Por Juliana Milanesio *
Alicia Renzi, vicepresidenta del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, conversó con Radio Gráfica sobre el trabajo que lleva adelante este espacio. Tal vez su nombre les suene familiar, es que Alicia es hija de Atilio Renzi, hombre de confianza de Evita que trabajó día y noche junto a ella como su secretario personal.
“Mi padre no estuvo en mi casa mucho tiempo durante esos años. El motivo era que Evita era una trabajadora incansable y, en tanto él era su secretario privado, pasaba largas horas lejos de mi hogar. Él estaba siempre junto a ella en esta enorme tarea tenía Evita” dice Alicia, quien además está al frente de la parte de publicaciones del instituto, recordando los tiempos en donde ella y su familia vivían en la quinta presidencial de Olivos.
Juliana Milanesio: ¿Cuál crees que es la tarea más importante a realizar desde el Instituto Nacional de Investigaciones Histórica Eva Perón?
Alicia Renzi: Para mí cuidar su legado es poder transmitir sus más grandes valores como su coraje, solidaridad, su amor al prójimo, ya que Evita supo rescatar las necesidades que nadie escuchaba. Las nuevas generaciones tienen que conocer ese legado y una de sus grandes frases “allí donde hay una necesidad, nace un derecho”. Ella fue quien se ocupó de darle un lugar a la mujer, con la Ley de Voto Femenino nos dio la posibilidad de votar y no solo eso, sino de ser elegidas para un cargo. Eso deja una huella y es algo importante de comunicar a las próximas generaciones de mujeres. Todo lo que hay que luchar y defender para adquirir estos nuevos derechos.
JM: ¿Cómo comienza tu trabajo en el Instituto?
AR: El Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón se crea en 1998, por un decreto presidencial, que fue ratificado por el Congreso Nacional en el año 2010 y en ese momento pasa a depender del Ministerio de Cultura de la Nación. El Instituto es por ahora, el primero y único dentro de nuestro país que está dedicado a la figura de una mujer.
Yo llegué al instituto antes del 98, porque anterior a su creación ya se venía haciendo un trabajo en donde nos reunimos en una casa junto a la familia Duarte Alvarez Rodriguez, con quienes siempre tuve un vínculo estrecho. Nosotros en un primer momento teníamos un sueño, la creación de un museo para Evita. En esos años anteriores el único lugar en el que la gente podía llevar una flor y estar cerca de Eva era el cementerio de la Recoleta. Por eso nosotros pensamos en que ella tenía que tener un museo, un lugar en donde el pueblo pueda acercarse y conocer su vida.
JM: ¿Recordás algún gran desafío con el que tuvieron que afrontar?
AR: Los años del gobierno macrista fueron difíciles. Por un lado por el recorte de presupuesto y también por llevar adelante las tareas. Hay una anécdota que me parece retrata muy bien cómo fue ese desafío. Respecto a la Feria del Libro de temática peronista, en una reunión que tuvimos con la Secretaría de Cultura, porque pasó a ser una secretaría en esos años, me hicieron una sugerencia muy particular. Me propusieron sacar del nombre “temática peronista” y solo dejar la Feria del Libro. Había una intención de que desapareciera la palabra peronista, la cual nos caracterizaba y caracteriza. Y recalco que es temática peronista ya que nosotros estamos abiertos a publicaciones que estén de acuerdo o que hablan bien del peronismo como de aquellas que no lo hicieran. Fijate lo que fue el desafío de llevar adelante la feria, tuvimos que defender hasta el nombre.
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JM: ¿Y alguna gran sorpresa?
AR: María Luján Divelio había sido una niña que estuvo en el hogar de tránsito que funcionaba en donde hoy se ubica el museo. Había regresado, junto a su esposo, a ese lugar donde había estado en tiempos difíciles. Recuerdo que el guía nos comentó que estaba muy emocionada y que hasta había reconocido la araña que está en el salón del museo. Son esas cosas que tiene el museo y el instituto. Luego pudimos contactarnos con ella y levantar su testimonio porque, si bien nosotros podemos leer y recolectar información de cómo eran esos hogares de tránsito, Luján nos contaba en carne propia lo que había vivido.
JM: Tal vez el área más nombrada del instituto sea el Museo Evita ubicado en la calle Lafinur 2988, en la Ciudad de Buenos Aires. Conocido por poder ver en él los vestidos de Eva, además de objetos que formaron parte de este lugar que antes de ser museo albergó a mujeres y niños ya que era el Hogar de Tránsito n°2 de la Fundación Eva Perón. ¿Es verdad que se está trabajando en una filmoteca?
AR- Es un proyecto que fue seleccionado por el programa de mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires en el 2018. Y hoy en día, a pesar del contexto de pandemia, seguimos trabajando, revelamos, rescatamos colecciones propias y privadas que las estamos digitalizando. Toda esta documentación era vulnerable. Había miles de metros de película en soporte fílmico, negativos fotográficos que inclusive algunos eran de vidrio. Esta documentación histórica es patrimonio de los argentinos y ahora está en proceso de conservación, catalogación y puesta en valor. Una vez finalizado todo este proceso, cualquier persona va a poder acceder a esta documentación audiovisual y tener más conocimiento de la vida de Evita.
JM: ¿Una definición personal sobre Evita?
AR- Yo la amo. La puedo resumir en dos palabras, siempre que la pienso lo hago como única y valiente. Cuando miro a Evita en la gira internacional, que fue llamada la gira Arcoíris, pienso en su edad, en cómo esa mujer tan joven se fue hacer ese recorrido por Europa llevando un mensaje: la tercera posición de Perón. Me parece que fue muy valiente, poder emprender ese viaje, en esa época por eso te digo era única. Ella nos enseñó a no retroceder frente al obstáculo.
(*) Columna “La fea, sucia y mala de la semana” en Feas, Sucias y Malas (sábados de 9 a 12 horas)
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