Por Úrsula Asta
Mario Arraga es gerente de Administración y Finanzas de EMTRASUR y tripulante del avión venezolano. Cuando la aeronave fue secuestrada en Argentina a principios de junio, su rostro recorrió algunos medios. Semanas después, y luego de tomar distancia mediática debido al curso del insólito proceso judicial, Arriaga brindó detalles de la situación en Radio Gráfica.
“Han sido los días más dificiles de la vida de la tripulación, pero estamos apoyandonos en medio de los altibajos que vivimos”, comenzó en un diálogo en que se refirió a la aeronave, sus tripulantes, los vuelos humanitarios realizados, las relaciones comerciales afectadas y las características del competitivo servicio de Emtrasur. “Esto es un eslabón más de los hechos por los que nos atacan a nosotros”, planteó.
Situación político-jurídica
Al recordar los hechos, retomó: “Vinimos a traer unas autopartes de una marca reconocida, que había sido verificada tanto a la hora de embarcar como a la hora de desembarcar acá en Ezeiza”. “En base a que la ruta es extensa, requerimos hacer un descanso a la tripulación por las horas cumplidas que por regulación se deben tener. Ibamos descansar 12 horas y ya marchar el 7 de junio a Caracas, porque teníamos otros compromisos. De ahí empezaron las circunstancias que nos mantuvieron acá”.
Consultado sobre los detalles de adquisición del avión, Arraga repasó: “El Estado venezolano, en aras de tener un avión de carga de gran embergadura para asistir a Venezuela y para los países hermanos de la región, vio en la necesidad de comprar una aeronave. Por el bloqueo unilateral de Estados Unidos, como país nos cierra las puertas comerciales para acudir a las empresas que disponen de esas aeronaves, la única empresa que habilitaba una aeronave para comercializar con Venezuela es Mahan Air, cuya residencia está en Irán”.
“Los demandantes, que es la DAIA, alegaron que nosotros veníamos participando de actividades terroristas a través de nuestros vuelos, y muy especialmente acá en Argentina”, siguió Arrasa en alusión al argumento que vincula a Mahan Air y a parte de la tripulación, de nacionalidad iraní, con la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y a las Fuerzas Quds, que para Estados Unidos son terroristas.
“Nosotros estamos siendo objeto de investigación, no estamos en calidad de imputados, se nos retiene los documentos. No nos han llamado a declaratoria, los abogados introdujeron recursos explicando”, dijo el tripulante.
En los útimos días, el gobierno del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, se presentó ante el Poder Judicial de Argentina para oponerse formalmente a la incautación del Boeing 747 de carga, perteneciente a la empresa estatal Emtrasur, que el juez Federico Villena dispuso a pedido de un tribunal de Columbia de Estados Unidos. Por esa razón, el avión, que estaba secuestrado a disposición de la Justicia argentina, quedó retenido en el país a disposición de ambos países, con la sumatoria de incursiones del FBI norteamericano al avión.
La solicitud de Venezuela se hizo a través del abogado argentino Gabriel Palmeiro -socio del estudio de Maximiliano Rusconi-, quien presentó un escrito en el que se evaluó que la medida “representaría una arbitraria injerencia en el patrimonio público de la República Bolivariana de Venezuela y en los derechos que atañen a su soberanía”. El juez Villena finalemente rechazó esa solicitud.
Sobre el bloqueo y las implicancias directas de estos hechos, Arraga manifestó: “Sobre otros activos del Estado venezolano esto había ocurrido. El más emblemático es la refinadora que tenemos en Estados Unidos, que nos fue quitada; Monómeros (empresa petroquímica) en Colombia y el oro recientemente en Inglaterra, y ahora esta acción sobre la aeronave”.
“Es bastante triste que esto haya sucedido acá en la Argentina, siendo Argentina un país hermano a quien nosotros históricamente como Nación hemos asistido las veces que hemos tenido oportunidad, y con quien hemos creado, yo creo que desde San Martín hasta acá, un sentimiento de hermandad muy especial que nos arraiga en la historia. Y que haya sucedido acá para nosotros es bastante triste. Entendemos y comprendemos que existen unas fuerzas que van más allá de lo político y que hacen mella en esta situación”, reflexionó el tripulante.
