Tras el último informe del Índice de Precios al Consumidor que elaboró el INDEC, el cual revela una inflación del 4,1% en abril, especialistas en materia económica fueron consultados por Radio Gráfica acerca de esta problemática que afecta sistemáticamente el poder adquisitivo del pueblo argentino.
Enrique Martínez, coordinador del Instituto para la Producción Popular (IPP), evaluó en primer lugar que “la inflación es multicausal y, como toda situación endémica, es justificable por las acciones de multitud de actores de la economía”.
“Empezando por el Estado, es claro que no puede frenar la inflación y simultáneamente admitir que las tarifas y el precio de los combustibles aumenten de manera sistemática, que la paridad del dólar oficial se devalúe mensualmente o que las tasas bancarias se mantengan al alza. Todas esas cosas hacen absolutamente inviable un plan antiinflacionario”.
“Suponiendo que el Estado corrige esa grosera equivocación, después queda la discusión de los actores privados de la economía. Está claro que una economía concentrada le permite a las empresas hegemónicas de cada sector que todo factor de costo se traslade a los precios”, apuntó.
El titular del IPP destacó que “la aparición de nuevos actores como pymes, empresas de la agricultura familiar y comercializadoras de otro tipo son absolutamente relevantes para frenar los precios de los bienes básicos”
Sobre las alternativas para contener la escalada de precios, planteó que “hace falta una política pública en el caso de los alimentos, para que los productores que no están orientados al mercado externo produzcan sus propias materias primas, como el caso del trigo, del girasol, de la soja, del maíz, etcétera. Puede haber líneas de financiación que faciliten eso y condicionen que eso suceda”.
“En el caso de la indumentaria, es aún más agresiva la política actual, aumentando por encima de la inflación. Allí también hay que generar cadenas de valor completas, empezando por las cooperativas y las pequeñas empresas, facilitándoles el contacto con los consumidores. Evitando la duplicación o triplicación del precio final a consecuencia de los numerosos intermediarios comerciales”, agregó.
“En casa sector que tiene que ver con el bolsillo de los compatriotas, estudiar la cadena de valor y eliminar los elementos ineficientes o especuladores. Negociar con las empresas hegemónicas, tener una mínima fe en una ley de góndolas o en un sistema de precios cuidados es casi inocente”, finalizó Martínez.
Martínez: “El Estado no puede frenar la inflación y simultáneamente admitir que las tarifas y el precio de los combustibles aumenten de manera sistemática”
Lorena Putero, economista e investigadora del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz, consideró que “el problema que tenemos con la inflación en nuestro país es como un espiral. Todos esperamos que haya inflación, entonces nos anticipamos y vamos aumentando. Tenemos que lograr frenar esa expectativa inflacionaria. Está intrínseca en nuestra sociedad”.
“El problema de la concentración en el rubro de los alimentos es que hay sectores que son capaces de aplicar e imponer el precio de compra del productor y el precio para el consumidor final. Cualquiera de las grandes empresas tienen 2, 3, 4 marcas y controlan el mercado. Es vergonzoso el nivel de concentración“.
Para visibilizar otras realidades relacionados al consumo, desde CESO “no pusimos a seguir los precios de la economía popular. Detectamos, en los últimos 7 meses, que estas comercializadoras tienen una canasta básica con precios iguales o por debajo de los habituales. Son más baratos y más sanos, porque muchos productos son agroecológicos. Esto quiere decir que a un productor y a un consumidor les conviene la economía social”.
“Si ya tenemos estas experiencias, una opción es fortalecer esas nuevas formas de contacto del productor con los consumidores. Desconcentrar ese poder que tienen los grandes supermercados y los poquitos productores de alimentos“, alentó Putero.
Respecto a la posibilidad de que no se supere el 29% de inflación durante este año, tal como el Gobierno proyectó en su Presupuesto 2021, afirmó que “está complicada y me preocupa más si se obsesiona con cumplirla. Porque la primera forma que se le ocurre a la mayoría de los economistas es el congelamiento de salarios. No nos olvidemos que tenemos inflación pero también problemas de desempleo y pobreza. Me parece fundamental controlar la inflación, pero no a costas de que pierda la batalla el salario el real”.
