El ex vicepresidente Amado Boudou dialogó con Radio Gráfica tras la decisión judicial de brindarle libertad condicional en la causa Ciccone luego de haber cumplido en prisión las dos terceras partes de la condena que le fuera impuesta. Reflexionó sobre la negociación que lleva adelante el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, sobre las políticas previsionales y expresó su mirada acerca de los procesos políticos en la región. “Hay buenas perspectivas”, auguró.
En conversación con Úrsula Asta, caracterizó la existencia de “una democracia condicionada por parte del poder judicial que representa a la economía concentrada y el poder mediático”. En relación al arreglo con el FMI, sostuvo que “está bien no apurarse” y sobre el destino de los Derechos Especiales de Giro (DEG) para afrontar los pagos con el mismo organismo, manifestó: “A mí me gustaría pensar que es un tema que no estaría definido”.
Úrsula Asta: Hubo novedades en la causa que te toca cursar, la libertad condicional que dictó el juez Ricardo Basílico el viernes pasado. Te pido, Amado, una reflexión en torno a la trama judicial que atravesás vos, al igual que otros y otras referentes y exfuncionarios del gobierno kirchnerista anterior.
Amado Boudou: El camino para reflexionar sobre esto es no verlo como una cuestión aislada y personal, sino como una cuestión colectiva y política. Entonces, es cierto que yo estoy muy contento de poder estar en libertad condicional, pero en términos de lo que está sucediendo en este tema no hay nada para festejar. Primero porque hay compañeras y compañeros que siguen detenidos y perseguidos, y después que fue una causa armada, un juicio que fue una parodia para convalidar una sentencia mediática. Hoy en la Argentina la principal perseguida política sigue siendo la vicepresidenta de la Nación.
A mí me da para hablar de una democracia condicionada por parte del poder judicial que representa a la economía concentrada y al poder mediático, porque así como persiguieron, como vos dijiste, a gerentes y funcionarios, nada dijeron del endeudamiento de Macri, ni del aumento de tarifas, ni de la cuestión que tenga alguna visión popular.
UA: En relación con lo que estabas mencionando, la vicepresidenta, en su alegato en la causa del Memorándum con Irán, refirió a que justamente mientras ella era perseguida había un apriete muy fuerte de lo que denominamos “buitres”. Si tuvieras que decir por qué a vos también te pasa esto, ¿qué dirías?
AB: Podríamos buscar motivos puntuales, como podría ser haber terminado con la privatización del sistema jubilatorio o el uso de las reservas del Banco Central para pagar las deudas de Argentina, pero creo que es más adecuado el sentido general que le dio CFK en su última presentación, lo que escondía toda esta persecución era la imposición de un modelo de una Argentina para muy pocos y muy pocas.
Los salarios se pulverizaron, subió el nivel de desempleo muy fuerte, no hubo protección de la empresa y de la industria nacional, las tarifas de los servicios públicos subían de a dos mil por ciento ¡Una cosa delirante! La tasa de interés tenía valores también delirantes. Y no es la primera vez que esto sucede en Argentina, porque Martínez de Hoz, con la dictadura genocida cívico-militar, traía el mismo modelo, y siempre esto necesita un fuerte nivel de violencia, ya sea física o simbólica.
No es casualidad que muchos de los y las referentes del macrismo, que ahora van con Vidal y Larreta y Santilli, digan que no hubo 30.000 desaparecidos en la Argentina. Forma parte de la misma corriente de pensamiento y la intención de imponer un mismo modelo económico y social en nuestro país. Cuando se ve a distancia, el daño que hizo Macri y su gente a cualquier costado de la vida social y económica de la Argentina, va a tener características similares a las de Martínez de Hoz.
UA: Hay una campaña electoral en el marco de una negociación muy importante con el Fondo Monetario Internacional, deuda que tenemos justamente a partir del gobierno de Mauricio Macri ¿Cómo ves esta negociación?
AB: Para ponerlo en contexto, Macri dejó en una situación al pueblo argentino, y al gobierno que lo seguía a él, para ponerlo de rodillas. De los cientos de países que forman parte del Fondo Monetario Internacional, Argentina es el peor de todos sobre el nivel de endeudamiento. No ha habido un préstamo del tamaño que le dio ilegalmente el Fondo Monetario al gobierno de Mauricio Macri para formar parte de su campaña presidencial a la elección. Este es un dato de la realidad y es una situación que hay que resolver.
