Por Erika Eliana Cabezas *
Faltan pocos días para que comience la tercera edición del Festival Monoblock. Se realizará del 8 al 14 de noviembre en el Abasto Social Club, ubicado en Yatay 666, donde se presentarán cuatro monólogos que formarán parte de una antología editada por Libros Drama. Además habrá talleres y menciones especiales.
“Tuvimos que cambiar una cuestión de la modalidad para este año, porque nosotros la convocatoria para que presenten los textos las abrimos a mitad de año. Por lo cual, no se sabía cómo iba a estar la situación en noviembre. Entonces, modificamos el formato”, contó Liliana Weimer, una de las integrantes del Equipo Monoblock, en Radio Gráfica.
Y aclaró: “Las dos ediciones anteriores se trataba de cinco unipersonales en el día. La escenografía, la iluminación, los actores, los directores, todos los equipos de trabajo conviven en el lugar, en los camarines. Eso lo modificamos. Este año son 4 obras más largas, de media hora, y hacen dos funciones por día. De esa manera evitamos que haya tanta circulación de gente en los camarines, en la parte técnica, etcétera”.
La espesura de los bosques, de Paula Cancela; El borde cerca, de José Guerrero; Asomo, de María Gabriela Maiarú y Beber a un lince, de Lisandro Outeda fueron los proyectos seleccionados por el comité, que estuvo integrado por Ana Alvarado, Analía Couceyro y Natalia Casielles. También recibieron menciones especiales 23 años de llanto, de Naomi Stein; Angélica, de Sofía Brihet; El orden de las cosas, de Manuela Sánchez y Early internet, de Matías Milanese
Teatro independiente, otras lógicas
La ex presidenta de la Asociación Argentina Del Teatro Independiente (ARTEI) también habló sobre las discrepancias – y puntos de contacto – que hay desde el sector para con el teatro comercial. “Hay diferencias en las lógicas de producción, en la cuestión económica, de gasto de cada espectáculo. Más allá de eso, en el independiente, que es una amalgama variada, conviven proyectos que son aptos para todo público, accesibles, y otros tipos de espectáculos, que apuntan a un mayor riesgo artístico, que no están pensados desde el punto de vista que sea agradable masivamente. Lo cual, no quiere decir que sea elitista, sino que también es un espacio de investigación y de experimentación”, relató.
“El teatro comercial no se puede dar esos gustos porque tiene otros costos y tiene que funcionar de una manera distinta. Nosotros no lo hacemos y no debemos hacerlo. No trabajamos en función de una taquilla, aunque no guste que las salas se llenen. Pero, ojo, que los bordes no son tan delimitados. Hay muchas obras del independiente que el teatro comercial lleva a su sala”, agregó.
Lo que la pandemia dejó
Uno de los sectores más fuertemente golpeados por la pandemia de Covid 19 fue el de las artes escénicas. Algunas salas tuvieron que bajar el telón para siempre, otras pudieron moldearse e incorporar el formato virtual para resistir el embate. Sin embargo, la pieza fuerte fue el Estado presente.
“Cuando sobrevino la pandemia nos agarró a todos de sorpresa. Las salas empezamos a funcionar virtualmente y a tratar de, pasados unos meses, reinventarnos en el lenguaje virtual. Más allá de eso, tuvimos un vínculo bueno con el Instituto Nacional de Teatro, que está en la órbita del Ministerio de Cultura de la Nación, y que dio una ayuda a las salas, a los grupos, apenas arrancó la pandemia. Siguieron otras. Obviamente tuvimos que tener reuniones, negociar condiciones, pero se produjo una sinergia muy buena entre el Instituto Nacional del Teatro, las salas y la comunidad teatral de todo el país. Han ayudado. Es más, algunas salas han logrado no cerrarse gracias a la ayuda del Ministerio de Cultura de la Nación y del Instituto Nacional del Teatro. Con Ciudad tuvimos una pelea más grande, logramos una emergencia para las salas a mitad de año del 2020, y es lo único que se logró en toda la pandemia”, contó.
Argentina Florece Teatral. A lo largo de todo el territorio nacional se vienen realizando funciones de danza, teatro y otras disciplinas artísticas en el marco de un ciclo que apunta a impulsar el reencuentro del sector con el público. Desde este viernes 3 de noviembre hasta el sábado 13 el eje estará puesto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Es una política del Instituto Nacional del Teatro donde damos una contraprestación. Hubo críticas que ciertos sectores a los subsidios y ayudas que vinieron del Gobierno nacional para el teatro, para que sepan, ahora estamos haciendo una contraprestación. Nosotros estamos tratando de devolverle al Estado lo que hizo por nosotros”, explicó.
(*) Periodista de Cultura de Radio Gráfica.
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