Facundo Harguinteguy, docente de la Universidad Nacional de Avellaneda y referente de la Economía Popular, dialogó con Ariel Weinman en Radio Gráfica sobre el proyecto de ley presentado por el Frente de Todos en la Cámara de Diputados para transformar los programas sociales en “trabajo digno”.
Recordó que, “el Salario Social Complementario fue resultado de la lucha de los movimientos populares por la la Ley de Emergencia Social”, y precisó que ese programa estatal “está complementando el ingreso de un trabajador y una trabajadora, de personas que trabajan, que no necesitan convertirlo en empleo necesariamente. Lo que sí se necesitan son derechos y que se pueda trabajar en condiciones de dignidad”.
AW: Está en debate el trabajo, el empleo, las economías populares. Y hay un Proyecto de Ley que ha enviado el Frente de Todos para su tratamiento en el Congreso de la Nación, elaborado por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para transformar los planes sociales en trabajo. Escuchábamos a Dina Sánchez, Secretaria Adjunta de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) diciendo, “nosotros ya venimos trabajando, estamos necesitando otro tipo de respaldo”, por ejemplo, créditos a tasas muy bajas, como el que ha anunciado el presidente de la nación la semana pasada para las corporaciones productoras de alimentos, el Proyecto de Ley de Fomento a la Actividad Agroindustrial. Bueno, las economías populares están reclamando otra cosa. ¿Qué te parece esto, sobre todo, a partir de una experiencia? Pues acá no solo se trata de debatir alrededor de ideas, sino en base a una experiencia, la que vienen desplegando movimientos populares en todo el país, que vienen garantizando lo esencial, la reproducción de la vida.
FH: Vos hablabas del Proyecto de Ley. Quizás, para salir un poco del debate, porque seguir ahí implica, por un lado, seguir pensando que “el principal problema de nuestro país es la pobreza”; empezando por ahí, “la pobreza es la causa”. Entonces “tendríamos que atacar la causa de los problemas”. Y quizás, en principio, tenemos que dar vuelta eso. El problema es la concentración de la riqueza, lo que tenemos que atacar es la concentración de la riqueza. Si tenemos que producir más carne, tenemos que producir más carne, pero si no cambiamos la matriz de concentración, el producto del trabajo se va a seguir yendo hacia afuera. Nuestros compatriotas van a seguir pagando la carne a precios exorbitantes o no vamos a comer carne. Y después, seguir pensando que “lo que hace falta es poner recursos por arriba y que eso en algún momento va a derramar”. En todo caso, los que apuestan al mercado dicen, “el mercado por sí solo va a derramar”. Y como contrapartida a eso, decimos, “bueno, vamos a ‘sacudir’ un poco la copa”. Y la verdad que hoy no hay margen para un “derrame inducido”. Además, como para no reconocer un fenómeno, como es el de la Economía Popular, de millones de compañeras y compañeros que trabajan, porque no es que no trabajan, incluso, trabajan mucho más que muchos holgazanes con lo que se va a firmar algunos acuerdos. El otro día, lo decía en una entrevista un sociólogo, Juan Carlos Torres, un especialista en cuestiones del trabajo, del movimiento obrero y demás, “que uno de los grandes fenómenos a tener en cuenta en esta época es la constitución de un gran sindicato de los trabajadores sin patrón, de los trabajadores de la Economía Popular”. Que, por ejemplo, según los datos del Registro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (ReNaTEP), que es un Registro voluntario, no es un censo, ya están inscriptos alrededor de casi 3 millones de personas.
AW: Estás dando una clave en lo que se ha definido como “derrame inducido”, es decir, que si se pone aún más en movimiento la reactivación económica, esto va a generar relaciones de empleo asalariado para aquellos que no lo tienen. Y la experiencia histórica está demostrando que no es así. Que si hay mayor producción, mayor crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), no necesariamente va a redundar en otras condiciones de existencia para las clases populares que representan, prácticamente, la mitad de la fuerza trabajadora en este país.
FH: Tal cual. Y una de las cosas novedosas que pone en números el ReNaTEP, es que en algunas Provincias como Catamarca, Formosa, Jujuy, Chaco y Santiago del Estero hay más inscriptos, es decir, trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular que se inscribieron voluntariamente en este Registro, que los registrados en el sector privado. ¿Qué quiere decir esto? Que no hay que pensar solo cómo ponemos plata o cómo les facilitamos impuestos a los empresarios para que generen más trabajo, sino cómo dignificamos ese trabajo, cómo le damos una planificación estratégica para que todos esos millones de trabajadores y trabajadoras, toda esa capacidad de trabajo sea incluida en un proyecto de soberanía, de independencia económica. Quizás, una de las cosas más urgentes, más que pensar en cómo hacer para que el Programa del Estado Potenciar Trabajo sirva para que un empresario pague menos, suponiendo que eso va a generar más empleo seguramente, resolver del tema de los alimentos. Hoy se podría directamente promulgando la Ley de Acceso a la Tierra, que es lo que viene peleando la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Cómo construimos soberanía, cómo pensamos la recuperación del Río Paraná, cómo la recuperación de la concesión privada de la Hidrovía y la nacionalización de las vías navegables.