Creo que está bien no apurarse. Uno recuerda que al principio del gobierno decían que había que ver el tema prioritario para arreglar, y me parece que es bueno que se fue comprendiendo en el tiempo que no sea así. El presidente fue a buscar distintas alternativas, incluso habló con otros líderes mundiales para tener acompañamiento en este sentido.
Cuando uno revisa la historia de Argentina es muy importante no permitir que el Fondo Monetario tenga injerencia en las decisiones de las políticas públicas en Argentina. Es decir, el gobierno podrá hacer una negociación buena, mala o regular en lo financiero para ver cómo para reparar ese desastre que dejó Macri. Pero es central que nuestro espacio político acompañe al gobierno bancando esto.
Siempre que el Fondo opinó y acompañó modelos económicos en Argentina fue un desastre, porque acá se habla desde el sistema hegemónico que las dificultades argentinas tienen que ver con el peronismo. Sin embargo, cada vez que no estuvo el campo nacional y popular, el peronismo, en el gobierno, fue cuando se provocaron los grandes desastres.
Uno podría remontarse a que Perón no ingresó al Fondo Monetario Internacional cuando se creó y que fue a partir de la Revolución Fusiladora, Raúl Prebisch, quien incitó a la Argentina a endeudarse y a ingresar al FMI. Después el FMI acompaño y aplaudió a la dictadura genocida cívico militar con Martínez de Hoz, después el Plan Convertibilidad de Cavallo, el gobierno de De La Rúa donde era ministra Patricia Bullrich, Cavallo, Sturzenegger, Gerardo Morales, y recordemos que en ese momento impusieron la famosa Ley de Déficit Cero, con la cual le sacaron el 13 por ciento a las y los jubilados, a las y los docentes, incluso a las provincias argentinas, y nos dejaron sin país. Después Macri con Dujovne, también, con el Fondo Monetario Internacional.
Me parece que es muy importante dejar un punto de vista que, como decía siempre Néstor Kirchner, cada uno es portador de una verdad relativa que tiene que compartir con las compañeras y compañeros, pero es un hecho histórico que cada vez que el FMI incidió en las políticas públicas en Argentina, a Argentina le fue muy mal y sobre todo a la vida de las argentinas y argentinos. Es algo que no tenemos que dejar de decir.
UA: En el marco de la discusión de esta negociación y en la situación que nos encontramos, pandemia mediante, hay consecuencias hoy. Pienso ahora en el tema previsional que, si bien tiene mejoras, se podría mejorar un poco más ¿Cómo evaluás este curso mientras que tenemos que caminar la negociación con el FMI?
AB: Para empezar, el gobierno del presidente Alberto Fernández primero tenía que reparar y tratar de poner un freno a la dinámica de las políticas que había puesto en marcha Macri, que cualquier variable que uno quiera analizar las destruyó: salarios, empleo, tarifas de los servicios públicos, endeudamiento, tasa de interés. Todo entró en una dinámica que es muy contraria a los intereses de Argentina.
Y, encima, como vos señalás, hay que enfrentar la situación de la pandemia, pero en particular en el plano previsional, me parece que el gobierno ha tomado medidas muy importantes. Hay que recordar que puso en marcha la gratuidad de los remedios desde el PAMI, que Macri había cortado, allí Luana Volnovich está haciendo un gran trabajo. En el Anses se puso en marcha nuevamente la Ley de Movilidad Jubilatoria, me parece que Fernanda Raverta está haciendo también un gran trabajo en esto de reconocerle a las mujeres años de aportes a partir de la maternidad. Creo que es un avance a favor de la igualdad, es una política de género muy trascendente que creo que es el puntapié inicial de otras medidas en este sentido. Ahora ha habido también un bono para que jubiladas y jubilados no pierdan lo que venían perdiendo en el tiempo de Macri. Hay un conjunto de acciones que muestran que el Presidente y el Gobierno quieren dar vuelta este tema, pero tenemos que decirlo, no se puede reparar en pocos días el desastre que hizo Macri en cuatro años y las nuevas dificultades y desafíos que genera la pandemia.
Lo importante es ratificar este rumbo y en ese sentido creo que la instancia de la elección que viene adelante es la posibilidad de que este espacio político pueda acelerar y pueda seguir generando masa crítica, organización y acompañamiento popular para seguir en este camino.
UA: La vicepresidenta, en el lanzamiento de las listas electorales, planteó que los Derechos Especiales de Giro (DEG) que repartirá el FMI como respuesta a la pandemia, la Argentina finalmente no los va a usar para eso sino para saldar los vencimientos con el propio organismo. ¿Cómo leer esto, es algo bueno o es algo malo?