La tripulación
Sobre la recepción del pueblo argentino durante la estadía contra sus voluntades, que ya suma casi tres meses, sostuvo que “aunado al apoyo de nuestras familias y del Gobierno venezolano, la recepción y la calidéz del pueblo argentino, y con quienes de alguna forma u otro hemos tenido contacto, ha sido un aliento y una de las fuentes fundamentales de fortaleza que nos tiene la cara en alto”.
“Estamos concientes de quienes somos y qué venimos a hacer. Todos los trabajadores del hotel y del centro comercial donde hacemos vida acá sienten un cariño especial, porque ven cómo de una forma u otra la Justicia se ha portado, y ven con pena lo que nos ocurre”.
“Es una situación que día a día se hace incómoda. Tenemos que afrontarlo con entereza, es una tripulación con muchos años trabajando en el mundo aeronáutico, no es fácil para ellos. Este es el único activo de la empresa. Te podrás imaginar la incertidumbre, muy especialmente del personal de pilotos a quienes requiere un esfuerzo económico y de tiempo bastante considerable para poder estar volando esa aeronave, y hoy día ve su sueño frustado o interrupido por esta circunstancia”, agregó sobre el trabajo de la tripulación.
Vuelos humanitarios
“Nuestro vuelo se inicia con una salida a Surinam, porque estaba pasando por una catástrofe natural y el Gobierno venezolano decidió enviar ayuda humanitaria. Hicimos un paréntesis para llevar 15 toneladas allá”.
“Nuestros vuelos principalmente han sido vuelos de insumos médicos y de material quirúrgico ya que el efecto de pandemia, lo que exige en varios países, es requerir y contratar insumos médicos”.
Consecuencias comerciales
Esto afecta, explicó Arraga, “no sólo a la aeronave per se, sino todo el material logístico. Eso nos obliga a nosotros a hacer una serie de estrategias comerciales y financieras que dificultan y encarecen nuestra operación como tal, y ya para el mundo aeronáutico es complejo”.
“Vemos en vilo nuestra vida operacional como empresa, porque nuestro único activo, nuestro único medio y fuente de empleo, está siendo retenido por medidas injustas y que no responden al marco legal que estalece y regula esta área”, continuó.
“Teníamos compromisos importantes adquiridos y otros en conversación, y todo eso se fue a la borda por esta situación. Nosotros tenemos una particularidad que es beneficiosa para el mundo de la carga. Somos una aerolínea de vuelos no regulares, lo que quiere decir que no tenemos rutas fijas de un destino a otro, simplemente trabajamos por contratación y eso hace mucho más apetecible la oferta comercial que como empresa ofrecemos, aunado a la capacidad de carga que tenemos que es muy extensa. Y muy especialmente en la región, los precios de competencia no estan ni cerca de lo que podemos ofrecer como empresa por razón del combustible, que es el elemento principal que marca el costo de las operaciones áreas”.
“Y esto -sumó- es un eslabón más de los hechos por los que nos atacan a nosotros”.
Soberanía venezolana y soberanía argentina
A la violación directa sobre trabajadoras y trabajadores, además de impedir la libertad de comercio y de acrecentar el estigma sobre Venezuela, Ana Cristina Bracho, una abogada y escritora venezolana, planteó en una charla internacional convocada al respecto por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) algunos interrogantes que merecen ser retomados: “Secuestro”, como medida legal, ¿es aplicable a un bien cuando se sabe quién es el titular de la aeronave? Si nada puede ser juzgado dos veces, ¿cómo dos tribunales juzgan sobre lo mismo?
Hay un elemento que desde el Sur se debe saber bien: Estados Unidos, pretendiendo entregar la soberanía de Venezuela, logra además la entrega de soberanía de su par sudamericano la Argentina.
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