Nosotros tenemos un país muy amplio en recursos naturales desde la agricultura y la ganadería, pero sólo podemos disputar un pedacito de las góndolas para los pequeños productores de la tierra, para la Economía Popular en los grandes supermercados. Un gran compañero, referente de las Empresas Recuperadas, Eduardo “Vasco” Murúa (Director Nacional de Empresas Recuperadas), decía: “mandamos satélites al espacio y no podemos armar mercados populares”. Tenemos que estar esperando la inversión de capitales extranjeros para tener un pedacito de una góndola, para que nos vendan los productos que nosotros hacemos. Hay que pensar en otras iniciativas. Ese crecimiento, como señalan los movimientos populares, debe ser de abajo hacia arriba, de la periferia hacia el centro. Me parece que hay que pensar en otra matriz de crecimiento; “el derrame inducido”, en este contexto -quizás en otro contexto de crecimiento a “tasas chinas” implicaba o tenía otro impacto, aunque hay que subrayar las limitaciones que eso tenía- no alcanza. El problema no pasa solamente por la subejecución del Presupuesto Nacional para el año 2021, sino que hay que replantear la matriz de concentración de la riqueza, y gran parte de la capacidad para una planificación estratégica del Estado, sentando a la mesa para planificar el destino de nuestro país a los movimientos populares, es esencial e ineludible para salir de esta situación.
AW: Y además, porque la agricultura familiar pone en juego otro concepto de “la tierra”. No solamente produce y comercializa verduras, frutas y hortalizas a un precio justo, sino que son productos agroecológicos. Sin embargo, no hay respaldo para el acceso a la tierra de ese sector, no hay respaldo para comprar herramientas de trabajo, y eso, de alguna manera, se contrasta en relación al lanzamiento que hizo la semana pasada el gobierno nacional con el Consejo Agroindustrial Argentino. Porque son los que concentran la producción alimenticia en este país, vinculados al capital financiero globalizado. Y a las corporaciones agroalimentarias se le propone desde el Estado todo tipo de exenciones impositivas: se le rebaja IVA, se le va hacer otro cálculo para que paguen menos Impuesto a las Ganancias, se les otorga créditos bancarios “blandos” para que puedan seguir haciendo inversiones. Se explica que “la Argentina necesita incentivar esta producción para la exportación porque hacen falta dólares”, pero eso no resuelve el problema de la alimentación y del acceso a la reproducción de la vida del pueblo trabajador. Y como ya se está demostrando que el trabajo asalariado con salarios y beneficios sociales no se expande, entonces hay que fortalecer a las Economías Populares.
FH: A raíz de esto, vienen señalando muchos compañeros referentes de la UTEP que “los programas sociales simplemente atienden a un porcentaje muy bajo de los trabajadores de la Economía Popular. De los que están registrados en el ReNaTEP, menos de un 25%”. Y sobre los que perciben algún Programa estatal, hay que insistir con lo que fue la Ley de Emergencia Social del año 2017, que fue una pelea de las organizaciones y movimientos populares durante el macrismo. Que es un Salario Social Complementario, un ingreso que está complementando el de un trabajador o trabajadora, que no necesitan convertirlo en empleo necesariamente. Lo que sí se necesita son derechos y que se pueda trabajar en condiciones de dignidad, equiparando el ingreso de los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular con el resto, las asalariadas y asalariados que sí tienen una cobertura social y demás derechos derivados del trabajo. Hay que seguir insistiendo en la enorme capacidad de los trabajadores y las trabajadoras más humildes de esta patria, de organizarse, de construir trabajo y poder popular en los territorios. Hoy es el aniversario del nacimiento del General Perón, y si hay algo que ha fortalecido el peronismo es la organización del pueblo. Y que sobre eso, se ha apoyado toda la Revolución que se inicia en 1945. Hoy hay que volver a estructurar la política en torno a las y los más humildes, y las organizaciones del pueblo.
- Entrevista realizada en Panorama Federal (lunes a viernes de 7 a 8)
- Redacción Lucia Izaguirre
Discusión acerca de esta noticia