Por Virginia Méndez *
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 1 de cada 100 muertes son por suicidios. Las muertes por propia voluntad representan la segunda causa de fallecimientos entre lxs jóvenes de entre 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito.
El suicidio se puede prevenir y el primer paso es hablar sobre él. Socialmente circulan algunas ideas que hacen difícil su prevención y por ello les proponemos re-pensarlas.
“Hablar de suicidio es una mala idea porque puede ser un incentivo a cometerlo”
Dado el estigma alrededor de este tema, la mayoría de las personas que están atravesando una situación así no saben con quién hablarlo. Si nos comunicamos abiertamente podremos dar tiempo para reflexionar sobre su decisión y pensar en otras opciones.
“La persona que dice o amenaza con que se va a matar no lo hace”
La mayoría de los suicidios fueron precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Según la Asociación de Psiquiatras Argentinos, 90% de las personas que se suicidan manifestaron, de una u otra forma, su clara intención de hacerlo. Existen señales de alerta. El suicidio no es un acto repentino. Es importante conocer los signos de advertencia y propiciar intervenciones adecuadas.
“La persona que tiene ideas suicidas está decidida a morir”
Estas ideas suelen aparecer con muchas dudas. Contar con apoyo emocional en el momento indicado puede prevenirlo.
“Cuando una persona da señales de mejoría o sobrevive a un intento de suicidio, está fuera de peligro.”
En realidad es uno de los momentos más complejos. La persona se encuentra frágil y sigue estando en situación de riesgo. Seguir acompañándola es clave.
Pero entonces, ¿cómo podemos contribuir a la prevención del suicidio?
Una de las formas en que podemos hacerlo es prestando atención cuando notamos en alguien lo que llamamos “signos de alerta”: aislamiento, persistencia de ideas negativas, dificultad para comer, dormir y trabajar, desesperanza, llanto inconsolable, repentino cambio de conducta.
Ante esto podemos acercarnos, mostrando interés genuino y apoyo por sus problemas y sus sentimientos. Para ello, la forma más efectiva de mostrar interés en lo que le está pasando a la otra persona es preguntar “¿qué te está pasando?” para abrir el diálogo y acompañar.
La escucha atenta es fundamental para la prevención del suicidio. Cuando nos acerquemos a hablar con alguien respetemos su privacidad y mantengamos la confidencialidad, para que sienta que puede expresarse con confianza. Es importante que sepa que nos importa y que nos preocupa lo que le está pasando y lo que está sintiendo. Que sepa que puede contar con nosotrxs.
El suicidio no es algo malo ni algo bueno, es una situación de sufrimiento. Para contribuir a su prevención, necesitamos eliminar los prejuicios que giran en torno a él.
¡Los vínculos que gestamos comunitariamente son fundamentales para cuidarnos!
Para mayor información podés comunicarte con:
Línea de atención a personas en crisis
135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires)
(011) 5275-1135 o 0800-345-1435 (desde todo el país)
El llamado es personal, confidencial y anónimo.
(*) Lic. en Psicología. Residencia Interdisciplinaria de Educación y Promoción de la Salud. Sede del Área Programática del Hospital Argerich
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