AB: Creo que lo que hizo Cristina fue llamar la atención sobre un tema, y a mí me gustaría pensar que es un tema que no estaría definido, porque hubo un pronunciamiento de los senadores y senadoras del espacio del Frente de Todos en este sentido, de la necesidad de aplicar estos fondos a las cuestiones de la vida de las argentinas y los argentinos.
Me parece que Cristina llama la atención en este tema e iremos viendo el devenir. Lo cierto es que hay vencimientos y hay que ir resolviéndolos, y el Gobierno tiene que enfrentar múltiples dificultades al mismo tiempo. A mí me gustaría que se apliquen, por lo menos mayoritariamente, a cuestiones de la vida de las argentinas y argentinos, pero también hay que entender la dificultad de la situación en la cual dejaron los vencimientos de la Argentina.
Ya el año pasado el Gobierno tuvo que llevar adelante una negociación muy difícil con bonistas privados, porque los vencimientos realmente tenían niveles de más de doce mil millones de dólares al año y era imposible pagarlos. Por eso creo que hay que hacer énfasis y mencionar permanentemente lo que hizo Macri, porque sino parece que nada hubiera pasado en la República Argentina.
El Presidente, incluso, puso en marcha una denuncia penal sobre las responsabilidad de los funcionarios y de Macri en el endeudamiento que creo que no hay muchos antecedentes del desastre que se hizo en cuatro años.
UA: Y a dónde se fue ese dinero, además.
AB: A la fuga, a la fuga de Macri y sus amigos, que también hay que decirlo. No hay un solo dólar de esos que uno pueda ver en una obra pública, ni siquiera hubo una mejora de la macroeconomía, sino que siempre fue empeorando el gobierno de Macri.
UA: En relación a la perspectiva que se abre aquí en el plano local con las elecciones, te pido una mirada, Amado, y también a nivel regional, porque asumió Castillo en Perú esta semana. ¿Políticamente, como ves el devenir que tenemos?
AB: Yo creo que con buenas perspectivas, porque la moneda está siempre en el aire. Hace un año nomás, los mejores alumnos y los modelos del Consenso de Washington eran Colombia, Perú y Chile. Sobre todo Chile, con un modelo de desigualdad muy consolidado. Parecía que la situación no iba a cambiar, no había motivos para que cambie.
Creo que más que hablar de olas que van y vienen en nuestro continente, en el campo nacional y popular, me parece que desde principio de Siglo hay una ola que se va movimiento a distintos ritmos con distinta fuerza en nuestros países. Primero fueron Venezuela, luego Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, los que ingresaron en esa ola de igualdad y de políticas económicas más soberanas y más independientes.
Tiene un ciclo que parecía agotarse, pero yo creo que no es así. Primero porque esa ola se fue moviendo hacia los países que parecían que no tenían posibilidades de salir del neoliberalismo, y hoy vemos que ni más ni menos que Chile, que tenía la Constitución en la cual Pinochet había logrado ser senador vitalicio a la salida de una dictadura sangrienta, va a tener una nueva Constitución. Y es a partir de los movimientos populares, con diversos niveles de organización, pero era algo impensable y ya es una realidad que Chile va a tener una nueva Constitución, como tuvieron Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Al mismo tiempo en Perú se da el inicio de un gobierno en el cual hay muchísimas expectativas, no solo para los peruanos y peruanas, sino de todas las hermanas y hermanos sudamericanos, que estamos viendo ese devenir en el cual también se propone un cambio constitucional.
En Argentina, en solo cuatro años por primera vez el Presidente no llega ni siquiera a la segunda vuelta. Es decir que el experimento neoliberal, después de los doce años de Néstor y Cristina, tiene un repudio popular muy potente. Esto te demuestra el desastre que fue el gobierno de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal, porque no hay que olvidarse de las supuestas caras amables de las políticas más crueles.
Ni más ni menos de lo que pasó en Bolivia, hubo un golpe de Estado y no duró lo que se esperaba que dure, aún con el apoyo de Almagro de la OEA, y también me parece que es un punto donde convergen muchas cuestiones, si no hubiera sido por la gran visión política y humanitaria de Alberto Fernández y de López Obrador, la vida de Evo Morales corría peligro, ni que hablar del proceso político de recuperar la democracia en un golpe de Estado. Y, mirando el cuadro íntegro también podemos ver todo lo que se hizo contra Lula, contra Dilma, seguramente se revierta en las elecciones del año que viene.
- Entrevista realizada por Úrsula Asta en Feas, Sucias y Malas, sábados de 9 a 12 hs, por Radio Gráfica.
- Redacción por Carolina Ocampo
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