Putero: “Una opción es fortalecer esas nuevas formas de contacto del productor con los consumidores”
Horacio Rovelli, economista y ex funcionario del Ministerio de Economía de la Nación, caracterizó que “el proceso inflacionario argentino actual es propiciado y funcional al modelo extractivo-agropecuario exportador, que busca reducir el consumo interno para tener mayor saldo exportable y a la vez, también disminuir el costo medido en moneda dura de nuestras exportaciones”.
“La fijación de los precios la pueden hacer por la fuerte concentración económica que hace que, por ejemplo en el precio de la carne vacuna, el “Consorcio ABC” de exportadores de carne realiza el 80% de esas ventas externas, constituido por Frigorífico Rioplatense de los Costantini; La Anónima de los Braun (madre de Marcos Peña Braun); FRIAR SA (de los Vicentin); SWIFT ARGENTINA S.A; QUICKFOOD S.A.; etc. Al poder exportar igualan el precio de la carne vacuna con el del exterior por lo que aumentó un 75% su precio en el mercado interno argentino en el año 2020, como asevera ROSGAN (mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario y compañías consignatarias)”, ejemplificó.
“Que el precio del maíz haya aumentado su precio en un 60% en el mercado de Chicago de un año a esta parte y que se le permita a las grandes empresas acopiadoras y comercializadoras exportar 37 millones de toneladas, de las 40 millones de toneladas que declaran producir por año, explica la suba del precio en el mercado interno de ese grano. Y de la carne aviar y porcina que la consumen como forraje”.
Sumó que “a la gran concentración de productores y comercializadores de la harina, del aceite, de los fideos, del arroz, de la leche y sus derivados, de la yerba mate, del azúcar, etc. hay que sumarle las grandes cadenas de ventas (Coto, Carrefour, Cencosud, La Anónima, Walmart, Libertad, etc.) reunidas en ASU (Asociación de Supermercados Unidos) que administran el 65% de la comercialización de los bienes que se consumen en el país, en ese marco y con esa sociedad de hecho y de muchos años entre grandes productores y comercializadores, es muy difícil destrabar el proceso de formación de precios de esos productos”.
“Con la devaluación oficial de nuestra moneda del 60,4 % (el dólar comercial fijado por el Banco Nación Argentina era de $ 62 el 10 de diciembre de 2019 y pasa a valer $ 99,50 el 14 de mayo de 2021) en el mismo período en que no se modificaron las retenciones (derecho de exportación), el impacto fue directo al precio de los productos“.
Alertó que “hay que evitar que igualen los precios internos con los externos, máxime que en Europa central el salario mensual promedio es de 3.500 euros (unos 4.000 dólares) y en la Argentina es de $ 78.900.- (unos 780 dólares) y no podemos pagar el mismo precio de los alimentos que ellos que no lo producen y que si producimos nosotros”.
Rovelli: “El proceso inflacionario argentino actual es funcional al modelo extractivo-agropecuario exportador”
Finalmente, Rovelli propuso una serie de medidas para detener la inflación en Argentina:
- Frenar con la constante devaluación de nuestra moneda, ya la devaluación la hizo el gobierno de Cambiemos cuando ajustó el tipo de cambio entre fines de abril y fines de julio de 2018 en un 100%, no se requiere de mayor devaluación, al contrario se requiere de recuperar el valor del peso. Néstor Kirchner cuando asumió el 25 de mayo de 2003, el dólar oficial estaba a $ 3,50.- y cuando dejó de ser Presidente de la República, el 9 de diciembre de 2007, el dólar oficial valía $ 3,22.- Revalorizó nuestra moneda y con ello los activos y el trabajo argentino.
- Aumentar fuertemente los Derechos de Exportación (retenciones) que es del 30% para la soja y para los demás granos y carnes es del 12%, de esa manera se desacoplan los precios y el Estado nacional obtiene mayores recursos de las exportaciones.
- Imponer un cupo máximo de exportaciones para resguardar el mercado local Primero abastecer la demanda interna y luego exportar. Los chinos le habían ofrecido a Néstor Kirchner comprarle carne vacuna y Kirchner dijo que no consciente de su efecto sobre la canasta alimentaria de nuestra población.
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