba el cierre de este Congreso corrupto, golpista, que lo venía hostigando desde antes de asumir, y cuando tuvo la oportunidad, el momento político para poder cerrar este Congreso, no lo hizo”, explicó el referente sindical.
De acuerdo a la Constitución, el jefe de Estado está facultado a cerrar el Parlamento en el caso de que éste le niegue el voto de confianza en dos ocasiones consecutivas. El gobierno de Castillo ya había tenido el rechazo de la primera solicitud, con lo cual, ante una segunda negativa (casi inevitable), podría haber avanzado en contra del parlamento legalmente.
“El pueblo reclamaba a Castillo el cierre de este Congreso corrupto, golpista, y cuando tuvo la oportunidad, el momento político para poder cerrar este Congreso, no lo hizo”
“Al margen de que la Constitución del 93 sea espuria, nacida de una dictadura, es el contrato social que tenemos y hay plazos que lamentablemente hay que cumplir hasta que se cuente con un nuevo marco constituyente que permita replantear muchas cosas, pero ahí Castillo se adelantó, tomó una decisión no muy pensada, probablemente escuchando a gente de su entorno que jugaron en contra de él en la práctica y que luego de sugerirle el cierre del congreso con un golpe fallido en la práctica, le sugieren tomar el camino del refugio cuando debió quedarse a asumir y el pueblo hubiera tenido una respuesta distinta. Cuando él intenta ir al asilo, descuadró a mucha gente que no entendía qué estaba pasando”, continuó el sindicalista.
“Castillo se adelantó, tomó una decisión no muy pensada, probablemente escuchando a gente de su entorno que jugaron en contra de él”
“Una decisión tan importante como la del cierre del Congreso implica una estrategia, si las Fuerzas Armadas le hubieran dicho que no a Pedro Castillo, las fuerzas populares, los movimientos sociales, los trabajadores hubiéramos sido una fuerza de respaldo muy contundente. Pero lamentablemente terminó Castillo fuera del poder, con Dina Boluarte asumiendo con el respaldo de la derecha, con un gabinete de ministros que responde a los intereses de los grupos de poder económico, que le importa nada la vida de los peruanos”, agregó.
Para el dirigente, “el cuestionamiento a Castillo tiene que ver mucho con el entorno del que se rodeó, él reconoce que ese fue uno de sus puntos flacos”. “Estoy seguro que desde las fuerzas de izquierda de la clase trabajadora tienen que salir nuevos liderazgos, pero no caudillos que pretendan representar la voluntad popular, sino representantes reales de las organizaciones sociales, con un equipo de personas y una lógica estructurada para representar correctamente al país y no tengamos el problema de que suba una persona, se desligue del partido de origen, genere las contradicciones políticas entre la gente que lo llevó al gobierno y después termine solo asesorado por gente que está vinculada a la derecha”, sostuvo.
El actual gobierno de Boluarte anunció que Alberto Otárola, hasta hace unos días ministro de Defensa, y responsable de los operativos que dejaron un saldo de 27 muertos, fue premiado con la presidencia del Consejo de Ministros.
A su vez, la canciller Ana Cecilia Gervasi, declaró al embajador de México, Pablo Monroy Conesa, como persona ‘no grata’, elevando el grado de tensión con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien sostiene que detrás del derrocamiento de Castillo está la mano de la embajada de Estados Unidos.
Soberón, resaltó que a partir de la caída de Castillo, se desató una persecución hacia las organizaciones sociales, políticas y sindicales que protestan contra Boluarte y el Congreso: “Hace poco encontraron un machete en la sede de nuestros hermanos campesinos, es un instrumento de trabajo, y lo mostraron como si fuera un arma de destrucción masiva. Buscan criminalizar la protesta social, señalando de terroristas a quienes se están movilizando, utilizando el famoso ‘terruqueo’ para intentar deslegitimar la lucha, cosa que no ha tenido mucho efecto, porque a nivel nacional se sigue movilizando la ciudadanía”.
“Utilizan el famoso ‘terruqueo’ para intentar deslegitimar la lucha”
Y concluyó: “Creemos que, de todas maneras, incluso si hubiera permanecido Castillo en el gobierno, las calles siempre tienen que ser nuestra plataforma, porque para una nueva constitución no podemos caer en la idea equivocada de que un gobierno va a hacer el cambio. La constitución tiene que ser el resultado de un proceso de concientización social, de organización política ciudadana de la clase trabajadora que permita a la hora de elaborar una nueva constitución, reflejar el interés del pueblo, pero sobre todo, reflejar ahí la necesidad jurídica y política para hacer una gran transformación”.
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